La planta más longeva que existe se encuentra en el desierto de Namib, que cruza la frontera entre el sur de Angola y el norte de Namibia. Un desierto no es el lugar muy hospitalario para que se desarrollen los seres vivos, pero el de Namib, el más antiguo del mundo con zonas donde llueve menos de menos de 20 mm por año, es el hogar de welwitschia (Welwitschia mirabilis).

En idioma afrikáans la planta se llama "tweeblaaranniedood", que significa "dos hojas que no pueden morir". El nombre no puede ser más descriptivo, ya que la welwitschia solo tiene dos hojas que crecen de forma continua durante miles de años. Sí, no es un error: durante miles de años.

Hoy están welwitschias que nacieron hace tres mil años, cuando la humanidad atravesaba la Edad de Hierro. Estas welwitschias legendarias tienen un aspecto similar a un pulpo con sus hojas desmenuzadas y rizadas.

¿Cuál es el secreto de la casi inmortalidad de la welwitschia?

Desde su descubrimiento, realizado por el botánico Friedrich Welwitsch en 1859, ha fascinado a biólogos, incluido Charles Darwin, creador de la teoría de la evolución. Esta teoría es precisamente la que explica las increíbles características de la planta.

Según un estudio publicado en Nature Communications, la planta se ha adaptado para sobrevivir en las durísimas condiciones del desierto de Namib y lo ha hecho con tanto éxito que casi no muere.

El doble de genes

La weltwitschia necesita muy poca agua y pocos nutrientes para sobrevivir, pero uno de sus secretos es que hace 86 millones de años su genoma se duplicó durante un periodo de extraordinaria aridez, que precisamente dio lugar al nacimiento del desierto.

Según el autor principal del estudio, Tao Wan, del Jardín Botánico de la Academia de Ciencias de Shenzen (China), el estrés extremo mantenido en el tiempo puede provocar esta duplicación del genoma.

¿Qué implica la duplicación del genoma? La respuesta es que la planta dispone de una dotación de genes que pueden adoptar funciones nuevas.

Esto puede parecer una ventaja, pero la replicación del ADN es muy costosa para un ser vivo: las células tienen que dividirse con todos esos genes.

Hace dos millones de años, la welwitschia, probablemente debido a un aumento del estrés por temperatura, respondió con un nuevo salto en su evolución: "silenció" una parte de su ADN "basura".

Este proceso, junto con otras fuerzas selectivas, redujo el tamaño y los costos de mantenimiento energético de la welwitschia, que se quedó con un genoma muy eficiente y económico.

Hojas que crecen de forma continua

El estudio también descubrió que la welwitschia tiene otras optimizaciones genéticas ocultas en las hojas. En una planta normal, las hojas crecen a partir de brotes en los tallos y ramas.

En cambio, las hojas de la weltwischia no crecen por las puntas, sino a partir del meristemo basal. Este "truco" permite que las hojas creczcan continuamente a pesar de unas condiciones ambientales extremas.

Las soluciones halladas por la weltwitschia no son solo una curiosidad y una prueba de la inteligencia de la evolución biológica, sino que puede ayudar a seleccionar plantas que se adapten mejor a las condiciones extremas provocadas por el cambio climático.

Referencias científicas: