Las plantas aromáticas, junto a las especias, son ingredientes esenciales en los fogones.
Aportan sabor y aroma a los platos. Añadir una pequeña cantidad de menta impregna un extra de frescor a la ensalada. O preparar las legumbres con una ramita de romero, les dará un toque especial.
Pero no solo son importantes por su aroma y sabor, sino que poseen múltiples propiedades beneficiosas para la salud y de forma condensada. Son campeonas en micronutrientes, minerales y vitaminas.
Las hierbas aromáticas se consumen tanto frescas como desecadas.
Podemos cuidar una pequeña maceta con menta o albahaca en la cocina. Decorará y aromatizará el ambiente. Y siempre tendremos a mano un ingrediente para realzar nuestros platos con un alimento vivo.
La opción de usar las plantas aromáticas desecadas también tiene sus ventajas: sus propiedades son más concentradas y realzarán aún más el sabor de los alimentos.