Es normal que tras unas horas de actividad nos entre hambre, sobre todo si solemos desayunar poco. Si hacemos una pausa a media mañana nos entrarán ganas de picotear cualquier cosa y normalmente lo que tenemos a mano (máquinas de vending, tiendas, etc) suele ser poco saludable, además de que supone un gasto nada despreciable al año. Para estos casos lo mejor es llevarnos cosas de casa, que podemos haber preparado el día anterior o que ni siquiera necesitan preparación.

Desayunos sanos para tomar en el trabajo

Estas ideas os pueden venir bien para el día a día, tanto vuestro como de vuestros/as hijos/as en edad escolar, ya que son cosas que se pueden llevar para comer en el recreo. Que sean más o menos elaboradas dependerán del tiempo que dispongamos para prepararlas, de las cosas que nos hayan sobrado de otros platos, de la planificación de las comidas, etc. Lo que no debería interponerse nunca es la falta de ganas.

1. Frutos secos

Una bolsita con tus favoritos o una mezcla: nueces, almendras, pistachos, anacardos… para más comodidad aún, elígelos ya pelados (pero que no sean fritos o con un montón de sal).

2. Frutas desecadas

Higos secos, orejones, pasas, arándanos, albaricoques secos… hay bastantes para elegir y se pueden combinar con los frutos secos. Si no te gustan no pasa nada, hay más cosas.

3. Frutas frescas

Para más comodidad, elige las que aguanten bien golpes o apretones para llevarlos en la bolsa o mochila: plátanos, aguacates, manzanas, peras, etc. Si no te gustan con piel y no son tan fáciles de pelar como un plátano, pélalas en casa y mételas en un táper pequeño. También puedes trocearlas.

Para evitar que se oxiden hasta el momento de comerlas, hay que minimizar la exposición de los trozos al aire. Si tienes un aparato casero de envase al vacío, te llegarán perfectas. Si no, tapa bien los pedazos de fruta con film transparente antes de poner la tapa del táper. Cuanto más justa quepa la fruta en el táper, menos aire contendrá y menos oxidación se producirá.

Si puedes dejarla además en una nevera hasta el momento de comerla, mucho mejor.

4. Yogur vegetal

Un yogur de soja, coco o lo que quieras, que no tienes que abrirlo hasta que vayas a comerlo, y que puedes complementar con alguna de las opciones anteriores para ir variando cada día.

No pasa nada si el yogur va a estar dos o tres horas fuera de la nevera, no se pondrá malo, pero si puedes guárdalo en una nevera. También es buena idea tener una bolsa de refrigeración que conserve un poquito el frío.

5. Batido de frutas o lassi

En lugar de un zumo o un batido comprado, háztelo en casa y llévatelo en una botellita. Utiliza frutas frescas de temporada y aprovecha si hay alguna que se esté poniendo ya muy madura, porque al batirla con la batidora no notarás ninguna textura rara.

Para hacer un lassi basta con hacer un batido de fruta y añadirle yogur vegetal en lugar de agua o bebida vegetal. Los lassi quedan muy cremosos y son muy saciantes, así que no es mala idea hacerte alguno de vez en cuando.

Al igual que con los yogures, los lassi y los batidos se pueden guardar en una nevera, una bolsa de refrigeración o a temperatura ambiente siempre que no sean muchas horas.

Puedes añadirles otros sabores a tus batidos: cacao, canela, vainilla, menta, etc.

6. Sándwiches y bocadillos

Si tienes pan congelado en rodajas es tan rápido como hacerte un sándwich, no tienes que descongelarlas, se irán descongelando durante la mañana.

Monta tus bocadillos y sándwiches en un momento con lo que tengas por la nevera o con cosas preparadas ex profeso, por ejemplo tofu a la plancha, seitán frito, tempeh al grill, calabacín a la plancha, filetes de soja texturizada dorados con especias, garbanzos con salsa de tomate… Incluye también alguna que otra verdura cruda (por ejemplo rúcula, kale, endivias, brotes de espinacas, etc) y ya lo tienes hecho.

Si lo prefieres “deconstruido”, lleva el pan por un lado y los ingredientes por otro, así puedes montar los ingredientes donde estés sin que el pan absorba líquidos de los ingredientes o se ponga chicloso por el calor y estar envuelto.

Si quieres puedes cambiar el pan por picos integrales y comer esas mismas verduras, legumbres, etc., acompañadas de pan crujiente.

No hace falta que lo traigas de casa

Si no tienes nada que comer pero tienes alguna tienda cerca, aún hay esperanza.

Lo más fácil de encontrar son frutas y frutos secos, así que opta por ellos. En casi cualquier tienda de alimentación tienen almendras o nueces, así como frutas de temporada enteras.

También puedes encontrar fácilmente chocolate negro con más del 75% de cacao para picotear alguna onza.

En supermercados medianos y de barrio suele haber también panes integrales de tamaño pequeño y picos y colines integrales. Mira también en los refrigerados, es muy posible que tengan hummus o guacamole listos para comer.

Y aunque no son la mejor opción por el precio y la cantidad de plástico y envoltorios que llevan, también te pueden sacar de un apuro las frutas cortadas y refrigeradas, que ya están lavadas y peladas, y solo tienes que abrir y comer.