Según la neurociencia,  todos soñamos al menos entre tres y seis veces cada noche, y cada episodio nocturno dura entre cinco y 20 minutos. Si dormimos ocho horas, vamos a tener unos cinco o seis ciclos de sueño, que incluyen la célebre fase REM, en la cual soñamos. 

Sin embargo, al levantarnos de la cama, ya hemos olvidado más del 95 por ciento de los sueños. ¿Qué podemos hacer para recordar esos sueños y acceder a lo que puedan revelarnos de nuestro insconsciente? ¿Qué tipo de información pueden darnos y qué podemos hacer con ella? ¿Podemos nosotros a su vez influir en lo que soñamos?

En este vídeo te contamos qué es un sueño lúcido y cómo favorecer este tipo de sueños paso a paso:

Por qué soñamos y qué nos dicen

Las investigaciones neurocientíficas señalan, entre muchas otras cosas, que el sueño es fundamental para procesar cualquier cosa que nos sucede durante el día y consolidar así la memoria.

Históricamente, las distintas culturas y religiones han interpretado la segunda vida que experimentamos con los ojos cerrados de manera diferente.

El hinduismo y el budismo lo entienden como un viaje del espíritu separado del cuerpo. En el viejo judaísmo y en el cristianismo se pensaba que Dios se comunicaba con los seres humanos a través de los sueños. En la cultura griega, el dios del sueño es Hipnos, el hermano gemelo de la muerte pacífica, Tánatos. Tal vez por eso, en algunas culturas las horas de sueño se consideran una pequeña muerte, y el despertar, un renacer.

El escritor y sinólogo francés Léon d’Hervey de Saint-Denys, pionero en el estudio del mundo onírico, bautizó en 1867 el sueño consciente como un sueño lúcido. La expresión hace referencia a la persona que se da cuenta de que está soñando y, por lo tanto, tiene cierta libertad de maniobra.

Con el «despertar» dentro de su propio sueño, tiene la posibilidad de controlar lo que ocurre en ese plano según la propia curiosidad o necesidad.

En psicología hay dos aproximaciones a la interpretación de los sueños:

  • Sigmund Freud los incluyó en su psicoanálisis, entendiendo los sueños como «el camino real hacia el conocimiento de las actividades inconscientes de la mente».
  • En cambio, su colaborador C. G. Jung intuyó que en los sueños participa tanto el inconsciente personal como el colectivo. Para él, soñar es un diálogo entre el ego, nuestra parte consciente, y el inconsciente personal y colectivo, con lo que esta faceta humana tiene como fin guiar a la persona a su integridad.

Cómo recordar los sueños y cómo nos pueden ayudar

El lenguaje de los símbolos puede variar de una persona a otra, pero el significado solo puede interpretarlo el propio soñador. En los sueños encontramos personajes que pueden encarnar distintas partes de uno mismo. Recoger estos mensajes nos puede orientar en decisiones de nuestra vida.

Para el autoconocimiento es muy útil tener en la mesita un diario donde anotar lo que recordamos al despertar. Así podremos profundizar en nuestro inconsciente y desvelar la información que nos procuran los mensajes nocturnos.

También puedes tener en cuenta las siguientes medidas, y así tu viaje al inconsciente será más vivo y duradero, además de gozar de un mejor descanso:

  • Procúrate una cama cómoda y una almohada adecuada.
  • Evita la cafeína, la nicotina y otras sustancias excitantes.
  • Sigue una dieta equilibrada (entre otras cosas, rica en vitamina B6).
  • Toma infusiones relajantes (valeriana, tila, melisa, manzanilla o verbena).
  • Utiliza la aromaterapia para crear un ambiente relajado y prepara tu noche escuchando música relajante.
  • Evita conectarte a pantallas justo antes de dormir.

Cómo profundizar en los mensajes de los sueños

Sigue estos pasos para interpretar los mensajes que ocultan tus sueños:

  • Observa tus sensaciones físicas: Al despertar, ponte en una postura de meditación para observar tus sensaciones físicas. Respira lenta y profundamente para retener el máximo de detalles del episodio nocturno.
  • Revive la escena de tu sueño: Sigue respirando y, cuando te sientas enraizado y presente en tu cuerpo, revive la escena de tu sueño e identifica los símbolos que han aparecido en él.
  • Filtra los mensajes que te transmite: A través de las imágenes que revives y de las sensaciones físicas que ha dejado el sueño, relaciónalo con tu vida actual, y filtra los mensajes que pueden resultar significativos.
  • Lleva esa sabiduría a tu vida real: Toma nota de las enseñanzas que extraes para tu vida de esas escenas, símbolos y sensaciones, y decide acciones concretas para incorporarlas.

¿Soñar juntos?

Para acabar, te propongo un juego interesante: compartir tu viaje nocturno con una amistad.

Podéis determinar primero en qué lugar vais a encontraros en el episodio onírico. Cuando empiece a entrarte el sueño, visualiza ese lugar donde vais a encontraros.

Por la mañana, toma notas de tus aventuras nocturnas y compártelas con tu camarada onironauta.