En las últimas décadas hemos asistido al declive del sentido original, de cooperación, intercambio comunal y renovación de lazos familiares y de amistad, de las fiestas invernales. Los ritos de antaño, enfocados a celebrar, todos juntos, el paso del tiempo, la alegría de la vida y el comienzo de un nuevo periodo, han sido sustituidos por un exceso de compras, de presión y de consumismo.

Este cambio no solo ha afectado a los adultos, también a los niños. Por ello, en este artículo, quiero sugeriros algunos regalos intangibles que podéis ofrecerles a vuestros hijos esta Navidad. No son regalos para guardar en un cajón o un armario, son bienes inmateriales cargados de amor y salud emocional para todos.

1. Un día de desconexión tecnológica para reflexionar

Para empezar, ¿qué os parece que durante un día, el wifi, los móviles, las tabletas sean apagadas y recuperéis la forma que las familias tenían de convivir antaño? Dejad de lado estas distracciones, las notificaciones, youtube, los correos, el trabajo... y dedicad este día a la conversación, al juego, a leer juntos en familia, a realizar un balance del año que está terminando.

¿Qué destacáis de vuestro año? ¿Qué cambios queréis introducir en vuestra familia? ¿Cómo os sentís? ¿Cuáles son vuestras penas, esperanzas? ¿Qué deseos albergáis todos para el nuevo año?

Hablar en confianza, escuchar, responder con sinceridad, ayuda a crear en la familia lazos fuertes y duraderos.

Si vuestros hijos son aún muy pequeños para conversar, jugad con ellos, dedicadles todo el día, contadles cuentos, realizad manualidades con ellos. A vuestras criaturas, más que los regalos típicos de Navidad, lo que más les importa en la vida es sentirse amadas y protegidas por vosotros.

2. Asistir a un concierto juntos

En estas fiestas, nuestros pueblos y ciudades se llenan de música. Entre todos, escoged un concierto al que os gustaría asistir e id a disfrutadlo todos juntos. Un concierto, si es posible, en el que el público pueda participar, cantar y reír. Relajaos, cantad, daos la mano, disfrutad junto de la música, de las emociones que aporta.

Participar juntos en una actividad lúdica os ayudará a alejaros del estrés que compartís durante el año.

A veces, ese cúmulo de estrés actúa como un inhibidor emocional que os separa y os empuja a refugiaros en vuestro propio mundo para no sentiros heridos. Compartir relajados actividades juntos, os ayudará a recuperar la empatía y la perspectiva sobre vuestras vidas, sus diferencias y sus similitudes.

3. Cocinar juntos el menú de Navidad

Otra actividad familiar que puede aportar mucha riqueza a vuestra relación es compartir vuestro tiempo cocinando juntos la comida de las fiestas. No importa la edad de vuestros hijos, entre todos, podéis decidir el menú y preparar juntos los platos.

Dejad que los niños participen de la elección de platos y de la elaboración de estos. Estad abiertos a comer macarrones en Nochevieja si eso es lo que decidís entre todos.

Lo importante de esta comida es que vuestros hijos comprendan que confiáis en ellos, que todos en la familia sois igual de importantes y que todos tenéis vuestros lugar, vuestras responsabilidades y vuestro poder de decisión en la familia. El saberse amados y reconocidos actúa de forma muy positiva en la autoestima de los niños.

4. Una tarde especial con cada uno de los hermanos

Si tenéis varios hijos es importante que todos sean conscientes de vuestro amor incondicional y vuestro cariño particular hacia cada uno de ellos. En estas fiestas, sería muy importante que le dedicarais una tarde especial a cada uno de ellos.

Todos tienen que ser conscientes de que los amáis, los estimáis y queréis cuidarlos con el mismo cariño.

Llevadlo a pasear, invitadlo a merendar, que esa tarde, podáis prestarle una atención particular, que podáis hablar, intercambiar, jugar, sin interrupciones, solo vosotros juntos. Esta es una forma muy buena para reforzar la autoimagen y el autoconcepto de todos vuestros hijos.

5. Soltar lo antiguo para caminar hacia el futuro

Por último, otra actividad muy beneficiosa que podéis realizar todos juntos en familia es la de elegir una serie de objetos, juguetes, libros, que ya no necesitáis para venderlos, donarlos o regalarlos. De esta forma, entre todos, podéis limpiar (física y simbólicamente) vuestro espacio familiar, dejar marchar lo antiguo para que pueda entrar lo nuevo.

La vida es un continuo camino en el que vamos dejando atrás experiencias y vivencias de todo tipo. Todos juntos, en familia, podemos crecer y aprender a asimilar toda clase de circunstancias, dejando atrás el pasado, compartiendo el presente y permaneciendo abiertos y receptivos a los cambios del futuro.