Queremos que la cocina esté muy limpio, pero en realidad es el lugar de la casa donde se acumulan más bacterias, incluso más que en el baño. Y en la cocina, donde se multiplican las bacterias mejor que en ningún otro lado es en los estropajos.

En los estropajos se dan las condiciones para que se conviertan en cobijos de bacterias: están siempre húmedos, tienen una estructura porosa y están en contacto con restos de comida. Como consecuencia, en cada centímetro cúbico de estropajo (un trozo del tamaño de un dadito), se pueden acumular miles de millones de bacterias.

Los estropajos acogen miles de millones de bacterias

Un estudio publicado en BMC Public Health midió la presencia de bacterias en estropajos utilizados por estudiantes en residencias universitarias y revelo los datos de un ecosistema complejo:

  • 79.000 millones de bacterias aeróbicas mesófilas por centímetro cúbico.
  • 72.000 millones de bacterias coliformes (entre ellas, Enterobacter cloacae y Klebsiella oxytoca, patógenas para los seres humanos).
  • 73.000 millones de enterobacterias.

Estos ecosistemas con los que pretendemos limpiar los utensilios que nos llevamos a la boca o que usamos para cocinaar, suelen contener patógenos como la Salmonella spp., Acinetobacter spp., Moraxella spp., Staphylococcus aureus, Campylobacter spp., Listeria monocytogenes, Escherichia coli, Enterobacter cloacae, Klebsiella oxytoca o Cronobacter sakazakii.

Los estropajos también son un problema ambiental

Los estropajos no son solo reservorios de bacterias potencialmente dañinas, son asimismo un problema para el medio ambiente porque están fabricadas con dos plásticos que no se pueden reciclar: poliuretano para la parte de la esponja y poliéster para la parte rugosa. Poliuretano y poliéster son derivados de la contaminante industria del petróleo.

3 alternativas al estropajo (estropajos ecológicos)

Existen estropajos fabricados con materiales naturales que son tan eficaces o más que los de plástico.

  1. Celulosa. Se pueden encontrar esponjas de cocina fabricadas con celulosa procedente de residuos vegetales. Después de su vida util se pueden echar a la basura de restos orgánicos (al adquirirlas asegúrate de que la etiqueta asegura que se trata de un material cien por cien biodegradable o compostable.
  2. Luffa. La luffa (en la foto que ilustra este artículo) es una planta que produce unos frutos gruesos y alargados que al secarse adquieren una textura fibraosa similar a una esponja. Son, por tanto, cien por cien biodegradables y compostable. Un estropajo de luffa puede usarse para limpiar toda la vajilla, la vitrocerámica o la encimera. También puede utilizarse como esponja de baño. Se encuentran en tiendas ecológicas y herbolarios.
  3. Esparto. Con este material se elaboran estropajos naturales ecológicos que ofrecen un gran rendimiento. Son eficaces y duraderos.

Cómo desinfectar los estropajos

Además de elegir un estropajo natural hay que cuidarlo para que dure y no se convierta en un nido de bacterias. Lo mejor es limpiarlo (no debe quedar en él ningún resto orgánico) y secarlo después de cada uso.

Para ello, se puede colocar el estropajo durante 10-20 segundos en el microondas. También se puede lavar en el lavavajillas cuando se ponga un programa de temperatura alta (el estropajo se coloca en la bandeja superior, o lavarlo en agua y secarlo al sol (en verano).

En una olla puedes mezclar 250 mililitros de agua, medio vaso de vinagre de limpieza y tres cucharadas de sal. Pon el estropajo en este agua y llévala a ebullición. Cuando rompa a hervir apaga el fuego. Tres minutos después retira el estropajo, escúrrelo y deja que se seque, al sol si es posible.

El uso que se hace del estropajo es muy importante: se debería utilizar solo con las sartenes, ollas y cubiertos. Las encimeras, tablas de cortar, estantes del frigorífico, se deben limpiar con paños.

El consejo final es renovar el estropajo a menudo: cada semana o cada dos como máximo.