Una epidemia de gripe aviar arrasa ahora mismo Europa y ha obligado a sacrificar a 50 millones de aves de corral en un año, un holocausto animal que también afecta a aves silvestres, como gaviotas y alcatraces, y que no parecía preocupar gran cosa a nadie.

Pero este virus podría haber saltado a los mamíferos, que podrían contagiar al ser humano con un nuevo virus pandémico. El salto de especie podría haberse producido a principios del pasado mes de octubre (2022) en Galicia, en una granja de visones, otro pobre animal al que todavía se sacrifica legalmente por su preciosa piel. En una semana murieron el cuatro por ciento de los animales por lo que se había descrito inicialmente como una neumonía hemorrágica. Los 52.000 visones de la granja fueron sacrificados por orden de la Xunta de Galicia.

Un estudio científico, dirigido por Montserrat Agüero, del Laboratorio Central de Veterinaria del Ministerio de Agricultura, y su colega italiana Isabella Monne, del Instituto Zooprofiláctico Experimental de las Venecias, explica que el virus de la gripe aviar (H5N1) pudo haber saltado desde aves silvestres a un visón, en el que mutó (la nueva cepa se ha denominado T271A) y logró transmitirse entre mamíferos. Que se sepa, ningún trabajador de la granja -van con mascarilla- se ha infectado.

Las granjas de visones son un problema

Ya sabemos que los murciélagos cobijan cientos de virus, pero, en principio, su contacto con los seres humanos no es estrecho. Si lo es en una granja de visones, animales donde pueden recombinarse virus de aves y mamíferos con el riesgo de dar lugar a otros nuevos y peligrosos.

El brote gallego ha despertado una alarma mundial y ha reavivado el temor de que el H5N1 desencade una nueva y peligrosa pandemia humana. La viróloga holandesa Marion Koopmans, que ha trabajado para la Organización Mundial de la Salud (OMS), ha advertido en sus redes sociales que “estamos jugando con fuego”. En nuestro país, la viróloga Elisa Pérez, del Centro de Investigación en Sanidad Animal, pide que se cierren cuanto antes todas las granjas de visones.

Por ahora las autoridades sanitarias españolas no se han manifestado sobre la seguridad de las granjas de visones. En Europa, existe el precedente de Países Bajos, que decidió cerrarlas (con plazo final en 2024) por motivos éticos.

El doctor Jeremy Farrar, director científico de la OMS, ha advertido de que “el mayor riesgo para que haya una pandemia de gripe devastadora es que un virus de la gripe aviar o de otro animal infecte a un mamífero intermediario y evolucione, transmitiéndose entre mamíferos y entre humanos, que tendrían poca o nula inmunidad”.

El H5N1 se detectó por primera vez en una granja de gansos en China en 1996. Un gran brote avícola en Hong Kong en 1997 provocó las primeras muertes humanas documentadas y provocó los primeros temores pandémicos. Alrededor de 2005, el virus se extendió a las aves migratorias, que desde entonces lo han propagado por todo el mundo en varias oleadas grandes.

Pandemias, destrucción de los ecosistemas y negocios

Más del 70% de las enfermedades humanas en los últimos 40 años han sido transmitidas por animales salvajes. Los casos más conocidos son los de la gripe aviar, el ébola, el sida y el covid-19. Esta transmisión de enfermedades tiene que ver tanto con la destrucción de los ecosistemas naturales como con las granjas donde los animales viven hacinados y que pueden convertirse en cuna de nuevos virus y en puente hacia la especie humana.

En hábitats bien conservados y con variedad de especies los virus se distribuyen, hay especies que bloquean su dispersión y predadores que eliminan a los enfermos. En cambio, la destrucción de los ecosistemas, y sobre todo de los bosques tropicales, facilita la propagación de patógenos, explica Juan Carlos Del Olmo, secretario general de WWF España.

Por otra parte, el cambio climático también está favoreciendo la expansión de las enfermedades infecciosas. Al derretirse los glaciares, por ejemplo, pueden liberarse virus potencialmente infecciosos para los seres humanos. Otro riesgo son los mosquitos que pueden ser vectores, que llegan ahora a latitudes más amplias. En España, el mosquito tigre ya puede transmitir el dengue, una enfermedad tropical.

La principal causa de destrucción de los ecosistemas es la extensión de cultivos como la palma, la soja y otras plantas que se utilizan para alimentar a los animales que proporcionan carne. Por tanto, para revertir la situación es necesario reducir el consumo de carne en el planeta y organizar un sistema alimentario basado en la agricultura sostenible.