La madera está viva y nos reconecta directamente con nuestros orígenes. Son muchas las investigaciones científicas que han establecido un vínculo directo entre este elemento natural y la buena salud.
Visualizar superficies de madera en una habitación relaja el sistema nervioso simpático, responsable del estrés, según un estudio de la Universidad de la Columbia Británica (Canadá). De hecho, tiene unos efectos similares a los de pasear por un bosque o contemplar un jardín desde la ventana: disminuye la presión arterial, la frecuencia cardiaca y la irritabilidad.
El estrés, la digestión, la reparación del organismo... todos estos parámetros de salud dependientes del sistema nervioso simpático se ven beneficiados. En lugares donde predomina la madera, hay menor incidencia de enfermedades, menor percepción del dolor y una recuperación de la salud más rápida.
El estrés, la digestión, la reparación del organismo... beneficia todos los parámetros de salud relacionados con el sistema nervioso
Además, mejora la calidad del aire y ayuda a mantener a raya la proliferación de hongos, bacterias y virus, lo que resulta muy útil en el control de alergias y problemas respiratorios. Otros estudios han demostrado los efectos psíquicos positivos de la madera en la mente humana, porque crean sensación de confort y comodidad. En Finlandia se han realizado experiencias en guarderías y centros de salud que lo confirman: se logra más atención, mayor creatividad y concentración, y mejores relaciones interpersonales.
También estimula el placer estético con sus veteados singulares; su paleta de colores naturales resulta relajante; su temperatura es cálida y estable; y es un excelente aislante del ruido.
La madera en el hogar
Pavimentos. Permite andar descalzos todo el año, porque es fresca en verano y cálida en invierno, y ayuda a mantener una temperatura estable en la casa todo el día. Es un material duro, tanto como la cerámica, pero al mismo tiempo tiene una gran capacidad de absorción de impactos.
Hay que elegir opciones certificadas y descartar las laminadas, encoladas o barnizadas con sustancias sintéticas que desprenden sustancias perjudiciales para la salud como compuestos orgánicos volátiles (COV) potencialmente tóxicos. Es preferible también optar por acabados con aceites, ceras o barnices naturales.
Para cuidar y conservar los revestimientos de madera lo mejor es mantener la temperatura entre 15 y 26 grados, y la humedad, entre el 35 y el 55 por ciento. Si la humedad o la temperatura aumentan excesivamente, los tablones pueden hincharse, agrietarse o resquebrajarse.
Hay que elegir opciones certificadas y descartar las laminadas, encoladas o barnizadas con sustancias sintéticas
Sus enemigos son los escapes de agua y las plantas colocadas encima, incluso con platos de drenaje. En su limpieza, lo mejor es usar jabón o lavavajillas suaves y agua caliente, con una fregona o bayeta poco húmedas.
Muebles. El mobiliario de madera crea hogares donde reponerse del estrés diario. Un estudio del instituto Joanneum Research (Austria) reveló que la madera es un escudo frente a la contaminación electromagnética (de teléfonos móviles o wifi). Además, matiza la luz y la convierte en más cálida. La única precaución es elegir muebles con acabados naturales, sin barnices, colas, lacas o barnices convencionales, que son irritantes y desprenden los COV. Tampoco es recomendable usar insecticidas para eliminar la carcoma u otros parásitos xilófagos; las sales de bórax son inocuas y más apropiadas.
En la cocina. Cucharas, bandejas, cuencos, platos o incluso palillos pueden usarse como utensilios diarios en vez de materiales plásticos u otros derivados del petróleo nada ecológicos. La neurociencia cognitiva ha comprobado que beber de un vaso de color frío sacia más la sed o que un plato con decoración roja induce a comer menos, ¿podría la madera, con su cálido color y textura, inducir a una alimentación más tranquila y digestiva?
Investigadores como Matthew Silverstone sugieren que las frecuencias vibratorias de los árboles, y por tanto de la madera, afectan positivamente a los comportamientos biológicos humanos, así que no sería descabellado suponer que la madera podría transmitirnos de esta forma todos sus beneficios de salud.
Las tablas para cortar de madera son más antibacterianas y previenen más eficazmente la salmonelosis
La ciencia ha demostrado, en todo caso, que la madera es más higiénica en la cocina que el plástico o el metal: según un estudio de la Universidad de California, las tablas para cortar de madera son más antibacterianas y previenen más eficazmente la salmonelosis; las bacterias crecen menos rápidamente, duran menos tiempo vivas y no quedan en la superficie.
Cuidado de los utensilios. Como es un material muy poroso, los utensilios de madera hay que limpiarlos inmediatamente después de su uso y no dejar que la comida quede enganchada o se reseque. Lo mejor es usar maderas duras poco porosas, como el arce, el olivo o el bambú, una opción excelente aunque no se trate de madera. Estos utensilios se lavan con agua tibia y jabón y se secan de inmediato.
Cucharas, tenedores y palas de madera, tan útiles para cocinar, no alteran el sabor de los alimentos porque no reaccionan a los ácidos, evitan quemaduras porque no conducen el calor, no rayan las sartenes y tienen propiedades germicidas.