Los hábitos de nuestros abuelos, que vivían muy frugalmente, en parte por necesidad, en parte porque no se habían desarrollado tantas falsas necesidades, muestran que no estamos en el camino correcto. Ellos inventaron estrategias y trucos que nos pueden ser muy útiles.

1. Cocinar las patatas en la cama

No se trata de ninguna práctica extraña, sino una forma de aprovechar al máximo el calor residual y la inercia térmica.

Consiste en cocer las patatas en la cocina como se hace habitualmente, pero sólo hasta cierto punto. Puedes apagar el fuego hacia la mitad de la cocción y envolver la olla con un material aislante. Y luego, además, puedes ponerla bajo el edredón. Las patatas o el arroz seguirán cocinándose con el calor conservado.

Si no te ves metiendo la olla con las patatas en la cama, existen bolsas térmicas pensadas para cocinar de esta manera.

2. Ahorra tiempo y energía precocinando

Nuestros abuelos ya hacían lo que ahora conocemos con el término "meal prep" o batch cooking. Consiste en cocinar una gran cantidad de un alimento básico para luego utilizarlo durante la semana. Se puede preparar cereales, legumbres, verduras asadas, etc., que en los días siguientes se pueden combinar de distintas formas.

La ventaja es que se usa menos energía y menos tiempo, y también ayuda a planificar el menú de toda la semana, lo que evita las improvisaciones de último momento, que suelen acabar con comidas rápidas poco nutritivas.

3. Deja de usar tanto la aspiradora

¿Se ha vuelto a acumular pelusa de polvo en el suelo? No necesitas una aspiradora para eso, puedes usar la escoba como solía hacer la abuela. Ya sabes, luego empujos la suciedad a una pala y lo tiras a la basura.

La escoba no necesita electricidad y utilizarla es más rápido que sacar la aspiradora, enchufarla, maniobrarla por la habitación, a veces con torpeza, y vacar el depósito o cambiar la bolsa.

4. Alfombras gruesas y cortinas pesadas

Si deseas utilizar menos energía para la calefacción, es útil abrigarse. Los calcetines tejidos a mano de la abuela son perfectos para mantener el calor. También puedes hacer que tu hogar sea más cálido colocando alfombras gruesas o colgando cortinas pesadas en las ventanas.

Los tejidos pesados ​​hechos de fibras naturales no solo hacen que las habitaciones sean más cómodas, sino que también aíslan y, por lo tanto, garantizan un clima interior agradable. No podrá frenar completamente el frío del invierno, pero te ayudarán a ahorrar dinero en calefacción.

5. Mejor con un delantal

Las abuelas son inseparables de su delantal. Un delantal para cocinar y limpiar protege el resto de tu ropa y evita que se ensucie rápidamente. De esta manera no tienes que lavar tu "ropa buena" tan a menudo y dura más.

Por supuesto, no tiene que ser una bata o un delantal en el sentido tradicional. La ropa cómoda también es adecuada, pero un delantal suele ser más resistente, se puede poner rápidamente y también sirve como un trapo. En resumen, el delantal es un talento completo y puede ayudarlte a gastar menos energía lavando la ropa o gastando menos dinero en ropa nueva.

6. Compras semanales en lugar de compras diarias

Ir al mercado todos los días tiene la ventaja de que puedes abastecerte de alimentos frescos en poco tiempo. Esto es útil, por ejemplo, si tienes poco espacio de almacenamiento y no hay forma de congelar cosas, pero también te tienta a comprar más de lo que necesitas.

Es mejor para tu cartera y para tu consumo de energía si vas a la compra una vez a la semana y te llevas solo lo que realmente necesitas. Nuestros abuelos sabían organizar la despensa y evitar que los alimentos se echaran a perder.

Recuerda que tu lista de la compra debe basarse en los productos locales y de temporada, si deseas comprar de la manera más sostenible (y económica) posible.

7. Menos es más, el armario minimalista

Tendencias que cambian constantemente y ofertas siempre nuevas. Estamos muy acostumbrados al hecho de que haya innumerables colecciones de moda cada año.En cambio, nuestros abuelos sabían que menos es más.

Es mejor tener menos prendas y de buena calidad que un guardarropa repleto de cosas que se usan pocas veces. Lo ideal es tener más prendas atemporales que puedan combinarse fácilmente entre sí.