Se acabó el verano y atravesamos la estación que nos lleva al invierno. Sin embargo, en los países mediterráneos el otoño atraviesa diferentes fases. Después de una bajada inicial de temperaturas y algunas lluvias suele producirse un rebrote de la benevolencia meteorológica. Es lo que se conoce como "veranillo de San Miguel" (29 de septiembre). Aunque este año se está alargando anormalmente debido al cambio climático.

El tiempo cálido persiste este fin de semana

El otoño está siendo inusualmente cálido en España y la tendencia parece ser que el verano se alarga cada vez más. En este final de octubre se espera un nuevo episodio de calor inusual, el tercero de este otoño, y la temperatura mínima y máxima va a ser hasta 10 grados más alta de lo que se esperaría para esta época. Este calor inusual afectará a toda Europa occidental y puede mantenerse incluso hasta los primeros días de noviembre.

Qué es el "verano tardío" según la medicina china

En China se considera una estación en sí misma, el "verano tardío", en que, según la medicina tradicional, hay que cuidar especialmente el estómago, el bazo y el páncreas. Para fortalecerlos, y mejorar la digestión y las defensas, se aconseja comer alimentos crudos y mantenerse en movimiento.

Desde el punto de vista anímico, el "veranillo" es un primer puente entre una estación activa, estimulante, yang, el verano, y otra receptiva, yin, el invierno. Se trata por tanto de un tiempo de paso en que hay que esforzarse por centrarse y reencontrarse con uno mismo.

Para mantener y aumentar el bienestar conviene tomar medidas que refuercen el equilibrio de las energías yin y yang en el organismo. La acupuntura, las plantas medicinales y los alimentos son medios adecuados para conseguir este equilibrio.

En la siguiente estación, el "otoño auténtico", los órganos sensibles son los pulmones y el intestino grueso. Para tonificarlos se puede aumentar la ingesta de avena (en copos, sopa o como ingrediente del muesli) y cebolla.

También es recomendable tomar de vez en cuando platos con zanahorias, boniatos e infusiones de jengibre (dos rodajas de raíz fresca por taza) con un poco de miel y limón. El otoño nos pide que nos cuidemos y podemos hacerlo con placer, disfrutando de lo mucho que esta época del año nos ofrece en todos los sentidos.

Cómo cuidarse en el Veranillo de San Miguel

Como tendemos a pensar en el futuro, parece que el otoño es más frio que caliente, más hostil que acogedor, pero lo cierto es que en nuestras latitudes todavía se puede disfrutar de la calidez y la luz del sol hasta bien entrada la estación.

Es verdad que en otoño se caen las hojas, pero lo hacen teñidas de colores espectaculares y entre rayos de sol y rachas de víento que las mueven caprichosamente.

Parece que debería invadirnos la nostalgia, pero este sentimiento puede transformarse en una serenidad placentera, que nace del reencuentro con zonas más profundas de nuestro ser.

La propia caída de las hojas, que equivocadamente se ha convertido en símbolo de decadencia, no significa nada malo para los árboles. Al contrario, primero cambian de color porque el árbol absorbe sus nutrientes y luego caen porque no son necesarias. Así el árbol se adapta a las nuevas condiciones meteorológicas y concentra sus energías para superar el invierno.

Algo parecido podemos hacer nosotros. Teniendo en cuenta la naturaleza ambivalente del otoño podemos diseñar un plan de varios puntos que ayude a permanecer en armonía con el entorno y favorezca el mantenimiento de la salud en los meses posteriores de rigor invernal.

Tiempo de interiorización (y de profundizar en las relaciones)

El otoño es la estación que nos pide que busquemos momentos para estar a solas y prestar atención a los mensajes de la intuición.

El otoño es apropiado para las activídades solitarias que favorezcan las experiencias íntimas y de interiorización. Es el momento de concentrarse en los propios intereses, de transformar la vítalidad estival en creatividad otoñal.

Es la época apropiada para iniciar un curso de aprendizaje o comenzar cualquier labor artística o intelectual. Los proyectos deben estar apegados a las propias necesidades y posibilidades, es decir, deben ser muy personales y no una mera evasión.

Por supuesto la soledad resulta productiva cuando es buscada o asumida, de lo contrario, puede ser causa de tristeza.

El fin de las vacaciones, la expectativa de meses de trabajo por delante, la reducción de las horas de luz... todo puede favorecer lo que se ha llamado depresión estacional.

Resulta de mucha ayuda organizarse la vida mediante hábitos bien establecidos que incluyan madrugar y disfrutar en directo de los primeros ratos de luz, comidas en sus horas, encuentros con los amigos, tiempo de descanso y suficientes horas de sueño.

Una dosis superable de nostalgia o tristeza puede contribuir al equilibrio psíquico puesto que todos los sentimientos deben ser experimentados, pero en general conviene buscar antídotos como la compañía de personas que aporten "buenas vibraciones" y que sepan escuchar y apoyar.

El otoño es un buen momento para profundizar en las relaciones familiares, de amistad y amorosas. Antes es necesario reflexionar sobre las propias necesidades y las de las personas que nos son cercanas.

Disfrutar de la naturaleza

En verano, la actividad física depara sensaciones intensas. Cuando los pulmones, el corazón y los músculos funcionan a pleno rendimiento, el cuerpo es el centro de la experiencia.

En cambio, el otoño pide que la dosis necesaria de ejercicio al aire libre permita disfrutar del entorno. ¿Hay algo más mágico que, por ejemplo, pasear por un hayedo, cuando las hojas brindan un espectacular abanico de colores y el bosque exhala una paz contagiosa?

Los paseos o trotes por el campo mantienen en buen estado el sistema cardiovascular, pero pueden detenerse al descubrir una planta singular, un grupo de setas, bayas comestibles o una roca de forma curiosa.

No se trata de llevar una bolsa y dedicarse solo a recolectar, sino de detenerse a contemplar y a respirar en silencio. Si se va siempre acompañado de una cámara fotográfica o, por qué no, de un pequeño cuaderno y un lápiz, se puede además realizar un ejercicio creativo y plasmar lo que se siente.

No obstante, es importante oxigenar los pulmones. En lugar de hacer una actividad de tipo aeróbico se pueden practicar ejercicios como los descritos en el pranayama (yoga de la respiración), en el chikung o en las distintas técnicas de relajación.

En general, un ejercicio de respiración idóneo es lento, regular y consta de una exhalación larga (el doble de la inspiración).

Adaptar la dieta

La alimentación ha de adaptarse a las necesidades que plantea la nueva estación.

En general está indicado consumir menos alimentos fríos y crudos que en verano y más productos que aporten un poco más de proteínas y que necesiten una cocción lenta, ya sea en la olla a presión, al vapor o en estofados.

El objetivo es concentrar los nutrientes que favorecen el buen funcionamiento del sistema inmunitario, que debe protegernos frente a los virus de la gripe y de los resfriados.

Los ingredientes se eligen entre los que ofrece la temporada: además de legumbres, cereales y alimentos fermentados que proporcionen bacterias digestivas y proinmunitarias, disponemos de calabazas, boniatos, coles, acelgas, apios, alcachofas, pimientos, higosy, en cantidades moderadas, setasque poseen sustancias beneficiosas para el sistema inmunitario y que pueden ser recogidas -si se reconocen con seguridad- en uno de los paseos por el bosque.

También forman parte de los menús de otoño los ajos y las cebollas, con su efecto antiséptico; las almendras, las castañas, las semillas de calabaza, las manzanas, las peras, las uvas, las moras y los arándanos, semillas, frutos secos y frutas que proporcionan minerales y vitaminas en abundancia.

Completan una alimentación salutífera las bebidas calientes, como el té verde y otras infusiones y especias que generan calor y mantienen las mucosas intestinales y respiratorias a tono, como la pimienta de cayena(si no hay problemas de hemorroides) o el jengibre fresco.

Aliados antigripe

Tomar cápsulas de cinc (de 30 a 50 mg diarios) al principio de un catarro fuerte es seguramente lo más saludable para detener la multiplicación de los virus. Otros nutrientes indicados para la prevención son el selenio y las vitaminas E y C.

El Oscíllococcinum es un remedio homeopático de amplio espectro que también se ha demostrado útil tanto en la prevención como en el tratamiento.

No obstante, tiene sentido que se refuercen las defensas pero no que se considere la enfermedad como una derrota.

Gripes y resfriados son a menudo inevitables, favorecen la maduración del sistema inmunitario -con la edad cada vez se contraen con menos frecuencia-, favorecen un descanso necesario y, si se superan sin fármacos, sirven para que el organismo se depure de forma natural.

Curas de otoño

Una cura a tiempo es un modo de prevenir esa otra "abstinencia" o depuración que impone la enfermedad.

Las estaciones que implican un cambio en la dominancia de la luz o la oscuridad (primavera y otoño) son las ideales para practicar una dieta depurativa, sobre todo si se tiene tendencia a coger todos los resfriados. Aguardar al verano o al invierno resulta mucho menos efectivo.

  • Curas de uvas. Es la más tradicional en el entorno mediterráneo y muy adecuada para el otoño. Consiste en tomar únicamente uvas o su zumo durante varios días. La uva es nutritiva (1 kg aporta entre 750 y 1.100 calorías, según sea blanca o negra).
  • Ayuno. Implica una pausa digestiva que permite la movilización de reservas y la eliminación de residuos. Requiere cierta práctica o el consejo de personas con experiencia.
  • Buenos libros. Se encuentra información abundante sobre distintos tipos de curas depurativas en las obras Manual de curas depurativas, de Marie Farquharson (Ed. Océano) y Limpieza interior, de Ramón Roselló (Ed. RBA-Integral).

Buenos hábitos en otoño

En otoño el cuerpo se está adaptando a la bajada de las temperaturas y es más vulnerable que en pleno invierno.

Conviene abrigarse un poco para evitar los efectos de los cambios de temperatura sobre el cuerpo, especialmente cuando se está expuesto a los vientos fríos del norte.

En muchos lugares la sequedad del aire es un problema, pues en las mucosas resecas proliferan los virus con facilidad.

En los espacios interiores hay que asegurarse de que la humedad está siempre por encima del 40% y si no es así se hará necesario poner remedios: plantas, aparatos humidificadores o vasos con agua sobre los radiadores, principales responsables de esta "sequía".

La sequedad también perjudica la piel, que se beneficiará mucho de una ingesta abundante de líquido y del cuidado con cremas hidratantes naturales.

Septiembre, coincidiendo con el inicio de curso, es la época del año elegida por muchos para introducir nuevos hábitos y en especial los que tienen que ver con la condición física. Por eso se multiplica el número de matriculaciones en los gimnasios, donde se desarrolla una práctica física racionalizada, lo que se lleva muy bien con el espíritu de otoño, cuando es natural que se intente recuperar el control en muchos aspectos de la vida.

Si decidimos apuntarnos, no conviene realizar ejercicios que fuercen la musculatura sin hacer después estiramientos, como los propios del yoga o los que se describen en libros ya clásicos. como Estirándose, de Bob Anderson (Ed. RBA-Integral).

Resultan útiles las inclinaciones hacia delante hasta locar las puntas de los pies, los arqueamientos hacia atrás y los saltos con abertura de piernas.

También son recomendables las disciplinas que mejoran la autoconciencia corporal y con ella la coordinación y la postura, como el taichi, el chikung, la eutonía, la RPG o la antigimnasia.

Plantas beneficiosas durante el veranillo de San Miguel

Los aceites esenciales de tomillo, salvia, caléndula y eucalipto, dispersos en el aire de dormitorios y otros espacios interiores, reducen las probabilidades de contraer virus atacándolos directamente y estimulando la respuesta del sistema inmunitario.

La equinácea tomada con regularidad disminuye el riesgo de contraer afecciones respiratorias de las vías altas, y reduce la intensidad de los síntomas si se toma en cuanto aparecen.

Libros sobre salud estacional

  • Salud total en 8 semanas; Andrew Weil. Ed. Urano
  • La salud y las estaciones; Elson M. Haas, Ed. Edaf
  • El arte de cuidarse en las 5 estaciones; Blanca Galofré. Ed. RBA-Integral