El SIBO es una alteración intestinal difícil de diagnosticar que produce síntomas similares a otros trastornos. El problema es que el SIBO se resuelve con antibióticos, por lo que si el diagnóstico médico es erróneo o uno mismo se medica o cambia su alimentación, los tratamientos pueden agravar los problemas del paciente porque la microbiota intestinal puede resultar dañada. 

¿Qué es el SIBO?

El SIBO es un sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado (“small intestine bacterial overgrowth") que se asocia con molestias como dolor abdominal, diarrea, gases, náuseas, hinchazón o estreñimiento. Además en casos graves puede alterar la absorción de nutrientes, lo que lleva a otros desequilibrios.

Los síntomas se deben  a la fermentación de los azúcares de los alimentos por las bacterias en el intestino delgado. El problema es que estos mismos síntomas también aparecen en otros muchos problemas intestinales. 

¿Por qué se produce el SIBO?

En un sistema digestivo saludable, en el intestino delgado hay muy pocas bacterias. Estas proliferan cuando se produce alguna alteración, como lentitud en el tránsito de los alimentos, deficiencia en la producción de enzimas pancreáticas y de ácidos gástricos o una alteración en la válvula ileocecal que permite la "invasión" de bacterias procedentes del colon. 

El SIBO puede aparecer como trastorno secundario de otras enfermedades, sobre todo el síndrome de intestino irritable, pero también colitis ulcerosa,  enfermedad de Crohn, pancreatitis, patologías del hígado o celiaquía, entre otras. Por tanto, en estos casos no hay que tratar solo el SIBO, sino la enfermedad causante. Otra causa frecuente de SIBO es la operación de bypass gástrico contra la obesidad. 

También se ha relacionado el SIBO con la diabetes tipo 2, el párkinson, la esclerosis múltiple o el consumo de "protectores" gástricos como el omeprazol, aunque no existen estudios concluyentes. 

¿Cómo se diagnostica el SIBO?

SIBO es un concepto muy buscado en Google, lo que quiere decir que muchas personas están creyendo que pueden sufrir el problema. Muchas, incluso, están acudiendo a la consulta del médico diciendo que tienen SIBO. Otras ni siquiera van al médico y se automedican o cambian su alimentación a partir de un autodiagnóstico erróneo.

Sin embargo, incluso yendo al médico es difícil conseguir un diagnóstico cien por cien fiable. Especialistas como los doctores Eamonn Quigley y David M. Underwood creen que todavía no existe un buen método para el diagnóstico fiable de la enfermedad. 

El doctor Francisco Guarner, digestólogo en el Hospital Vall d'Hebron de Barcelona, explica que el método tradicional para diagnosticar el SIBO es el análisis del líquido presente en el intestino delgado, que se extrae mediante una endoscopia. Es un método diagnóstico invasivo y lento. 

¿Qué es el test de aliento?

Otro método es el test de aliento, para observar la cantidad de hidrógeno exhalado después de tomar lactulosa (un azúcar sintético). Si la proporción de hidrógeno es alta se deduce que ha habido una fermentación indeseable en el intestino delgado. Esta prueba suele ser suficiente para el diagnóstico de SIBO y para que se paute un tratamiento con antibióticos. Sin embargo, según Guarner, puede provocar muchos falsos positivos. Para evitar los errores, lo recomendable combinar el resultado de la pruebas con un buen examen de la situación clínica del paciente. 

¿Cuáles son las consecuencias de un tratamiento erróneo?

La administración innecesaria de antibióticos, sobre todo en tandas repetidas, puede provocar alteraciones en la microbiota del colon que, a su vez, está relacionada con el funcionamiento del sistema inmunitario, con el metabolismo energético o la absorción de nutrientes. 

Una alteración de la microbiota puede provocar más síntomas digestivos, inflamación, ganancia de peso, infecciones repetidas e, incluso, resistentes a la medicación, y alteraciones en el estado de ánimo. 

Si no es SIBO, ¿qué es?

A menudo la hinchazón y otras molestias intestinales leves no revelan una patología, sino que son simplemente consecuencia de la digestión de alimentos que hemos podido comer en exceso.

Unas molestias más intensas requieren una visita al médico y un seguimiento a lo largo del tiempo. Además de una gran variedad de problemas digestivos, los síntomas pueden deberse a intolerancias y alergias alimentarias que se diagnostican con pruebas específicas. 

Para evitar síntomas digestivos conviene seguir una dieta a base de una amplia variedad de alimentos naturales, preparados en casa, sin ultraprocesados. También hay que evitar el estrés, dormir bien y descansar.