Las intolerancias alimentarias más comunes se pueden evitar con algunas terapias y remedios que nos ofrece la medicina natural. Te proponemos 7 formas de prevenirlas.

Cómo combatir las intolerancias alimentarias

1. Plantas medicinales y suplementos

Poseen efecto antihistamínico la fumaria, la manzanilla, el llantén, la Luffa operculata y la perilla. Están indicadas las plantas con acción antiinflamatoria. La quercetina, la vitamina C, la bromelaína también ayudan.

2. Dietas específicas y alimentos

Te damos algunos consejos que puedes seguir para evitar los efectos de una intolerancia alimentaria:

  • Los ayunos con zumos diluidos, caldos de verduras e infusiones combaten la reacción alérgica.
  • La cura Mayr modificada, sin trigo ni leche, y el masaje abdominal están indicados ante las molestias digestivas.
  • Algunas personas pueden beneficiarse de seguir temporal o permanentemente una dieta vegana.
  • Las frutas dulces, verduras frescas como el diente de león, cardos y alcachofas estimulan el hígado.
  • Los alimentos con prebióticos (con fibra como la inulina, en alcachofas, espárragos, ajos, cebollas...) refuerzan la microbiota intestinal sana y la mucosa intestinal, evitando reacciones indeseables.

3. A través de la mente y el cuerpo

Las técnicas mentales inciden a través del sistema nervioso sobre el endocrino, el inmunitario y el digestivo. La meditación, el yoga o el entrenamiento autógeno pueden modular las reacciones del cuerpo a los alimentos.

También son útiles el ejercicio, disciplinas psicofísicas como el taichí y los masajes reflejos y energéticos.

4. Cuidado con darle gluten a los niños

No conviene introducir los cereales antes de los seis meses de edad (el periodo de alimentación exclusiva con lactancia).

Los cereales sin gluten se pueden introducir entre los 6-7 meses y los con gluten entre los 18-24 meses (antes puede probar trocitos de pan o galleta), manteniendo la lactancia complementaria.

Si se produce una reacción, se suprime el gluten y se vuelve a intentar cuando la capacidad digestiva e inmunitaria haya madurado.

5. Los lácteos son innecesarios

Los productos lácteos de leches distintas a la de la madre (vaca u otros animales) se adaptan mal a aparatos digestivos inmaduros y dan problemas de alergias o intolerancias con frecuencia. Modificaciones como la homogeneización o los restos de medicamentos generan más problemas.

Muchos adultos no los toleran porque con los años dejan de segregar la enzima necesaria para digerirlos.

6. Cuidado con las legumbres

Contienen de forma natural compuestos que pueden provocar intolerancia. Disminuyen al cocinarlos, pero algunas personas pueden seguir reaccionando con molestias. Es más probable que no causen problemas los productos locales a los que las poblaciones se van adaptando.

Las legumbres exóticas (y todo tipo de alimentos) de introducción reciente –como la soja en Europa– son desencadenantes más frecuentes.

7. Ojo con las vacunas

Los niños con familiares con alguna alergia pueden beneficiarse de una vacunación gradual, en lugar de las inyecciones múltiples y tempranas que proponen las farmacéuticas.

Las reacciones pueden ser favorecidas por el agente infeccioso o por las sustancias adyuvantes (hidróxido de aluminio, gelatina, timerosal, neomicina, células de embrión de pollo...).

Antes de vacunar se pueden hacer tests cutáneos.