La primera evaluación a gran escala del metilmercurio en anfibios adultos en los EE. UU. hasta la fecha muestra que, en los anfibios, este compuesto tóxico es común, está muy extendido y, al menos para algunos, puede alcanzar niveles muy altos.

El estudio, “Evaluación a gran escala del metilmercurio en anfibios adultos”, que se ha publicado en la revista Environmental Science and Technology, reunió a científicos de todo el país para realizar pruebas en más de 3.200 anfibios que representan 14 especies de 26 poblaciones.

Los anfibios son el grupo de vertebrados más amenazado en todo el mundo, pero hasta este estudio, se sabía poco sobre la variabilidad de la bioacumulación de mercurio, ha explicado Anne Kinsinger, directora asociada de ecosistemas del Servicio Geológico de los Estados Unidos.

La cantidad de metilmercurio en los anfibios varió según el sitio y las características del ciclo de vida, como la dieta, el tamaño y el sexo. Aunque la variación en las concentraciones entre anfibios fue grande, con la medición más alta 33 veces más que la más baja, fue mucho menor que la variación reportada para otros animales como libélulas, peces y aves.

Los autores sugirieron que la menor variación entre los anfibios se debió posiblemente a que recolectaron muestras principalmente de humedales, mientras que los estudios sobre otros tipos de animales recolectaron muestras de una mayor diversidad de hábitats.

El mercurio amenaza a los anfibios

Se sospecha que los contaminantes, como el mercurio (un contaminante de preocupación mundial porque es dañino para los humanos y otros animales) son una de las razones por las que los anfibios están disminuyendo.

El metilmercurio es la forma de mercurio más biodisponible y altamente tóxica para los vertebrados. Entra en la red alimentaria y es difícil para los animales deshacerse de él una vez que entra en su organismo, por lo que se acumula en los animales a medida que continúan alimentándose, un proceso que los científicos llaman bioacumulación.

¿De donde procede el mercurio que mata a los anfibios?

El mercurio forma parte de la composición natural de la corteza terrestre y se libera al medioambiente a través de la actividad volcánica y la erosión de las rocas.

Sin embargo, también se libera a través de numerosas actividades como la industria, la minería, quema de combustibles fósiles, eliminación de residuos, etc. El mercurio se ha usado o se usa en pinturas, vacunas (por ejemplo, en la de la gripe y en alguna fórmula contra difteria-tetanos), amalgamas dentales, baterías y pilas, lámparas fluorescentes y de bajo consumo, aparatos eléctricos y electrónicos, aparatos de medida (termómetros y barómetros), etc.

El mercurio, una vez liberado, sufre una serie de transformaciones y se puede presentar de tres formas distintas: Mercurio metálico o elemental (Hg0), mercurio inorgánico (Hg+ y Hg++) y como mercurio orgánico.

  • El mercurio elemental (Hg0) es muy volátil, por lo que se encuentra principalmente en la atmósfera, donde puede permanecer hasta dos años.
  • El mercurio inorgánico (Hg+ y Hg++) se encuentra principalmente en el suelo y en el agua.
  • El mercurio orgánico se encuentra en el agua, principalmente como metilmercurio (CH3Hg+) y como dimetilmercurio ((CH3)2Hg). La metilación de mercurio inorgánico se produce por reacción química directa o mediante la acción de bacterias. Es el componente orgánico de mercurio más común en la cadena alimentaria.

El mercurio también es un problema para las personas

Tanto el metilmercurio como el mercurio inorgánico son genotóxicos in vitro, pero estudios realizados con animales en laboratorio y en humanos no han permitido concluir que sean genotóxicos in vivo.

Después de una ingesta oral, el metilmercurio se absorbe en el cuerpo y se acumula en el tejido graso, lo  que hace que pueda atravesar fácilmente la placenta y la barrera hematoencefálica.

El metilmercurio afecta al sistema nervioso central en desarrollo, de ahí que el feto y los niños más pequeños sean los más sensibles a este metal. También se han observado efectos sobre la ganancia de peso corporal, la función locomotora y la función auditiva.

Las mujeres embarazadas, o que puedan llegar a estarlo, y durante la etapa de lactancia, así como los niños más pequeños, constituyen la población más sensible al mercurio.

Las especies grandes de pescado azul o graso son el principal riesgo alimentario

La principal fuente de mercurio en la dieta es el pescado azul, sobre todo las especies de gran tamaño como el atún y el pez espada. Según la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria, las personas en mayor riesgo son los niños hasta los 10 años de edad y las mujeres embarazadas. Estos dos grupos de población, especialmente en España, Italia, Francia y Grecia, los países donde se consume más pescado en Europa, podrían superar las ingestas tolerables de mercurio.

Para reducir la ingesta de mercurio si no se quiere renunciar a las ventajas para la salud relacionadas con el consumo de pescado, se recomienda elegir especies pequeñas como la sardina, el arenque o el boquerón. En cambio no se recomienda el pez espada o emperador, el tiburón, el atún rojo y el lucio.

Referencias científicas: