Comer un huevo caducado puede provocar una intoxicación y comportar riesgos para la salud, en especial si está en mal estado o contaminado por bacterias dañinas como la Salmonella, que puede provocar síntomas como fiebre, diarrea, vómitos o deshidratación.

Los huevos pueden aguantar en buen estado varias semanas, normalmente hasta tres después de la puesta, y siempre y cuando se conserven bien. El problema es que a veces no sabemos cuánto tiempo llevan en la nevera y podemos tener dudas de si está bueno o no. En este caso, hay algunas claves que te ayudarán a determinarlo.

Para saber si un huevo está malo hay un truco sencillo: sumergirlo en agua con un 10% de sal. Te contamos cómo saber si el huevo esta malo y cuánto tiempo tiene según cómo flote el huevo en este agua:

  • Si el huevo fresco. El que se queda pegado al fondo, horizontal, es fresco.
  • Si el huevo tiene una semana. Si se mantiene en el fondo pero inclinado, tiene una semana.
  • Si el huevo tiene dos o tres semanas. Si se apoya verticalmente sobre su polo puntiagudo, dos o tres semanas.
  • Si el huevo está malo. Si el huevo flota es mejor desecharlo. Cuanto más viejo es un huevo mayor es su cámara de aire interior y menor su peso. Esto se debe a que, a medida que el huevo “envejece”, el aire entra a través de su cáscara porosa y la humedad se evapora lentamente. Esto hace que el contenido se encoja ligeramente, aumente la cámara de aire en su interior y la densidad general del huevo se reduzca, con lo que flotará. No significa necesariamente que el huevo esté malo, pero sí que no es nada fresco. Y eso es una señal para prestar más atención a su estado e incluso descartarlo.
el test del huevo
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Otra prueba que nos da pistas sobre el estado del huevo, aunque no siempre es fiable, es su sonido. Si lo agitas y no oyes ningún sonido, es más probable que sea fresco. En cambio, si escuchas un ligero chapoteo puede que sea más viejo (aunque no tiene por qué estar malo), pues el contenido como hemos dicho estará más encogido.

Otros trucos para saber si un huevo está malo

Otras cuestiones a las que se puede atender para saber si se debe tirar un huevo:

  • Si la yema está rota o huele mal. Una vez cascado el huevo, la yema ha de estar ligeramente abombada y tener la clara pegada. Cuanto más indiferenciada y líquida sea la clara, menos fresco es el huevo. Por seguridad, es recomendable tirar los que tengan la yema rota o los que huelan mal. A medida que los huevos se ponen malos, pueden acumular gases en su interior y uno de ellos es el sulfuro de hidrógeno, que da a los huevos podridos su mal olor característico.
  • Los grumos son buena señal. Los pequeños grumos rojos o blancos no afectan al sabor ni a la calidad del huevo. Al contrario, son signos de frescura. Si molestan pueden retirase con la punta de un cuchillo.
  • Cambios de color. Los huevos frescos tienen la yema de color amarillo brillante y la clara trasparente y algo líquida. Si la yema tiene un color blanquecino o la clara es rosada, verduzca y demasiado líquida, mala señal.
  • Si la cáscara está agrietada. La salmonela, bacteria responsable de una intoxicación alimentaria grave, se encuentra en la cáscara del huevo, Por eso conviene desechar los agrietados.

Recuerda que los huevos deben conservarse en la parte menos fría del frigorífico, fuera de su envase y con la punta hacia abajo para que la cámara de aire quede arriba y proteja al huevo.

 

Recuerda también que no siempre un huevo en mal estado olerá mal o tendrá un aspecto diferente al habitual. Un huevo con salmonella, que es el problema de salud más importante relacionado con los huevos, puede no ser detectable ni con la vista ni con el olfato. Cocinar los huevos hasta que tanto la clara como la yema queden firmes es la mejor forma de matar cualquier bacteria de salmonella que pueda tener.

En cualquier caso, si tienes dudas sobre el estado del huevo, es mejor desecharlo para evitar problemas de salud.

CÓMO CONSERVAR BIEN LOS HUEVOS

Ten en cuenta estos consejos para guardar bien los huevos y evitar que se pongan malos antes de tiempo:

  • Guarda los huevos en la nevera, preferentemente en su caja original para evitar que absorban olores o sabores de otros alimentos.
  • Es mejor ponerlos en un estante que en la puerta de la nevera, pues en la puerta suele haber más cambios de temperatura.
  • No enjuagues los huevos con agua hasta que vayas a cocinarlos. Al lavarlos se elimina la capa protectora que ayuda a sellar los poros de la cáscara y evita la entrada de bacterias.
  • Si no llevan la fecha de caducidad impresa en la cáscara o la caja, apunta la fecha en que los compraste.

¿El huevo es malo para la salud?

Aunque las personas veganas o vegetarianas estrictas optan por no comer huevo, lo hacen por varios motivos que no tienen que ver con su valor nutritivo. Y es que el huevo es uno de los alimentos más antiguos y nutritivos utilizados como ingrediente culinario.

Las proteínas del huevo tienen la propiedad de solidificarse con el calor. Se sabe que los romanos desarrollaron una preparación culinaria a base de huevos batidos (ovorum torta) que aliñaban con tocino, hierbas o queso.

El huevo de gallina es un alimento altamente proteico y vital que antiguamente se indicaba a las personas convalecientes para facilitar su recuperación. Dos huevos medianos cubren un tercio de las necesidades proteicas diarias.

Se trata, además, del tipo de proteínas que el organismo aprovecha mejor gracias a que su proporción de aminoácidos esenciales es la más cercana a la del cuerpo humano.

La razón de que a los bebés se les dé el huevo lo más tarde posible (a partir del año) es para prevenir reacciones alérgicas por esa similitud proteica.

Aparte de proporcionar proteínas de gran calidad biológica, el huevo aporta vitaminas A, B1, B2, E, D, K y B12 (indispensable para el sistema nervioso).

En concreto, dos huevos cubren el 68% de las necesidades diarias de vitamina K, el 33% de las de fósforo y selenio, y el 27% de las de hierro.

Tan solo carece de hidratos de carbono (por eso se acompaña de pan), de fibra y de vitamina C.

El huevo es bueno para el crecimiento porque fortalece los huesos y los músculos, pero no es recomendable para los menores de dos años, para las personas con el hígado debilitado ni para las que padecen reúma.

¿El huevo es malo para el colesterol?

El huevo también es una fuente notable de grasas (12%) y colesterol (600 mg/100 g), concentrados ambos en la yema. Es precisamente el colesterol el que le ha dado su mala fama.

Pero conviene recordar que el colesterol es necesario, que lo produce el propio organismo y que puede ser «bueno» o «malo» según las proteínas con las que viaje en la sangre.

El ligado a las lipoproteínas de baja densidad o LDL, conocido como "colesterol malo", es uno de los factores de riesgo de enfermedades coronarias. Pero en otras lipoproteínas, las HDL, se encuentra el llamado "colesterol bueno".

El colesterol de la sangre proviene de los alimentos sólo en una cuarta parte, por lo que, si la dieta es rica en fibra y vitaminas, y pobre en productos animales de grasas saturadas, incluso una ingesta regular de huevos puede repercutir poco en el colesterol sanguíneo.

El huevo aporta además colina, un compuesto responsa ble de conducir el colesterol al torrente sanguíneo y metabolizar las grasas.

Por todo ello, los estudios más recientes defienden el valor nutritivo del huevo y su moderada incidencia en el aumento de la colesterolemia en las personas sanas.

De todos modos, se sigue aconsejando un consumo moderado. Hoy la dietética occidental considera recomendables 3-5 huevos semanales, si bien las últimas indicaciones destacan que no hay riesgo en una persona sana y la OMS ha llegado a recomendar el aumento de su consumo hasta un huevo diario.