Disponer de una piscina en el jardín, aunque sea de tamaño reducido, es un pequeño gran lujo para toda la familia. Nadar o simplemente refrescarse deviene un placer en los calurosos días de verano y un divertimento extraordinario para los más pequeños de la casa.

Pero mantener la piscina en condiciones óptimas para el baño requiere añadir cloro y otros agentes químicos que pueden provocar problemas de salud, como irritaciones de la piel y los ojos, alergias o dolencias respiratorias. Además de estos inconvenientes, hay que tener en cuenta que el sistema de filtración de las piscinas convencionales consume mucha energía. Las piscinas naturales son una alternativa más saludable que, además, queda preciosa en el jardín.

Piscina natural: la opción más saludable para darse un chapuzón

Afortunadamente, hay alternativas a la piscina cargada cloro: son las "piscinas naturales", que depuran y purifican el agua tal y como lo hace la naturaleza, con plantas, gravas y microorganismos que mantienen el entorno acuático en condiciones saludables para el baño.

Por ello, muchas familias toman la decisión de construir una de estas piscinas o bien reconvertir una convencional  "naturalizándola", una opción que se está extendiendo cada vez más.

Con esta alternativa, no solo lograremos unos chapuzones más sanos sino que también ganamos en zona verde. Las piscinas naturales son más bonitas, ya que se integran mejor en el paisaje del jardín y añaden un plus de naturaleza en el entorno. Respetan el medio ambiente, requieren menos mantenimiento y, además, consumen menos energía.

Aunque el precio de construcción es ligeramente más elevado, se compensa con que no habrá que cambiar el agua ni comprar kits de mantenimiento químico. Son piscinas verdaderamente ecológicas.

¿Cómo se sustituye el cloro?

La clave de la filtración natural son las plantas acuáticas. Sustituyen a los productos químicos nocivos y los sistemas de filtrado mecánicos complicados. Son estas plantas las que enriquecen el agua con oxígeno y permiten el crecimiento de bacterias beneficiosas que mantienen limpia el agua. El resultado es un hermoso ecosistema que solo habrá que llenar una vez de agua. Incluso podrás regar el jardín con este agua, ya que en realidad es como tener un gran aljibe en casa.

En la construcción de estas piscinas se usan materiales naturales como la grava y la arcilla para la zona de las plantas (o de depuración). Para el recubrimiento de la zona de baño se puede usar un material diferente, como hormigón gunitado, láminas de liner y geotextiles. Las plataformas de acceso pueden construirse con madera termotratada y rocas del entorno, de tal manera que la piscina se integre en el paisaje.

Tipos de piscinas naturales

  • La piscina puede ser de un solo vaso, donde la zona para nadar y la zona para el filtrado natural con plantas y grava se reparten el espacio al 30-50 por ciento.
  • O puede ser en dos vasos, uno para el baño y otra para el filtrado. Ambos vasos, que pueden estar separados por varios metros, están comunicados por tuberías enterradas de entrada y salida del agua.  Es la más parecida visualmente a una piscina convencional y es la opción preferida por muchos usuarios.

No se necesita un gran espacio para construir una piscina natural. Puede ser suficiente con 40-50 metros cuadrados. Incluso se puede naturalizar cualquier piscina convencional.

Algunas personas piensan que en una piscina natural nadas entre hierbas y está llena de bichos, como si fuera un estanque. No es así, sobre todo en las piscinas con dos vasos. La zona de baño está limpia y libre de hierbajos, y como el agua está en constante movimiento no hay peligro de que proliferen insectos indeseables, como sí ocurre en aguas estancadas.

Si el fondo se mantiene limpio, el agua estará cristalina y, lo que es más importante, es más saludable que una tratada con cloro y productos químicos.

¿Cómo es el mantenimiento de una piscina natural?

Es muy sencillo, lo puede hacer la familia sin necesidad de un profesional. Consiste en:

  • Limpieza del filtro de tela. Los filtros se limpian una vez al mes en invierno o una a la semana en verano. Dependiendo de la vegetación existente en el perímetro de la piscina ,es posible que en primavera u otoño haya que hacerlo un poco más frecuentemente. El saco de tela se limpia con agua a presión con una manguera.
  • Podar las plantas. Las plantas pueden crecer bastante y hay que podarlas. La poda dependerá del juego de volúmenes que queramos, ya que forma parte del paisajismo de la piscina.
  • Poner en marcha un robot limpiafondos.

Cómo se construye una piscina natural

Si eres atrevido, te puedes hacer tu piscina natural, aunque tendrás que asesorarte bien.

  • Lo más fácil es hacer un agujero en la tierra con los lados inclinados, pues la forma no es tanto la de una bañera como la de un plato de sopa.
  • Se reserva el 50% del área para la zona de las plantas (puede ser suficiente con el 30 por ciento), que puede situarse en un extremo de la piscina o alrededor, en forma de anillo.
  • El agujero en la tierra se recubre y se sella usando materiales resistentes y aislantes.
  • Se necesitará una bomba para impulsar el agua y hacer una canalización mediante tubos que conduzcan el agua de la piscina hasta la zona de las plantas. También habrá que aplicar un difusor de aire en la parte inferior de la piscina.
  • La zona de depuración vegetal se prepara con tierra libre de contaminantes y materia orgánica, donde se incorporan una gran diversidad de plantas acuáticas autóctonas, como juncos, eneas, lirios de agua, caña india...

¿Cuánto vale una piscina natural?

La construcción puede ser más cara que la de una piscina convencional, pero, al no utilizar químicos ni necesitar cambiar el agua, el mantenimiento es más barato.

Construida por nosotros mismos o por una empresa especializada, una vez acabada, la piscina da poco trabajo y muchas satisfacciones. No hay que medir el pH del agua cada dos por tres ni supervisar cada día el cloro o los filtros. Es un ecosistema natural que cuida de sí mismo. Tan solo habrá que limpiar las hojas de la superficie y deleitarse con las libélulas que de vez en cuando se posan, curiosas, en las plantas amigas de nuestra piscina.