El acceso de los niños y adolescentes a internet es un tema que no está exento de polémica.

Por un lado encontramos las posturas relacionadas con el control y la restricción, y por otro, las que abogan más por la concienciación y la educación. La idea de este artículo está más alineada con la segunda, no obstante, sí creo que ciertas pautas son necesarias para ayudar a evaluar y manejar la ingente cantidad de información accesible, proteger la privacidad y aprender a defender la integridad y seguridad.

Si eres adolescente, puede que seas de los que ha aprendido a relacionarse con el mundo a través de una pantalla.

Los estudios indican que, en estos momentos eres un volcán en erupción, con un cerebro en construcción. Estás empezando a desplegar conductas de autocuidado y autonomía, así como explorando los límites de la privacidad.

Todo esto compaginado con la accesibilidad de internet puede abrumar o llevar a situaciones peligrosas y dañinas auspiciadas en el anonimato.

De las más potencialmente peligrosas son las relacionadas con el acoso, chantaje y abuso sexual, tanto entre iguales como por parte de pedófilos y pederastas. Estas conductas se conocen como “sextorsion” y “grooming”.

¿Qué se conoce como grooming?

Se le llama así al engaño por parte de pedófilos y pederastas, con el fin de ganarse tu confianza y con el objetivo de obtener imágenes de ti con poca ropa o sin ella. Es posible que luego intente chantajearte para abusar sexualmente de ti, o en el mejor de los casos usar esas imágenes para su satisfacción sexual.

La manera de proceder es crearse un perfil falso para ganarse tu confianza, seducirte y hacer que le importas.

Poco a poco va intimando, te ofrece regalos, te pide que mantengas el secreto. Te irá pidiendo fotos, o que conectes la webcam para verte. Te halagará, y te pedirá que le enseñes cada vez más. Con el tiempo usará esas fotos para chantajearte, te amenazará con difundirlas.

Al final la opresión puede ser claustrofóbica y sentir que no hay salida. Siempre la hay.

¿Cómo evitarlo?

Te ofrezco unas orientaciones para ayudarte a protegerte, detectar y si fuera necesario denunciar el “grooming”.

  • Lo primero a tener en cuenta es tener los dispositivos de conexión protegidos ante programas “malware” que puede ser utilizados para acceder a las claves, ubicación u cualquier información personal.
    • Conviene asesorarse sobre programas y aplicaciones para proteger los equipos y la información suministrada.
    • Elegir las redes sociales más “seguras” si es que alguna lo es.
    • No te descargues programas de fuentes desconocidas.
    • Si no sabes, pide ayuda.
  • No utilices tu nombre real, crea un alias lo más neutro posible.
  • Desconfía de personas que te pidan datos personales, como nombre real, lugar de residencia, edad, centro de estudios, claves de acceso…
  • Tu intimidad es un bien preciado, tanto en internet como en tu vida real. Cuídala y protégela.
  • No te fíes del nombre o foto que tenga en el perfil. Puede ser un adulto que se haga pasar por alguien de tu edad.
  • Cuida tu imagen digital, piensa antes de publicar.
  • No agregues a tu red a personas que no conozcas.
  • No uses la webcam con personas desconocidas.

¿Señales de alarma?

Aquí van algunos indicios que puedes tener en cuenta para detectar una situación de grooming. No te la juegues, a la mínima duda da el aviso a alguien de tu confianza. También puedes pedir ayuda a la Unidad de Delitos Telemáticos de la Guardia Civil o a la Asociación Pantallas Amigas.

  • Si las conversaciones te hacen sentir incómodo o incómoda es una señal de que el contenido de las mismas no te son gratas.
  • Si sientes que te pide más de lo que quieres dar, ya sea tiempo, información o fotos, es que no te respeta. Da igual que sea de tu edad o mayor. Si no te respeta, terminará haciéndote daño esa relación.
  • Si te pide guardar en secreto las conversaciones y no comentarlo con nadie. Las relaciones sanas no hace falta ocultarlas.
  • Si te ofrece regalos caros a cambio de fotos sin ropa. Si accedes, esa persona tendrá el poder de tu intimidad y cada vez te pedirá más y más. Esas fotos serán el “arma” para hacerte chantaje.
  • Si pide que os veáis en lugares apartados, u hoteles. Lo ideal es que no lo hagas. Si vas a quedar con alguien que no conoces nada más que por internet, procura que sea en lugares públicos con fácil acceso y no demasiado cerca de tu casa.
  • Si detectas que te da información contradictoria o que cambia de versión. Los pederastas buscan crear un clima de confianza, no dudan en amoldarse a lo que quieres oír.

Un punto a tener en cuenta es que si tú no eres la víctima, pero te llegan imágenes de contenido sexual o humillante, coméntalo con alguna persona adulta de tu confianza, y después bórralas y no las compartas.

Aparte de que puede ser considerado un delito, el daño potencial a la víctima puede ser muchísimo: en algunos casos han llegado al suicidio por la presión y sufrimiento sentido.

Aprende a cuidar de tu intimidad y no te sobreexpongas innecesariamente.