A todos nos gustaría vivir a salvo de sustancias que puedan resultar perjudiciales para nuestra salud. Sin embargo, algunas las tenemos muy cerca, no tomamos las medidas suficientes para evitarlas e incluso las creamos nosotros mismos.

Como las nitrosaminas, unos compuestos cancerígenos que podemos “fabricar” en la cocina o exponernos a través de determinados productos.

¿Dónde se encuentran las nitrosaminas?

Por estudios realizados con animales se sabe que las nitrosaminas favorecen el desarrollo de cáncer de estómago y de faringe, y por ello son sospechosas de provocarlo también en las personas.

Las nitrosaminas se forman cuando los nitritos se juntan con las aminas. Esto ocurre cuando se cocinan alimentos proteínicos que contienen nitratos o nitritos, como es el caso de los productos cárnicos con los conservantes E 249 a E 252. Estos aditivos son nitritos o nitratos, que a su vez pueden convertirse en nitritos.

Las nitrosaminas también pueden formarse en el estómago, donde los ácidos gástricos facilitan la reacción entre aminas y nitritos.

El agua potable puede contener pequeñas cantidades de nitratos que se convierten en nitritos y luego en nitrosaminas durante el proceso digestivo.

Los nitratos llegan al agua debido al uso de fertilizantes nitrogenados y a la contaminación con estiércol (es frecuente que las granjas de cerdos produzcan un aumento de nitratos en los acuíferos).

En productos de látex y cosméticos

La alimentación es la principal fuente de nitrosaminas, pero no la única. Estas sustancias también se encuentran en pequeñas cantidades en productos cosméticos, en el tabaco y en los productos de látex y caucho, como esteras de yoga, preservativos masculinos y globos (es mejor no hincharlos con la boca, sino con una bomba).

Los chupetes y las tetinas de biberones suelen estar fabricados con una mezcla de caucho y látex, lo que puede suponer una sobrecarga de nitrosaminas (por ello la Unión Europea ha introducido unos valores máximos).

En la cosmética y en los productos de higiene, las nitrosaminas se usan por sus propiedades emulgentes, como componentes de los detergentes tensioactivos, y en los intensificadores de espumas. Las nitrosaminas suelen estar en:

  • Máscaras de pestañas
  • Lápices de ojos
  • Geles de ducha
  • Lacas de pelo
  • Esmaltes de uñas

Las nitrosaminas de estos productos pueden absorberse a través de la piel o de las vías respiratorias.

Cómo evitar las nitrosaminas

La buena noticia es que si las podemos crear también las podemos evitar.

  • Puedes evitar los productos cárnicos con aditivos (E 249 a E 252).
  • Toma alimentos ricos en vitamina C (como las frutas frescas) porque este nutriente reduce la formación de nitrosaminas en el estómago.
  • La vitamina E también es interesante porque inhibe la generación de nitrosaminas y porque regenera la vitamin C. Se encuentra en diferentes aceites vegetales, como el de sésamo o el de germen de trigo, y en frutos secos y semillas.
  • Pásate a las proteínas vegetales, sobre todo si te gustan los fritos y asados. Las frituras y las barbacoas con carne son poco recomendables.
  • Reduce al mínimo el consumo de productos cosméticos y si los deseas, búscalos con certificación natural y ecológica.