El sistema inmunitario es feliz si se puede apoyar para su buen funcionamiento en los nutrientes y principios activos que aportan las especias y las plantas aromáticas.

Esta ayuda es especialmente importante cuando bajan las temperaturas y aumenta el riesgo de contraer infecciones respiratorias.

Especias, aromáticas y alimentos que colaboran con las defensas

Muchas plantas utilizadas en la cocina poseen compuestos como aceites esenciales, sustancias amargas, polifenoles, flavonoides y otros fitoquímicos que colaboran con la inmunidad y pueden prevenir o hacer menos intensos los molestos resfriados.

Jengibre

La raíz de jengibre es un clásico entre las ayudas naturales cotidianas. Ya sea en rodajas en infusión, confitado o exprimido en forma de shot, el jengibre es fácil de preparar, tiene un sabor delicioso y picante y, sobre todo, es una verdadera arma multiusos para el sistema inmunitario.

El jengibre tiene un efecto estimulante sobre el sistema inmunológico gracias a sustancias propias como los gingeroles, que justifican su uso como medicina desde hace miles de años en todo Asia. Posee efectos antiespasmódicos, antiinflamatorios y analgésicos.

Salvia

¿Qué es lo primero que te viene a la mente cuando oyes hablar de la salvia? Probablemente muchas recetas de cocina, pero poco acerca del poder de la salvia como estimulante inmunológico natural.

La salvia está llena de antioxidantes y los estudios han demostrado que también es un poderoso antiinflamatorio. Por eso muchas pastillas para la tos y el dolor de garganta contienen salvia.

Además, al igual que el jengibre, contiene aceites esenciales con compuestos con acción antiviral como la tuyona. Es una planta segura, pero no se debe exceder la dosis diaria de cuatro a seis gramos de hojas de salvia.

Ginseng

Si miras algunas raíces de ginseng descubrirás que recuerdan al cuerpo humano. Probablemente de aquí proviene el nombre chino, "jen shen", que significa algo así como "raíz humana".

En la medicina tradicional china, el ginseng se utiliza como planta medicinal desde hace más de 2.000 años. Hay ginseng rojo y blanco. Ambos proceden de la misma raíz, pero en Europa se utiliza principalmente ginseng blanco.

Los componentes del ginseng poseen propiedades antioxidantes, antiinflamatorias y adaptógenas, es decir, ayuda a adaptarse a las situaciones de estrés físico y mental. Recuerda que el estrés es una de las causas de que las defensas bajen y aumenta el riesgo de sufrir infecciones.

Ajo

Si el jengibre y el ginseng son estrellas de la medicina tradicional oriental, el ajo es un "alimento medicina" de la cultura mediterránea.

Es un bulbo que ayuda a reforzar el sistema inmunológico. La alicina es parcialmente responsable de este efecto. Se considera un "antibiótico natural" y actúa contra virus, bacterias y hongos. Así que es un verdadero mazazo contra los virus otoñales.

Para que se forme la alicina es necesario masticar el ajo crudo o macharlo con un mortero y dejar que repose un rato, pues es necesario que se mezclen la aliina y la alinasa que se encuentran separadas por las paredes celulares.

Para deshacerte del aliento a ajo puedes tomarte una limonada natural o una infusión de menta.

Tomillo

El olor a tomillo te hace sentir inmediatamente como si estuvieras de vacaciones en el campo. Aunque no lo estés, al menos puedes añadir su aroma a los platos y de paso fortalecer el sistema inmunitario.

En la antigua Roma, el tomillo se usaba en los baños para hacer que los soldados fueran más vitales y valientes. También se le atribuyó un aumento de la libido.

Hoy en día, el tomillo es especialmente apreciado por su efecto desinfectante y se encuentra en enjuagues bucales.

También tiene un efecto expectorante y ayuda con la tos u otros síntomas del resfriado. Con los aceites esenciales que contiene, el tomillo relaja los bronquios y combate bacterias y virus en las vías respiratorias.

Equinácea

La equinácea proviene de América del Norte. La planta, de la familia del girasol (cuidado con las posibles alergias), contiene inulina y aceites esenciales con efectos inmunoestimulador y antiinflamatorio.

En pruebas de laboratorio se ha comprobado que el zumo exprimido de la planta podría provocar un curso más leve de resfriados o prevenirlos.

La equinácea estimula las células inmunitarias, lo que se traduce en una mayor producción de glóbulos blancos, que combaten con éxito hongos, virus y bacterias.

Referencias científicas: