¿Tus armarios están a punto de estallar? ¿Lo que necesitas está siempre más abajo o detrás? ¿No has usado tres cuartas partes de las cosas que se encuentran en tus armarios durante más de un año, mientras que las cosas que usas todos los días constituyen solo una pequeña parte? Si es así, seguramente tu relación con las cosas materiales y con tu casa se está complicando. Conviene que tomes medidas y simplifiques tu vida, pero ¿por donde se empieza?

¡No tengas miedo de tirar cosas a la basura! Si llevas a cabo la operación de limpieza hasta el final te darás cuenta que es un verdadero paso para liberarse. Nunca hay que arrepentirse de separarse de las cosas superfluas. Por supuesto, siempre habrá un momento en el que necesitarás exactamente la pieza que acababas de desechar hacía dos semanas, pero siempre existe la posibilidad de echar mano de una alternativa.

Si no te resulta sencillo decidir qué es lo superfluo en tu hogar, te ofrecemos unas pautas e ideas inspiradoras sobre las ventajas de no acumular.

Cómo empezar a ordenar tu casa

Si tu motivación se acerca a cero incluso antes de comenzar, probablemente se deba a que tienes el enfoque equivocado. Sientes que se te avecina una tarea pesada y agotadora, pero los siguientes consejos te ayudarán a dividir la tarea aparentemente irresoluble en secciones pequeñas y manejables y harán que sea mucho más fácil de abordar.

  1. Crea la atmósfera adecuada para ordenar. Puede que te ayude una música dinámica o la compañía de una amiga o un familiar que te ayuden con esta actividad.
  2. Elige un día con mal tiempo. En un día así, estar al aire libre no es divertido y ordenar es probablemente lo mejor que puedes hacer. No solo liberaras armarios y cajones, sino también tu cuerpo y tu mente.
  3. Comienza con una tarea pequeña, como el estante o el cajón donde se guardan las llaves, los papeles del coche, las notas adhesivas, los bolígrafos... Si trabajas tema a tema en lugar de limpiar toda una habitación, irás más rápido y es más probable que tengas éxito.
  4. Ten preparadas cajas, cajas de cartón, sacos o similares en los que colocar las cosas con tres criterios: basura, almacenamiento temporal y uso posterior.
  5. Limpia completamente todo, compartimento por compartimento de armarios y cajoneras. No pienses en limpiar más tarde.
  6. Guarda las cosas que usas habitualmente en los lugares más lógicos. Te sorprenderá las pocas cosas que necesitas habitualmente.
  7. Todo lo demás permanece fuera de momento, preferiblemente en los contenedores previstos (basura, almacenamiento temporal y uso posterior).

¿Cómo desechar las cosas que no necesitas?

Hasta ahora ha sido fácil, pero ahora te enfrentas a las cosas que en realidad no necesitas porque nos las has incluido en ninguna de las tres categorías. De nuevo, divídelas en tres grupos:

  • Basura, porque, por ejemplo, está roto, muy sucio o resulta completamente inútil. Lo puedes eliminar rápidamente y no te causará ningún dolor de cabeza. Pero clasifica bien la basura para colocarla en el contenedor adecuado o llevarla a un punto verde.
  • Indecisa, porque no fue una compra barata o podrías usarlo de nuevo o reciclarlo. Aquí vale la pena considerar lo que realmente puede guardarse durante un cierto período de tiempo colocándolo en una caja etiquetada, por ejemplo, en el sótano o en un altillo. Si esta caja sigue intacta después de un año, puedes desechar su contenido. La próxima vez que ordenes se convierte automáticamente en "basura", a menos que algunos objetos estén en buenas condiciones y te puedas plantear regalarlos o venderlos; en cualquier caso, hazlo inmediatamente).
  • Sentimental, porque es un regalo de tus padres o lo asocias a un momento especial. Es la categoría más difícil. Las cosas que te recuerdan a ciertas personas o eventos, ya sean divertidos o tristes, no deben tirarse a la basura, sino dedicarles un lugar especial o conseguirles una caja aparte. Puedes hacer esto de vez en cuando para complacer tus recuerdos y mantenerlos vivos. Pero, ¿qué haces con el suéter de punto de la abuela que no se adapta a tus gustos y nunca te ha quedado realmente bien? ¿O con el cortador de manzanas de la suegra, que nunca usaste porque es mucho más fácil para ti cortar la manzana con el cuchillo? Aquí debes ser honesta con la abuela, la suegra y contigo mismo o misma. Quizás alguien más piense que estas cosas son geniales y prácticas y puedas regalarlas o venderlas.