Todos emitimos una luz que refleja nuestro estado energético, nuestro equilibrio o la falta de él. La posibilidad de ver el aura ya no es un asunto de videntes: puede observarse mediante la tecnología biomédica Gdv-Biowell.

Ana María Oliva, doctora en biomedicina y terapeuta especializada en bioelectrografía, nos explica el funcionamiento y las aplicaciones de este dispositivo capaz de medir y analizar la energía humana, tema de su libro Lo que tu luz dice (ediciones sirio, 2014).

Bioelectrografía: conocer tu estado energético para poder sanar

–¿Para qué sirve ver nuestra energía en una consulta?
–Los pacientes quieren saber más de sí mismos en el plano físico y emocional, conocer el precio que pagan por la vida que están llevando y cómo pueden mejorar su estado. O que eso que perciben como un desajuste no desemboque en una enfermedad.

Los terapeutas que aprenden a utilizar esta tecnología pueden ver el estado de sus reservas energéticas, por dónde el paciente tiene tendencia a que se le bloquee la energía, cómo reacciona su cuerpo a su forma de vivir, si tiene algún órgano congestionado, si sufre ansiedad o estrés. También sirve para mostrar una correlación entre su mundo físico y su mundo emocional.

–¿El resultado puede revelarnos alguna sorpresa?
–Muchos de los malestares que sufrimos pueden explicarse por nuestro exceso y defecto de energía y las armonías o no que se crean en el cuerpo cuando interactuamos con personas, situaciones o nuestros propios hábitos y pensamientos. Esto es porque somos susceptibles de recibir ondas interferentes –constructivas o destructivas– igual que ondas resonantes que nos permiten activarnos si la frecuencia es la adecuada.

Es inquietante ver el efecto en nuestra energía de recibir una llamada de móvil o el que ejercen las palabras sobre nosotros. Se comprueba con solo cambiar algo de nuestro vocabulario, la forma en que construimos las frases y el tono. Se transforma nuestra manera de pensar cuando emitimos un mensaje o cuando lo recibimos.

"Es inquietante ver el efecto en nuestra energía de recibir una llamada de móvil o el que ejercen las palabras sobre nosotros."

También lo que no decimos, lo que retenemos, se enquista alrededor del cuello y nos merma energía. Somos más vulnerables de lo que pensamos pero si nos hacemos conscientes de ello, podemos tomar el control. el juego, las caricias, el baile, la risa o mantener una relación sana entre padres e hijos tiene efectos beneficiosos.

Suele pasar que cuando analizamos la imagen de un hijo que está viviendo un conflicto, esto tenga un reflejo en el estado del progenitor: la imagen energética es similar, porque en sus primeros años de vida el campo energético de ambos está vinculado.

Romper el círculo vicioso de los pensamientos tóxicos

–Dice que los pensamientos son nuestro peor enemigo y los compara con un bebé…
–Lo peor es dar vueltas a la mente interminablemente, los pensamientos reiterativos a los que volvemos una y otra vez. Y sí, la mente es como un bebé con un juguete que no quiere soltar.

La única manera de que la mente deje un pensamiento obsesivo es dándole a cambio otro positivo. Si nos hacemos con varios pensamientos positivos podremos disponer de ellos cuando la mente entre en un círculo vicioso obsesivo, que es lo que termina agotándonos física y también mentalmente.

–¿El campo energético y electromagnético es lo que solemos llamar aura?
–Sí, pero no me gusta denominarlo así para evitar confusiones. Además tiene un trasfondo esotérico alejado de la ciencia, cuando realmente todos deberíamos tomar conciencia de su importancia y de los cambios a los que está sometido y que le afectan.

Eso nos da el poder de entender que el cuerpo no está determinado por los genes, sino que está en un proceso de regeneración continua. Nuestro único límite es el que nos imponen nuestras creencias.

"El cuerpo no está determinado por los genes, sino que está en un proceso de regeneración continua."

–¿Puede convertirse el test de campo energético en algo parecido a las ecografías 4D, que permiten anticipar el estado del nonato?
–¡Ojalá!, porque no hay otra cosa en el mercado que nos dé esa información y lo ideal sería hacerlo siempre a nivel preventivo.

En mi consulta, el paciente se va con un diagnóstico con la información que sale de la máquina en el primer minuto y las pautas de cómo abordar el problema, lo que analizamos en la siguiente hora y media. Si creo que el desajuste está en la parte de las creencias, le voy a enviar a un profesional que lo pueda tratar con hipnosis, probablemente, o una programación neurolingüística.

Hay personas que vienen con somatizaciones, problemas físicos importantes, y la imagen que obtienen de su campo energético les ayuda a entender el origen de lo que les sucede.

Un dispositivo con base científica

–¿Cómo funciona la máquina GDV-Biowell?
–Para ver nuestra energía con la GDV-Biowell se introduce en ella la punta de cada dedo de las manos. Genera un campo electromagnético externo que interacciona con el de cada dedo y, a través de la lente, crea un proceso físico de avalanchas y multiplicación de electrones que produce una ionización del gas.

Eso es lo que nosotros vemos como luz, que se capta con una cámara de fotos y luego se procesa mediante un software.

–¿Qué se obtiene de esto?
–Se consiguen unos parámetros numéricos como la cantidad de energía, el nivel de ansiedad y estrés, el equilibrio entre el sistema nervioso simpático y parasimpático, qué sistema u órganos tienen en este momento más energía o tienen tendencia a congestionarse… Por tanto ves la energía y las reservas de energía.

–¿Por qué capta esta información de los dedos?
–La información es holográfica y todo está en cada una de las partes del cuerpo, ya sean los dedos, cabellos o iris. Cada célula contiene también la información de todo el ser.

–¿Existen más instrumentos para medir la energía?
–Sí, hay otros pero no iguales. La GDV-Biowell es una cámara Kirlian muy avanzada, y tiene una altísima repetibilidad: si ahora te analizo y me sale que tienes el hígado débil, si lo repito mañana y dentro de un mes y no has hecho nada para solucionarlo, me saldrá lo mismo, porque tiene un software que analiza cada dato cuantitativamente. La clave de la ciencia es que parte de un punto repetible.

"Si ahora te analizo y me sale que tienes el hígado débil, si lo repito mañana y dentro de un mes y no has hecho nada para solucionarlo, me saldrá lo mismo."

–¿Y el resto no lo hacen?
–Hay otras máquinas que miden la energía pero con ellas ahora sales de color rosa y dentro de cinco minutos amarillo, y dentro de diez, azul. te dicen que es porque tus pensamientos van cambiando.

Aunque es cierto que cambian, no puedo considerarla una herramienta científica si no tengo un punto de partida fijo. Por eso no me gusta el diagnóstico que se hace con la Quantum Scio, porque no es repetible ni con el Aura Vision ni las Kirlian clásicas.

–¿Qué otros factores hacen que un dispositivo sea fiable?
–Que haya estudios clínicos publicados en revistas fiables, tesis doctorales, que haya investigación científica ortodoxa relacionada con eso. Además que ese dispositivo biomédico tenga algún certificado de la FDA (Agencia Americana de Alimentos y Medicamentos) o de la UE.

La GDV-Biowell, desarrollada por el ruso Konstantiv Korotkov, tiene la clasificación de dispositivo de diagnóstico en Rusia, no en Europa, pero tiene muchísimas publicaciones clínicas, más de 150, y varias tesis doctorales de universidades diferentes, y tiene mucha experiencia clínica detrás.

–¿Están los médicos interesados en esta tecnología?
–Hospitales, pero privados. Hay médicos que se interesan, pero también los hay con miedo: los tienen muy apretados y si se saltan el protocolo les puede caer una denuncia.

Cada vez hay más centros de medicina integrativa, unos que trabajan muy bien y algunos denunciables porque se aprovechan de personas desahuciadas para sacarles todo. En los cursos de formación que hago sobre la GDV-Biowell tengo médicos, aunque no predominan.

"Hay médicos que se interesan, pero también los hay con miedo."

Muchos usan la medicina complementaria, pero solo en su consulta privada y sin hacer promoción de ello si además ejercen en la sanidad pública. Trabajan con esto por detrás del sistema pues, si lo reconocen, les trituran.

–Usted misma creo que sufrió el ostracismo…
–Saqué cum laude en el doctorado, pero me echaron de la universidad porque daba clases de bioelectricidad y biomagnetismo en el Máster de Ingeniería Biomédica.

Contaba a mis alumnos que, además del temario clásico, hay otras cosas a tener en cuenta, como el bioelectromagnetismo del propio ser humano y cómo eso te puede llevar a un entendimiento más profundo de la biología y de los procesos internos. no gustó y me echaron. Ahora me da igual porque trabajo sobre esto en la Universidad de Barcelona.

La luz que emitimos se puede medir

–¿Cómo explicaría que la energía está ligada a la naturaleza biológica del hombre?
–Tu corazón late porque genera una señal electromagnética de baja frecuencia, de 1 Hz más o menos. Esto lo recoge el electrocardiograma.

Y el cerebro emite una señal electromagnética mesurable a una frecuencia variable muy baja. Y tienes una temperatura corporal que es una radiación electromagnética en la banda de infrarrojos. Eso es luz.

Y además tienes emisiones electromagnéticas en muchas otras bandas, incluidas las microondas, la luz visible y UVA, por no decirte en todas las bandas del espectro.

–¿Qué significa eso?
–Significa que emites luz. Tienes un componente electromagnético mesurable y por dentro también emites luz. ¿Por qué te produce alergia admitir que emites luz y no que emitimos calor, cuando ambas cosas son luz, una visible y otra infrarroja? Es un tema de creencias, simplemente. A la gente le cuesta admitir que emite luz visible. Les crea un caos mental pensar en eso.

"¿Por qué te produce alergia admitir que emites luz y no que emitimos calor, cuando ambas cosas son luz, una visible y otra infrarroja?"

–En su libro deja constancia de estas evidencias científicas a lo largo de la historia…
–Luigi Galvani fue el primero. En 1773 postuló su teoría sobre la bioelectricidad al demostrar que si la electricidad afectaba a los nervios de la rana era porque también circulaba por ellos. Esta teoría resurgió cien años después al registrarse por primera vez la actividad eléctrica del corazón en el electrocardiograma.

–Y luego se registraría en el cerebro, músculos y células…
–Sí, en los últimos 70 años se ha demostrado que los seres vivos tienen características eléctricas endógenas y que la exposición a los campos electromagnéticos naturales o artificiales tiene efectos sobre ellos alterando su salud.

Curarse con electricidad

–Y de ahí llegamos a la electromedicina…
–Tuvo un boom muy importante porque las corrientes eléctricas son eficaces para reparar los huesos y tejidos lesionados, e incluso ayudan a la reparación celular…

Se estudió la relación entre la enfermedad y la electricidad endógena y cómo distintas patologías pueden mejorar con un tratamiento eléctrico. Pero ese boom perdió credibilidad porque empezaron a salir tecnologías que se vendían como la panacea universal; generaban muchas expectativas, pero a la hora de la verdad no funcionaban y se terminó metiendo a todas en el mismo saco.

Hoy algunas de esas tecnologías siguen siendo válidas y hay gente que las está recuperando. Pero por el camino siempre hay quien se dedica a desacreditar todo esto. Es suficiente con que digas que algo no es científico para desacreditarlo.

"Por el camino siempre hay quien se dedica a desacreditar todo esto. Es suficiente con que digas que algo no es científico para desacreditarlo."

–¿Estas tecnologías dan otra visión de la enfermedad?
–Exactamente, porque si nos tratan a todos por igual no solucionamos las causas.

He visto en unos infrarrojos un tumor de mama unido a un hilito que acababa en una de las muelas de la paciente. Era una endodoncia mal hecha. A través del huequito se le estaban colando bacterias y toxinas, y esas toxinas que habían cogido un canal energético le habían producido un cáncer de mama. La causa de este tipo de cáncer puede ser distinta, pero a esta mujer le solucionaron la endodoncia y se le solucionó el problema.

–¿Estas pruebas diagnósticas suelen ser inocuas?
–Sí, mientras una termografía no emite radiación, una radiografía nos radia como mínimo 10.000 veces por encima del valor biológico del cuerpo. Esto no es inocuo.

Es como los teléfonos móviles: la OMS (Organización Mundial de la Salud los considera posibles cancerígenos pero la industria dice que no hay pruebas y se juega con una doble moral.

–Los hospitales públicos chinos han adquirido tecnología de biorresonancia y cada año compran más…
–Claro, es que cuando tienes un buen diagnóstico entiendes la causa de lo que está pasando. Puedes actuar sobre el síntoma y la causa.

Una célula cancerígena tiene 20 mV en vez de tener 90 mV, y con esta tecnología podrías dar un chute de campo electromagnético para subir directamente el potencial de la célula a 90 mV. Eso sería tratar un síntoma solamente y no va a solucionar el problema pero ayudaría al cuerpo a reponerse junto a otras técnicas más.

"Cuando tienes un buen diagnóstico entiendes la causa de lo que está pasando. Puedes actuar sobre el síntoma y la causa."

–¿Qué otras cosas pueden detectarse?
–Podemos medir los parásitos con resonancia. Hay varias tecnologías y cada una reporta algo concreto sin necesidad de hacerte una analítica.

Pero hay una que es especialmente fiable en comprobarlo porque mide la señal electromagnética de cada tejido y cada organismo, una señal objetiva y cuantificable. Se llama ES Complex y tiene todas las licencias. No es un test de kinesiología en el que puedes influir con tu concentración en el resultado, un factor que en ciencia echa para atrás, con todos mis respetos para a la kinesiología.

–Usted misma proyecta abrir una clínica en barcelona con algunos de estos dispositivos biomédicos…
–Me gustaría traerme a España el modelo de clínica de una franquicia de Noruega que tiene 202 clínicas repartidas por el mundo, con todos los protocolos ya estandarizados.

En Cuba, la optimización de la salud con campos electromagnéticos va a ser una especialidad médica el curso que viene. Igual que tienes la especialidad en maxilofacial, puedes conseguirla en esto. Por eso creo que es una apuesta segura.