Últimamente escuchamos hablar de lo ecoansiedad cada vez más, en nuestro entorno, en redes sociales, artículos, la radio… y es que poco a poco se está convirtiendo en algo demasiado común entre las personas que se preocupan por su futuro y el futuro del planeta.

Qué es la ecoansiedad

La ecoansiedad, también conocida como "ansiedad climática" se define como la angustia creada por el cambio climático y las consecuencias que esto puede tener en la vida de las personas que habitan el planeta.

Y es que no es para menos. Las noticias (por desgracia y por fin) nos informan de infinidad de fenómenos meteorológicos y ecológicos que están ocurriendo, y esto, obviamente, nos hace pensar en el futuro que nos espera principalmente a las personas que vivimos ahora aquí, pero mucho más a nuestros hijos e hijas.

La comunidad científica coincide en que, si seguimos ignorando las señales como hemos hecho hasta ahora, puede que muchos países desaparezcan bajo el agua o debido a sequías, puede que ocurra una migración climática, y algunos incluso predicen guerras por recursos como el agua. Teniendo en cuenta estos datos, la cosa no pinta bien.

Por eso muchas personas comienzan a sentir ansiedad por el cambio climático, es decir, ansiedad ante la incertidumbre de lo que ocurrirá en un futuro no muy lejano (probablemente, este mismo siglo) o cómo el cambio climático les afectará a ellos o a los miembros más jóvenes de su familia. Yo misma bromeo a menudo con este tema, principalmente porque mi mecanismo de gestión ante situaciones que me crean ansiedad es, como habréis adivinado, recurrir al humor.

Sin embargo, hay que ponerse serios ante este tema, ya que algunas personas que sufren eco-ansiedad pueden ver su vida diaria afectada y pueden incluso necesitar ayuda profesional.

Síntomas de la ansiedad por el cambio climático

La ecoansiedad no es ninguna broma, ya que estos sentimientos de desesperación y pérdida de esperanza sobre la vida en este planeta pueden incluso causar síntomas como:

  • Ira y frustración, particularmente hacia aquellos que niegan el cambio climático o generaciones de mayor edad por no progresar más en este ámbito
  • Pensamientos fatalistas.
  • Crisis existencial.
  • Culpabilidad o vergüenza de nuestra propia huella medioambiental
  • Estrés postraumático después de experimentar los efectos del cambio climático.
  • Sentimientos de depresión, ansiedad o pánico.
  • Sentimiento de duelo o tristeza por la pérdida de naturaleza o especies de animales.
  • Pensamientos obsesivos sobre el clima.

Además, estos síntomas también pueden derivar en:

  • Problemas para conciliar el sueño.
  • Cambios de apetito.
  • Dificultad para concentrarse.

La lista es larga, y solo ahora se están empezando a estudiar los efectos y consecuencias de la ecoansiedad, pero no debemos olvidar que, además, el cambio climático afecta (y ha afectado ya) a las comunidades más vulnerables, lo cual, empeora la situación en la que ya se encuentran.

Esto también puede hacernos sentir aún peor, pensando en que todas nuestras acciones diarias están afectando directamente a personas que ya están en situaciones complicadas.

De ahí que el sentimiento de culpa sea uno de los mayores síntomas de la ecoansiedad. Esto es algo que probablemente nos haya pasado a todas las personas que a diario nos preocupamos por el medio ambiente e intentamos hacer las cosas de la mejor forma posible, para tener el mínimo impacto medioambiental posible.

"El sentimiento de culpa es un síntoma habitual de la ecoansiedad"

Yo misma he llegado a pasar auténtica sed en pleno verano por no comprar una botella de plástico cuando la reutilizable se me había olvidado. He renunciado a cosas que me apasionaban. He consumido productos que no me funcionaban o que incluso llegaban a hacerme daño, simplemente porque llevaban envoltorios más sostenibles o no lo llevaban.

Hay personas que sienten incluso pánico a poner el aire acondicionado o la calefacción, o que emplean horas eternas en realizar manualidades o viajes de horas para rellenar botellas a granel. Esa persona también he sido yo.

Cómo reducir la angustia

Con el tiempo he conseguido entender que hay un punto medio entre no hacer nada y llevar todo el peso del cambio climático en mis propios hombros.

Por supuesto que debemos hacer lo máximo posible y a nuestro alcance en el día a día, pero también debemos entender que una persona, por sí sola, no puede resolver la crisis climática. Es un asunto muy complejo que no tiene soluciones sencillas y requiere acción y cambio sistémico.

"Hay que actuar, pero no se puede llevar todo el peso del cambio climático sobre los hombros"

Es totalmente normal sentir impotencia ante algo que nos preocupa tanto, porque sentimos que lo que hacemos tiene un impacto muy limitado, pero también debemos entender que la unión hace la fuerza: que muchas personas haciéndolo lo mejor que pueden al mismo tiempo pueden cambiar el sistema.

Eso no significa que debamos aspirar a la perfección, porque, como siempre digo, el impacto cero es imposible. Por eso, para combatir la ecoansiedad es útil unirse a una comunidad que comparta nuestras preocupaciones y motivaciones (por ejemplo, mi comunidad de Instagram es una red de apoyo constante para mí), donde poder desahogarnos en un entorno seguro.

Por supuesto, también nos ayudará llevar a cabo cambios y acciones en nuestro día a día para sentir que estamos contribuyendo a la lucha, pero siempre recordando que es imposible ser perfectos y coherentes el 100% del tiempo.

Por último, si lo creemos necesario, podemos acudir a terapia. Los profesionales cada vez están más formados en estos temas y ámbitos y pueden ayudarnos a obtener las herramientas necesarias para gestionar los sentimientos que esta situación de ansiedad nos puede generar, y así intentar limitar el impacto que pueda tener en nuestra vida diaria.

Los que está claro es que la ecoansiedad es la nueva normalidad, pero debemos recordar que no estamos solas. Es completamente normal sentirse así, pero al mismo tiempo somos cada vez más y más personas las que luchan por el planeta, no solo para preservar nuestra maravillosa naturaleza y vida, sino también para crear un nuevo mundo 2.0 más sostenible y más justo para todas las personas de este precioso planeta Tierra.