Aunque no es muy utilizado en nuestro país, especialmente por su vinculación a la colza, el aceite de canola goza de buena fama fuera de nuestras fronteras. Y es se trata de un aceite con un bajo contenido en grasas saturadas y un elevado aporte de grasas insaturadas, además de un interesante contenido en vitamina E

¿Qué es el aceite de canola?

El aceite de canola es un tipo de aceite vegetal que se elabora a partir de las semillas trituradas de canola, una planta de flores amarillas perteneciente a la familia Brassicaceae, en concreto de las especias Brassica napus y Brassica rapa (Brassica campestris), que se cultivan al menos desde hace 4.000 años en la India, y actualmente en muchas otras zonas del mundo, entre ellas Europa.

La extracción del aceite de canola se puede realizar mediante:

  • Prensado en frío: en este método, que no implica calentamiento, las semillas de canola limpias se prensan para extraer el aceite, que suele denominarse aceite virgen o aceite prensado en frío y es el más recomendable.
  • Extracción con disolvente de hexano: las semillas de canola trituradas se calientan ligeramente y luego se disuelven en un disolvente de hexano. Luego se extrae el aceite de la mezcla disuelta.

Propiedades del aceite de canola

El aceite de canola se caracteriza tener un bajo nivel de grasas saturadas (7% del total de grasas), el menor de entre todos los aceites de uso habitual.

Por otro lado, tiene un elevado contenido de grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas, incluido un 61% de ácido oleico, un 21% de ácido linoleico y un 11% de ácido alfa-linolénico (precursor de los ácidos grasos omega-3), así como esteroles vegetales y tocoferoles, todos ellos con demostrados efectos cardioprotectores.

Se ha demostrado que las dietes que incluyen el consumo de aceite de canola reducen los niveles de colesterol plasmático en comparación con las que contienen niveles más altos de grasas saturadas.

También contiene vitamina E, con propiedades antioxidantes, y vitamina K, importante para la coagulación de la sangre.

¿Es lo mismo el aceite de canola que el aceite de colza?

Los nombres a veces se usan indistintamente, pero el aceite de canola y el aceite de colza natural (o nabina) no son lo mismo, aunque provienen de la misma planta.

El aceite de canola es una versión modificada y “mejorada” del aceite de colza natural, que solo se produce para uso industrial. El aceite de colza original, procedente de la especie Brassica napus, tiene un elevado contenido en ácido erúcico, un ácido graso omega-9 poco saludable para el corazón y el hígado, y glucosinolatos, que pueden dar lugar a compuestos tóxicos.

En 1976, científicos canadienses pudieron mejorar la calidad de cultivares anteriores de colza mediante el cruce de plantas y en 1979 Canadá registró la palabra “canola” (de Canadian Oil Low Acid) para describir una nueva semilla con bajo contenido en ácido erúcico y glucosinolatos, que es la que se usa para producir el aceite de canola. Así, al aceite de colza apto para el consumo humano se conoce como aceite de canola.

La mala fama de este tipo de aceite en España se debe al grave caso de intoxicación que en la primavera de 1981 afectó a más de 20.000 personas​ y provocó muchas muertes. Se debió a que se vendió para consumo humano, y como si fuera aceite de oliva, aceite de colza desnaturalizado, destinado a uso industrial.

Cómo tomar o usar el aceite de canola

El aceite de canola tiene un sabor suave y un ligero aroma a nuez y una buena tolerancia al calor (punto de humo alto), que lo hacen adecuado para diversas preparaciones culinarias: saltear, freír, sofreír, asar, hornear… Aunque también puede consumirse en crudo.

No obstante, hay que tener en cuenta que no conviene usarlo para freír más de una vez, porque con temperaturas muy altas, prolongadas y repetidas se pueden generar niveles altos de ácidos grasos trans.

Contraindicaciones del aceite de canola

El aceite de canola suele considerarse seguro para el consumo, aunque hay que tener en cuenta que contiene ácido erúcico, aunque en muy bajas cantidades, que como hemos mencionado antes, se ha vinculado con efectos negativos para la salud del corazón y el hígado.

Por otro lado, y como ocurre con todos los alimentos, puede provocar alergia en algunas personas, aunque es algo poco frecuente.