Gracias a los avances tecnológicos y técnicas de neuroimagen, entre ellas la resonancia magnética funcional -que permite observar el cerebro mientras aprendemos, hablamos, leemos o pensamos- la neurociencia, y más en concreto la neurociencia cognitiva, ha permitido revolucionar la comprensión de distintos procesos en el cerebro como la atención, la memoria, la cognición social y el aprendizaje en general.

Estos descubrimientos, que son fundamentales para la educación, se explicarán y debatirán en el congreso organizado por el Instituto de Desarrollo Profesional de la Universidad de Barcelona (IDP-UB) . El evento reúne a los mejores especialistas internacionales en neuroeducación, quienes expondrán sus investigaciones y experiencias más recientes en cada uno de sus campos.

Conocer el cerebro para enseñar bien

Mara Dierssen, neurobióloga, profesora universitaria y una de las más grandes investigadoras en el síndrome de Down, será una de las grandes presencias de este congreso. Estará a cargo de la BrainTalk "La neurobiología de las funciones ejecutivas".

Charo Rueda, catedrática de Psicología Experimental en la Universidad de Granada e investigadora de las bases cerebrales del desarrollo de la atención, nos hablará de "Educar la atención con el cerebro", donde abordará los factores constitucionales -temperamento y genes- y los factores educativos -experiencia educativa y ambiente socio-económico de crianza- que influyen en el desarrollo de la atención y la autorregulación durante la infancia.

Mariano Sigman explicará cómo "Aprender enseñando". Licenciado en Física y doctorado en Neurociencia y con un post-doctorado en Ciencias Cognitivas, Sigman es el fundador y director del Laboratorio de Neurociencia Integrativa de la Universidad de Buenos Aires. Además, dirige el programa “Toma de decisiones” en el proyecto Human Brain Project, que reúne a los principales investigadores en neurociencia de Europa. Este proyecto tiene como objetivo la comprensión del cerebro humano.

Junto a ellos estarán también importantes especialistas en neuroeducación de nuestro país como Jesús C. Guillén, Anna Forés, Marta Ligioiz, Rosa Casafont y David Bueno.

¿Qué son las "funciones ejecutivas"?

Pero, ¿qué son las funciones ejecutivas? Según la definición de la neurocientífica estadounidense Adele Diamond, “las funciones ejecutivas (FE) hacen posible jugar mentalmente con ideas; tomarse el tiempo para pensar antes de actuar; enfrentarse a desafíos nuevos e imprevistos; resistir tentaciones; y mantenerse focalizado".

Las FE principales son la inhibición (autocontrol y resistencia a actuar impulsivamente) y control de interferencia (atención selectiva e inhibición cognitiva), memoria de trabajo y flexibilidad cognitiva (lo que incluye el pensamiento creativo "fuera de la caja", ver las cosas desde diferentes perspectivas, de manera rápida y flexible, adaptándose a las circunstancias cambiantes)”.

Según Friedman y Miyake, “las funciones ejecutivas (FE) son procesos cognitivos de alto nivel, a menudo asociados con los lóbulos frontales, que controlan procesos de nivel inferior al servicio del comportamiento dirigido a objetivos. Incluyen habilidades tales como la inhibición de respuesta, control de interferencia, actualización de la memoria de trabajo y cambio de configuración mental.

La gestión voluntaria del comportamiento

Así, como afirma la catedrática en Psicología Experimental Charo Rueda, conocer el funcionamiento de las funciones ejecutivas resulta fundamental para la educación: “la gestión voluntaria del comportamiento es fundamental en la educación. La educación no existiría si antes los seres humanos no hubiésemos desarrollado las habilidades para gestionar la atención y un comportamiento voluntario (y no una conducta a base de reacciones automáticas) en función de los objetivos presentes y futuros".

"Conocer cuáles son las habilidades cognitivas que nos permiten hacer esto y cómo fomentarlas resulta fundamental para la educación. Y, en mi opinión, el impacto de implementar los cambios derivados de los descubrimientos en Neurociencia en los sistemas educativos puede ser importante. También estoy convencida de que muchos maestros y maestras aplican ya estrategias educativas que son estupendas y que la neuroeducación no hará más que certificar su eficacia y aportar datos directos de plasticidad cerebral", añade.

La neurociencia cognitiva, además, puede ayudar a entender determinadas alteraciones que tienen un impacto directo en la capacidad para aprender y de relacionarse de los niños, como la dislexia, la hiperactividad, los problemas de conducta, o el autismo. La neurociencia cognitiva está aportando información muy valiosa en los modos en que las estrategias educativas pueden adaptarse a los pequeños con diferentes perfiles de comportamiento o con distintas capacidades, según Charo Rueda.

Desmontando "neuromitos"

Los avances en neurociencia ya han desmentido muchas creencias falsas o mitos que rodeaban el cerebro. Ahora sabemos que no es cierto que utilicemos sólo el 10% de nuestro cerebro, sino que usamos todas las neuronas en un momento u otro, activadas en distintas redes.

También se ha comprobado que la imaginación constituye una poderosa herramienta para movilizar el cerebro y que el ejercicio físico es clave para mejorar los procesos de aprendizaje. De hecho las mejores ideas no vienen mientras estamos inmóviles, sino cuando nos movemos.

De la misma manera se ha demostrado que el autoconcepto –la percepción que tiene una persona de sí misma– resulta fundamental en los procesos de aprendizaje.

Este II Congreso Internacional de Neuroeducación servirá para avanzar poco a poco, pero de manera revolucionaria en la introducción de cambios que nos ayuden a comprender mejor cómo aprendemos para llevar a cabo el proceso de un modo más eficaz.