La fibra, presente en la mayoría de alimentos vegetales, cumple funciones fundamentales en el proceso digestivo. No solo mejora el estreñimiento, sino que es esencial para mantener en buen estado la microbiota intestinal, lo que influye en la asimilación de nutrientes, la regulación del azúcar o el funcionamiento del sistema inmunitario, entre otros aspectos.
Los alimentos pueden aportar fibra no fermentable, que facilita el tránsito intestinal, y fibra fermentable, que sirve de alimento a las bacterias intestinales beneficiosas. Con una dieta vegetal, sin ultraprocesados ni productos refinados, es fácil cubrir las necesidades diarias de estos tipos de fibra: unos 25-38 gramos al día.
Entre los alimentos con fibra conviene incluir variedad. Estos son algunos de los alimentos ricos en fibra más destacados: