¿Estas pensando en realizar una escapadita este octubre que te permita desconectar y gozar de la naturaleza? ¿Buscas un destino para pasar el puente de octubre? Atención a la sugerencia de National Geographic sobre el pueblo más bonito de España que se puede visitar en octubre, una localidad que encarna la esencia de la naturaleza y la tradición.

Se trata de un hermoso y pintoresco pueblo de calles empedradas y casas tradicionales que está rodeado de bosques y montañas, por lo que es ideal para los amantes de la naturaleza que deseen, además, explorar un territorio lleno de historia. 

EL PUEBLO MÁS BONITO DE ESPAÑA PARA VISITAR EN octubre

El pueblo que la prestigiosa revista National Geographic ha elegido como el más bonito de España en octubre es ni más ni menos que Ochagavía, ubicado en el corazón de Navarra. Con su rica historia y su proximidad a la Selva de Irati, este encantador pueblo ofrece una experiencia única para conectar con la naturaleza.

El nombre Ochagavía, derivado del euskera "otso" (lobo) y "kabia" (nido), refleja una relación ancestral entre los habitantes del valle y los lobos. Los habitantes de Ochagavía convivieron con los lobos que habitaban el valle y esa relación no solo quedó plasmada en el nombre, también quedó sellada para siempre en el escudo del pueblo y del valle de Salazar, que muestra un lobo con un cordero en la boca.

Arquitectura y Tradición en  Ochagavía

Los amantes de la arquitectura tienen una oportunidad durante su visita a Ochagavía para visitar varios puntos históricos que no pasan desapercibidos:

  • Puente Medieval. Al llegar a Ochagavía, el hermoso puente de piedra medieval sobre el río Anduña captura la vista, siendo una postal viva de la villa. Este puente no solo es un punto de partida perfecto para explorar el pueblo, sino que también es un testimonio de la arquitectura histórica de la región.
  • Palacios e Iglesia: Los palacios medievales de Urrutia, Iriarte y Donamaría, junto con la Iglesia de San Juan Evangelista del siglo XVI, son monumentos que narran la rica historia arquitectónica de Ochagavía. Cada rincón de estos edificios cuenta una historia, desde los retablos renacentistas y barrocos en la iglesia hasta las estructuras robustas de los palacios.

Belleza natural en los entornos de Ochagavía

A poca distancia de Ochagavía (menos de 10 kilómetros) podemos visitar la Selva de Irati, el segundo hayedo más grande de Europa, espera ser explorada. Este bosque prístino ofrece una experiencia inmersiva en la naturaleza, con su diversa flora y fauna, y el monte Ori, una de las cumbres más altas del Pirineo navarro.

El refugio de Casas de Irati se presenta como una de las vías de acceso más populares para los visitantes que desean explorar la selva de Irati desde Ochagavía. Justo antes de entrar al pueblo de Ochagavía hay que coger el desvío (NA-2012 Ochagavia-Irati y en unos 40 minutos —23 kilómetros— para llegar al Centro de acogida Casas de Irati  (también conocidas como las Casas del Rey).

El acceso a este espacio es viable durante las estaciones de primavera, verano y otoño, mientras que en invierno, las Casas de Irati permanecen cerradas. 

Desde este punto, se recomienda encarecidamente emprender recorridos en BTT, con más de 400 kilómetros de rutas ciclables dispersas por todo Irati, y explorar senderos como Errekaidorra; la cascada del Cubo; el antiguo camino de Casas de Irati; el paseo de los sentidos; la senda del río Urbeltza; o el sendero del bosque Zabaleta.

Desde este punto parten los siguientes senderos:

Una excursión basada en una leyenda medieval

Merece especial mención esta  interesante excursión que se inicia a unos 3,5 km de Ochagavía, en la localidad de Izalzu. Se trata de un recorrido circular que promete una experiencia exigente pero gratificante para los amantes del senderismo y la naturaleza. Este trayecto no solo ofrece vistas panorámicas hacia las majestuosas cumbres pirenaicas y el Valle de Salazar, sino que también lleva a los senderistas a través de una leyenda medieval que envuelve al bardo Gartxot.

El sendero comienza en Izalzu/Itzaltzu, y tras un kilómetro recorrido por la carretera en dirección a Uztárroz, se adentra en un bosque de robles que pronto revela un mirador fabuloso hacia el Pirineo. A medida que se avanza, las cimas del sur de Navarra hasta el Moncayo se despliegan ante los ojos de los aventureros, mostrando un espectáculo natural sin igual.

La ruta, enmarcada por densos bosques de hayas y robles, pastos y zonas de bordas ganaderas, ofrece una inmersión en la vida rural y natural de Navarra. En dos puntos intermedios del recorrido, la frescura de sombreadas cascadas brinda un respiro y un momento de contemplación ante la belleza del agua desplomándose entre la vegetación.

Un desvío lleva hasta la cueva de Elkorreta, un lugar envuelto en la leyenda medieval del bardo Gartxot. Según cuenta la leyenda, Gartxot se refugió en esta cueva tras asesinar a su hijo para evitar que los monjes de Orreaga/Roncesvalles se lo arrebataran. Este relato añade un matiz místico al recorrido, conectando la naturaleza con la historia y la leyenda de la región.

Continuando por el camino, los senderistas llegarán a una cañada y una pista, descendiendo luego por una zona de prados hasta conectar con otra pista que los introduce en un robledal y bojeral, culminando el recorrido en el punto de inicio, Izalzu/Itzaltzu.


    Sostenibilidad y cultura local

    Ochagavía te invita a saborear su rica cocina local. Es recomendable vivistar sitios como la Antigua Estación Patatera, y los bares Iratibizkar y Artzai para probar exquisitas especialidades mientras admiras el paisaje de Ochagavía.

    Por otro lado, la tienda Erletxo en Ochagavía ofrece una variedad de productos locales que reflejan la biodiversidad de la región. Desde chocolates hechos en la Selva de Irati hasta mermeladas artesanales, miel de caserío, sidra, vino autóctono y queso Roncal, estos productos son un testimonio de la riqueza natural y la tradición agrícola de la región.

    La Fiesta de los Oficios y las Tradiciones, Orhipean, es una celebración única en Ochagavía. Durante esta festividad, el pueblo retrocede en el tiempo, recreando la vida y los oficios tradicionales de 1900, mostrando una vida sostenible y en armonía con la naturaleza.

    HOGARES CON ENCANTO

    Las vías del pueblo resplandecen en tonos blancos y grises, pero son las vivaces flores en los balcones y los eguzkilore, emblemas de la mitología vasca, los que brindan un matiz vibrante a las viviendas. En Ochagavía, las edificaciones de piedra trascienden ser meras estructuras; son el alma de las familias originarias del lugar. Aquí, es común preguntar "¿a qué casa perteneces?" en vez de "¿a qué familia perteneces?". Las denominaciones de las viviendas, tales como Casa Ochoa, Casa Indiano, Casa Fugas y Casa Pomposo, se lucen en las fachadas, mostrando el carácter distintivo de cada residencia.