Tras diez años investigando sobre el talento humano en colaboración con expertos de múltiples disciplinas, Tony Estruch ha presentado el libro Geniotipos, donde comparte la teoría de geniotipos, una herramienta de autoconocimiento que nos ayuda a encontrar el genio que todos tenemos dentro.

El libro nos invita a identificar nuestras aptitudes innatas, mediante la teoría de los geniotipos, para así poder alcanzar con éxito nuestro propósito de vida en el plano personal y profesional. Asimismo, el autor nos presenta las características de los nueve tipos de genialidad que existen para que podamos entender mejor a familiares, amigos y compañeros.

–En tu libro Geniotipo presentas un nuevo modelo para entender el talento humano. Entonces…. ¿todos somos genios?
–Estoy convencido de ello, aunque la mayoría de las personas desconocen sus dones. Es como vivir con resignación en una casa muy pobre, ignorando que hay un tesoro enterrado justo debajo.

–Una buena alegoría. ¿Cuál fue el origen de tu teoría de los geniotipos?
–Llegué a ella tras un proceso personal de prueba y error. Desde muy joven estuve dedicado a los negocios, porque creía que ganar dinero era lo que debía hacer para cumplir las expectativas de la sociedad. Llegué a tener 200 empleados y ninguna vida propia. Cuando miro atrás, lo único que sé de esa época es que no era feliz.

–¿Cómo saliste de ahí?
–A la fuerza, puesto que me acabé arruinando. Tras organizar un festival que fracasó, lo perdí todo y tuve que instalarme en casa de mi madre y empezar de cero. Mientras luchaba por no hundirme, me dediqué varios años a estudiar infinidad de casos de éxito en todas las facetas del ser humano.

–¿Y a qué conclusiones llegaste?
–Iba redactando fichas con las características de cada caso de éxito. Me interesaba su fortaleza o talento especial que le había llevado a triunfar. Cuando tenía ya casi un millar de perfiles, me di cuenta de que se repetían siempre los mismos mapas de talento, y que podían agruparse en nueve tipos de genialidad. Esa fue la semilla de la investigación del geniotipo, que he publicado diez años después.

–¿Qué hiciste entre medio?
–Necesitaba corroborar mi investigación con personas a pie de calle. Empecé por mi entorno para después hacer entrevistas con gente de todo tipo de oficios, o incluso ninguno. Examiné a más de mil perfiles para ver si sus características encajaban en el modelo de los geniotipos. Las coincidencias eran asombrosas, lo cual me confirmó que el modelo funcionaba y que sería muy útil para que las personas puedan conocer sus capacidades innatas y, así, desplegar todo su talento.

–Por lo tanto, hay 9 maneras distintas de ser genial. En tu libro, cada una está representada por una figura geométrica. ¿Cómo es Infinito?
–Es un maestro de vida. Su propósito es educar y mostrar caminos, acompañando e inspirando a los demás para que desarrollen todo su potencial. Buda era Infinito. También María Montessori, que creó un nuevo paradigma educativo.

–Un talento muy distinto del de Cuadrado. ¿Cómo es este geniotipo?
–Es el gestor ejemplar, la persona ordenada y meticulosa que hace funcionar el mundo.

A este perfil pertenecen los empresarios prudentes, los administrativos y abogados.

–Otro tipo de genialidad es Elipse.
–Son las personas creativas sin freno. No paran de generar ideas y alimentan la imaginación de los demás. Un ejemplo sería Miguel Ángel, que en el Renacimiento era capaz de crear obras maestras en cualquier disciplina: pintura, escultura, arquitectura… Y una muestra actual de Elipse sería J.K. Rowling, aunque no es necesario apuntar tan alto. Muchas personas “corrientes” que poseen una gran creatividad no son conscientes de ello.

–Vamos ahora con Triángulo…
–Caracteriza al vendedor nato. Quien tiene este tipo de genialidad es empático y buen comunicador. Tiene el don de transmitir a toda clase de personas. Steve Jobs poseía este tipo de genialidad, pero también Cristóbal Colón, que supo “vender” su proyecto de viaje a las Indias a la monarquía.

–¿Cuál es la genialidad de Círculo?
–Su fortaleza es el amor incondicional. Vive para ayudar a los demás. Hace con pasión pequeñas o grandes cosas que mejoran el mundo y, al ser todo corazón, su gran baza son las corazonadas, la intuición.

–Es interesante que otro de los nueve perfiles, Rectángulo, no lo solemos relacionar con la genialidad.
–Eso es porque no entendemos el talento de las personas que hacen con pasión trabajos manuales y se esfuerzan en ser impecables. Aspiran a la perfección. Eso les hace sentir felices y realizados. Gracias a los Rectángulos se construyeron las Siete Maravillas del Mundo. La humanidad no funcionaría sin ellos.

–¿Cómo es el Pentágono?
–Es el geniotipo de médicos, terapeutas y sanadores, pero también de científicos y grandes inventores. Su talento se orienta a curar y a solucionar problemas para facilitarnos la vida.

–Vamos ahora con uno de los geniotipos más raros… ¿o habría que decir oscuros? Hablemos de Rombo.
–Esta figura geométrica apunta hacia arriba y hacia abajo, porque este tipo de genios conectan la vida y la muerte. Les atraen los cementerios y lo “energético”; algunos son médiums. Las personas que se dedican a cuidados paliativos o que acompañan a la muerte, como Elisabeth Kübler-Ross, serían también ejemplos de este geniotipo, así como artistas y escritores como Stephen King.

–Y, por último, Estrella.
–Es la capacidad extraordinaria de quien logra el éxito en todo lo que emprende, el genio inconmensurable que brilla ya desde la infancia. Mozart o Picasso serían buenos ejemplos de ello.

–Es posible que los lectores de CuerpoMente ya hayan identificado su Geniotipo. A partir de aquí, ¿cómo pueden potenciar su talento?
–Que empiecen leyendo mi libro. Allí encontrarán todo lo que necesitan para descubrir su pasión y quizás, incluso, llegar a vivir de ella. Conocer el geniotipo resulta transformador, porque para que los cambios personales y profesionales sean realmente efectivos y duraderos, deben ir alineados con nuestras fortalezas y capacidades innatas. Tomar conciencia de ellas lleva nuestra vida a otro nivel.