No todo es SIBO. La alta permeabilidad intestinal que provoca los síntomas de esta alteración puede producirse por otros factores.

Ocurre que la disbiosis o desequilibrio grave en la microbiota intestinal por un exceso de bacterias patógenas, alérgenos, toxinas, químicos, hongos o parásitos  hace daño a la mucosa intestinal, se segregan moléculas inflamatorias, se altera la absorción de nutrientes, y se pone en alerta al sistema inmunitario. Si la agresión persiste un tiempo prolongado, pueden aparecer múltiples brechas en la vestimenta intestinal y se produce lo que llamamos una «alta permeabilidad intestinal». El aumento de la permeabilidad o de la porosidad provoca una masiva reacción del sistema inmunitario.

Se genera una inflamación importante, primero en las mismas mucosas digestivas y después en todo el cuerpo. La alta permeabilidad intestinal permite una traslocación de las toxinas. La mayor parte de estas sustancias son captadas y desactivadas por el hígado, la depuradora principal del cuerpo. El hígado puede compensar la «avería» intestinal, pero más tarde o más temprano la tormenta de moléculas tóxicas e inflamatorias afectará a todos los rincones del cuerpo.

Importancia de la permeabilidad intestinal

El sistema digestivo mide aproximadamente doce metros de longitud y, si pudiésemos extenderlo aplanando todas sus vueltas y sus pliegues, ocuparía una superficie de unos 300 metros cuadrados. Es difícil de imaginar, sin embargo, es la verdad.

Todo lo que tragamos –alimentos, líquidos, aire, químicos, bacterias– pasará por unos procesos digestivos, inmunitarios y hormonales supersofisticados en este largo tubo digestivo, con sus millones de micropliegues intestinales, para convertirse en nosotros mismos, dándonos energía y material constructivo para el cuerpo, o para ser descartado y expulsado.

Para realizar este trabajo, en el intestino se concentran redes inmunitarias y neuronales que interactúan con las bacterias protectoras. Este conjunto forma una aduana, un sistema de control complejo que distingue lo nutritivo de lo nocivo, salvo si la frontera tiene brechas o el sistema de vigilancia no funciona bien.

La mucosa que cubre el intestino por dentro es muy delgada, de solo una fila de células, pero muy bien conectadas. Encima de esta vestimenta epitelial tan fina hay una capa de mucosidad densa sobre la cual viven millones de bacterias residentes. Es su hogar y les interesa mantenerlo en orden.

La mezcla de alimentos entra en el intestino tras pasar por los ácidos estomacales, diversas enzimas pancreáticas, ácidos biliares, etc. Las bacterias lo reciben y terminan este proceso de digestión, triturando todo y consiguiendo para nosotros aún más nutrientes esenciales. Luego los nutrientes en su estado puro y óptimo estarán listos para traspasar la mucosa intestinal y ser llevados por la sangre o la linfa a su destino final. Cuando sufrimos un problema digestivo o alguna enfermedad, significa que algo dentro de este mecanismo tan perfecto deja de funcionar bien.

Efectos en la salud de una alta permeabilidad intestinal

La permeabilidad intestinal puede producir síntomas muy diferentes. Por solo nombrar algunos: mala digestión, hinchazón, alteración del tránsito intestinal, mala tolerancia a muchos alimentos, alergias, un cansancio no usual, fatiga física y mental, dolor muscular y articular, insomnio, depresión y ansiedad, irritabilidad, una falta de concentración y de memoria, problemas en la piel, hormonales, metabólicos, bajada de las defensas, intolerancias, etc.

El desorden digestivo con alta permeabilidad intestinal es una de las causas más importantes de problemas en el desarrollo cognitivo y físico de los niños.

 alta permeabilidad intestinal: causa

La primera causa de una alta permeabilidad intestinal son los malos hábitos, como una alimentación desequilibrada, con poca verdura, fruta y nutrientes esenciales, y cargada de productos grasos, refinados, azúcares y alcohol.

También afecta a la integridad de nuestras mucosas una toma prolongada de fármacos, el estrés crónico, la falta de descanso, el sobrepeso, el estreñimiento, las diarreas, las alergias, etc.

La alta permeabilidad intestinal puede aparecer después de un intenso tratamiento con antibióticos, quimio o radioterapia, tras tener una gastroenteritis severa, o después de la toma de medicamentos que afectan a la función del estómago y del hígado e impiden una buena digestión.

Normalmente un cuerpo sano puede regenerar sus mucosas y apagar los focos de inflamación si la agresión ha sido esporádica. La clave es seguir con un estilo de vida sano y una alimentación equilibrada, con una ayuda puntual de buenos probióticos, alimentos fermentados y nutrientes esenciales durante 2-4 semanas.

Si la persona está enferma o debe tomar una medicación, puede necesitar una suplementación prolongada. El tratamiento favorecerá la recuperación de la barrera intestinal y, al mismo tiempo, aumentará la eficacia de cualquier intervención médica.

Pruebas para detectar la alta permeabilidad intestinAl

Las pruebas diagnósticas que nos dicen con una cierta precisión que sufrimos de una alta permeabilidad intestinal son las siguientes:

  • Test de lactulosa: si en la orina aparece mucha lactulosa dentro de las cinco horas después de beberla, significa que sus enormes moléculas han traspasado la barrera intestinal.
  • Test de microecología intestinal: informa sobre la composición bacteriana, inflamación, permeabilidad, presencia de parásitos, signos de desnutrición y mucho más. El marcador de la permeabilidad es la zonulina.

Tratamiento de la alta permeabilidad intestinal

Lo primero es ir a un médico especialista en el tema que pueda realizar un tratamiento individualizado. A la vez se pueden tomar medidas para reparar las brechas mediante una dieta y suplementación adecuadas.

  • Tránsito intestinal: el objetivo es tener una o dos deposiciones diarias con forma y volumen. En el próximo apartado te mencionamos suplementos para lograrlo.
  • Ecología intestinal: para tratar la alta permeabilidad intestinal hay que contar al máximo con la ayuda de las bacterias beneficiosas que tienen la capacidad de reducir la inflamación, compiten con microorganismos patógenos y producen sustancias que regeneran las brechas. Los suplementos probióticos de bacterias beneficiosas son esenciales (en el siguiente apartado encontrarás algunas recomendaciones). Sin embargo, en el caso de que la permeabilidad sea causada por SIBO (sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado), es mejor acudir a un médico y seguir sus indicaciones.
  • Digestión óptima: el intestino delgado y grueso están esperando recibir una «papilla» de nutrientes. ¡Masticar bien y comer sin prisa es importante! Luego se pueden tomar enzimas digestivas y suplementos que estimulan y protegen el hígado. Las infusiones de jengibre, diente de león, té verde, menta, cardo mariano y manzanilla amarga van a ayudar.
  • Inflamación: para reducirla contamos con variedad de suplementos, como curcumina, boswellia, omega-3 en forma de DHA, glutamina, extracto de melena de león o harpagofito, entre otros.
  • Nutrición: durante los dos primeros meses del tratamiento, es recomendable comer cantidades pequeñas de comida y hacer dos tentempiés a media mañana y tarde. Las preparaciones tienen que ser limpias, sin salsas ni exceso de grasas. Es recomendable cenar pronto y muy ligero. Otras orientaciones adicionales son:

• Beber dos litros de líquidos, mejor templados y calientes.

• Eliminar la charcutería, lácteos, frituras, procesados, repostería, bollería y azúcar blanco.

• Limitar el consumo de productos a base de harinas (arroz, pastas, pizzas, bocadillos...).

• Puedes tomar kéfir y yogur de leche de coco o de avena.

• Preparar las legumbres en puré y las verduras en forma de crema, sopas, asadas o cocidas.

Suplementos para una buena digestión

Estos suplementos pueden ser útiles para mejorar la digestión: 

  • Psyllium: la fibra molida de la planta Plantago ovata controla tanto el estreñimiento como el tránsito rápido. Mezcla 1-3 g en 250 ml de agua. Se formará un gel viscoso. Tómalo enseguida, mejor por la tarde o noche, fuera de las comidas, e hidrátate bien para favorecer el efecto.
  • Lino y chía: Se deja una cucharadita de postre colmada de semillas en remojo en 250 ml de agua durante unas 8-10 horas. En caso de sufrir divertículos, colitis ulcerosa u enfermedad de Crohn, utiliza harina de chía o lino, que se deja una hora en remojo.
  • Magnesio: estimula la musculatura digestiva. Para un adulto, la dosis es de 300-450 mg al día de carbonato de magnesio. Lo puedes tomar junto con el psyllium.

¿Cómo elegir un suplemento probiótico para la alta permeabilidad intestinal?

El probiótico debe contener de 5 a 10 cepas bacterianas vivas y resistentes a los jugos gástricos y las enzimas. Los nombres de las bacterias que terminan con alguna letra mayúscula y números, normalmente nos refieren a un estudio científico que avala la calidad de esta cepa bacteriana.

Es recomendable rotar diferentes suplementos cada mes o dos para proponer una diversidad bacteriana buena para nuestras mucosas y tener un mayor efecto beneficioso.

La dosis mínima recomendada para un adulto ronda alrededor de los 10 mil millones de bacterias por día. En la fase inicial del tratamiento de la inflamación y de una alta permeabilidad intestinal podemos aumentar esta cantidad. En casos de inmunodeficiencia severa, tratamiento oncológico o enfermedad de Crohn avanzada, debes consultarlo previamente con un médico.

Los fructooligosacáridos (FOS) pueden formar parte de la composición del suplemento probiótico. Nutren las bacterias y favorecen la producción de ácidos grasos de cadena corta (AGCC), que regeneran las brechas en la mucosa intestinal y tienen efecto antinflamatorio. Al principio pueden provocar gases e hinchazón. No es nada patológico, pero sí que es molesto. Si lo tomas justo antes de dormir, puedes sentir menos molestias. Una alternativa es tomar un suplemento de ácido butírico (un AGCC) y vitamina D.

Más información:

Bacterias. La revolución digestiva. Dra. Irina Matveikova