En la Escuela de Conciencia de Zulma Reyo se defiende la premisa de que nosotros podemos ser el cambio que deseamos ver en nuestro mundo, pero para ello es imprescindible descubrir quienes somos realmente. Eso implica sentir y sentirnos, algo que al parecer no es tan sencillo de conseguir, porque no estamos acostumbrados.

Educadora y escritora, Zulma Reyo es experta en diferentes psicoterapias, religiones del mundo, tradiciones místicas y prácticas energéticas que, junto a toda su experiencia vital, le han servido para crear su propia metodología, con el fin de alcanzar ese nivel de conciencia superior que eleva la calidad de vida individual y colectiva. Sus conocimientos no solo los comparte en su escuela, sino que también se pueden encontrar en su libro “Alquimia interior: el camino de la maestría”.

La educadora y escritora, Zulma Reyo nos explica cómo y por qué es tan necesario romper los patrones metales que nos impiden conectar con nuestro interior. Solo cambiando individualmente se puede lograr una transformación global.

¿Qué es la Alquimia Interior?
–Es la ciencia de la conciencia aplicada para elevar la vibración de la materia de nuestro yo físico y psicológico hasta alcanzar estados más refinados. Esto supone un cambio que permite ver la vida de otra manera, dejando atrás patrones y creencias.

¿Y cómo se rompen esos patrones mentales?
–Se trata de mirarse a los ojos desde el yo revelarme a mí misma. Entonces, yo dejo que tú me mires y mis ojos van adquiriendo una transparencia, desde la que te permito que entres en mí. Esa mirada transforma, porque ya no estás buscando un objetivo. Eso te saca de lo lineal y te entra en lo concéntrico o lo holístico, o sea, la experiencia. Por supuesto, no estás acostumbrada a hacerlo y sale la emoción de lo que es el estado de ser amor. Así se rompen, sintiendo.

¿Cuestión de sensibilidad?
–La sensibilidad es algo que hemos olvidado. Se siente con la cabeza, con la mente, con palabras y con conceptos, pero cuando llegamos realmente a sentirnos, nos caemos en un mundo de desesperación emocional, porque no sabemos lo que es sentir y sentirnos.

¿Qué papel juega la personalidad?
–Nos olvidamos de que la personalidad la hemos creado nosotros y, de la misma manera, la podemos recrear, pero siempre lo que dirige la personalidad es el ser y por eso tenemos que identificarlo. Debemos buscar qué es ese foco personal de la conciencia que crea la personalidad, la cual necesitamos observarla para así poder domarla, cambiarla y adaptarla a las auténticas necesidades del ser. Nadie nos enseña o nos permite ser.

¿Cuál es el objetivo de su escuela?
–Queremos alcanzar un público para que nuestras ideas continúen como una nueva forma de ser, y hablo de nueva forma de ser, porque implica un cambio radical en la forma de pensar de las personas. Es por eso que la formación toma tanto tiempo: son cinco años, tres de preparación y dos de seguimiento y aplicación.

Se basa en la espiritualidad
–Sí, pero nuestra espiritualidad va con lo natural, porque lo que hay que cambiar es cómo pensamos. No consiste en hacer posturas imposibles, aunque tenemos muchas prácticas físicas, ni cantar, ni sentarse de una determinada manera… Nuestra escuela enseña a integrar la espiritualidad en el día a día de cada persona, porque cada persona es única.

¿Realmente se puede integrar con el estilo de vida que llevamos?
Es cuestión de tiempo. Con las personas que formamos vemos que cuando regresan a sus casas después de los cuatro días que dura el primer módulo, se olvidan de casi todo lo que han aprendido, aunque nosotros seguimos insistiendo a través de sus tutores. Sin embargo, después del segundo y el tercero, al volver a su casa ya se empiezan a cuestionar cosas: “¿Qué hago yo con esta gente?”, ¿por qué tengo esta vida?, “¿por qué tengo que aguantar esto?”… Y empiezan a eliminar muchas cosas de su vida y a valorar aquello que no habían apreciado antes. Cambia la calidad de vida y por eso prefieren esa plenitud antes que seguir viviendo superficialmente y dependiendo tanto de los otros.

¿Qué se siente cuando no estamos conectados con nuestro interior?
–La persona que no está alineada vive en un mundo horizontal donde el contacto exterior es mucho más importante que lo que ella sabe o siente en su interior. Entonces, cualquier gesto, expresión o palabra de cualquier otra persona se lo va a tomar como que es la realidad. Sin embargo, cuando estás alineada, puedes incluso sentir lo que está sintiendo el otro, pero sin asumir sus emociones. Cuando se está alineado no hay secretos, porque la comunicación se produce desde un punto de vista del propio ser.

¿Y por qué consideras que nos cuesta tanto hacerlo?
–Porque nos cambia radicalmente, nos hace emocionales, nos quita las máscaras… Vivimos en una sociedad en la que somos espirituales, el ratito que tenemos agendado para hacer nuestros ejercicios de meditación o de lo que sea, pero pasada esa hora, volvemos a la vida normal, por eso, si no puedo controlar en qué momentos de mi vida ser emocional, me da miedo.