Simpática y vivaz, Blandine Calais-Germain aparece acalorada después de dar una clase sobre "Ejercicios prácticos para caminar", que proporciona pautas muy eficaces para andar mejor, proponiendo nuevas variaciones y caminos desde el pie para contactar con el suelo al desplazarnos.

Sus clases rebosan de generosidad, inteligencia y diversión, como corresponde a esa gran maestra en el arte del movimiento del ser humano que es Blandine.

De nacionalidad francesa, Blandine es autora de tres libros de anatomía para el movimiento ya clásicos, en los que ella misma ha realizado más de 1.200 ilustraciones para cada uno, dibujos del natural, hechos a mano, sin ordenador.

Sus obras, de las que se han vendido más de medio millón de ejemplares por todo el mundo, están editadas en castellano por la Ed. Liebre de marzo. Destacan entre ellas la Anatomía para el movimiento, con ochocientos dibujos corregidos o hechos de nuevo para la reedición; El periné femenino y el parto y un libro sobre la respiración titulado Respiración. Anatomía del gesto respiratorio.

Sus obras están ahora en los planes de estudio de algunas universidades europeas y americanas y su popularidad ha ido en aumento, como pudimos comprobar a lo largo de la entrevista realizada en las cercanías de la Universidad Ramon Llull de Barcelona, donde los estudiantes de fisioterapia la saludaban y le solicitaban autógrafos.

Muchas formas de respirar

–¿Por qué un libro sobre la respiración?
–He oído decir muchas cosas y todas contradictorias sobre la respiración. En muchos libros y técnicas se afirma que la forma buena de respirar es la que ellos presentan y enseñan, y ninguna se parece a la otra. Durante años he experimentado una sensación extraña cada vez que se habla de la respiración, como si sólo hubiera una buena manera de respirar. Por ejemplo, quienes siguen la técnica Mézieres se basan en la espiración para hacer relajar el diafragma. No existen muchas más técnicas que hablen de la respiración de esta manera. Voy a dar dos ejemplos extremos: en las gimnasias occidentales se potencian más las respiraciones altas y costales; en las orientales, las respiraciones diafragmáticas abdominales. A mí me gusta combinarlas.

–¿Cuál es entonces el objetivo de ese libro?
–Dar ganas de variar y experimentar con la respiración, para no respirar siempre de la misma manera. Frente a los distintos impulsos internos y externos debemos tener una respiración flexible y adaptable. No existe únicamente una buena manera de respirar.

–¿Respirar empujando el diafragma no es la mejor manera de hacerlo?
–Respirar con el diafragma, expandiendo el movimiento respiratorio hasta los pies, no es mala manera de respirar. Respirar solo de esa manera tiene ventajas, pero también inconvenientes. El diafragma, según como se utilice, puede colapsar el periné femenino. Hay mucha gente que no lo sabe, pero es así. Por eso en el libro señalo ventajas e inconvenientes de las distintas clases de respiración, comenzando por la respiración realizada por la boca y por la nariz.

–¿Cuáles son?
–Por la nariz, el aire se humedece, se calienta, se limpia y se purifica a través de las mucosas, llegando a los pulmones un aire de gran calidad y, además, estimulamos el nervio olfativo. En cambio, cuando respiramos con la boca abierta, el aire encuentra menos resistencia porque el trayecto es más corto, se puede respirar aire en mayor cantidad, o dosificarlo, y podemos tomar mucho aire en muy poco tiempo, por ejemplo, cuando cantamos, nadamos o tocamos un instrumento de viento. Lo interesante es saber escoger según el objetivo que queremos.

–¿Cómo debe ser estudiada la anatomía?
–La anatomía no debe quedarse en una ciencia para los exámenes, los libros o en pura teoría, sino que debe estar al servicio del movimiento, de la relación con uno mismo y con el entorno. Yo siempre utilizo la anatomía, sobre todo en mis clases, para mejorar el movimiento.

El deseo de bailar

–¿Cómo definiría sus libros?
–Mis libros están pensados como herramientas para experimentar, no son libros de terapia, aunque son útiles para terapeutas de todo tipo. No están pensados como terapia porque yo comencé con el movimiento experimentando: bailando. Son pequeñas enciclopedias del movimiento.

–¿Cómo llegó a la danza?
–Siempre quise bailar. Desde que era una niña, siempre me dije a mí misma: yo lo que quiero hacer es bailar. Y bailaba por la casa, en la sala, en mi dormitorio. Para sorpresa de mis padres, porque mi madre era institutriz y mi padre trabajaba en la industria.

–¿Dónde nació?
–Nací en Lille, en el norte de Francia. He vivido veinticinco años en el norte, y comencé a bailar allí. Tuve la suerte de encontrar, en la misma ciudad, al profesor que era la horma de mi zapato, lo que cambió mi vida. Era una escuela de danza, teatro y mimo. Hice trabajo con máscaras, de dicción, de música y danza. Era una escuela muy completa, no eran solo clases de danza.

–¿Qué edad tenía?
–En esta escuela, que se llama "Dance Creation", entré bastante tarde, a los diecisiete o dieciocho años, y permanecí diez años. En la misma escuela había un grupo de danza semiprofesional en el que me integré y con el que hice trescientos espectáculos por toda Francia.

–¿Estudió algo más al mismo tiempo?
–No, me dediqué íntegramente a la danza. A los 25 años comencé a tener problemas con la cadera y tuve que parar de bailar, no podía ni dar clases a niños porque no podía mostrarles cómo se saltaba. Así que fui a una fisioterapeuta mezierista, y allí conocí el método Mézieres. Era formidable y pensé que era necesario dar a conocer este método a los bailarines. Decidí estudiar el método Mézieres, pero para ello debí estudiar primero fisioterapia durante tres años en París. Fue en la escuela que dirigía Boris Dolto, uno de los fundadores de la fisioterapia y marido de Françoise Dolto, psicoanalista y pedagoga muy conocida en Francia.

Anatomía y movimiento: las técnicas corporales

–¿Dónde aprendió a dibujar?
–Aunque parezca increíble, como dibujante soy plenamente autodidacta. He dibujado la anatomía a partir de fotografías, porque no tengo suficiente tiempo para que el modelo esté presente. Cuando imparto cursos, tomo mi cámara y fotografío a mis alumnos en movimiento, de ahí me inspiro luego para realizar los dibujos. Aunque en las fotos estén vestidos, puedo desnudarlos en mis dibujos y captar el movimiento a través de los vestidos.

–¿Cómo llegó una bailarina a hacer libros de anatomía de tanto éxito?
–En París había muchas personas que me conocían a través de la danza, y me propusieron realizar un curso para que los bailarines aprendieran anatomía. Me dieron cinco horas en total para hacerlo, y, aunque parecía una idea descabellada enseñar anatomía en un cursillo de cinco horas, me lancé a ello. Comencé por la columna vertebral. Y luego paulatinamente fui introduciendo el diafragma, el cuello, la cabeza, la espalda, los brazos, las piernas y los pies. De manera que, sin darnos cuenta, los cursos se enriquecieron. En veinte años, he creado unos cuarenta y cinco cursos de treinta horas. Es un trabajo enorme. Los creo según me los solicitan. Pueden ser sobre el equilibrio, sobre el periné femenino, sobre la voz, sobre el caminar. .. Siempre parto de la anatomía y del movimiento para llegar al objetivo que se me pide.

–¿Realizó estudios en otras terapias corporales?
–Antes que Mézieres hice Integración postural en Estados Unidos, una técnica creada por Jack W Painter. Me interesó por la aproximación psicocorporal que tenían los americanos. Hace 25 años en Estados Unidos estaban muy influídos por las teorías de Wilhelm Reich: se gritaba, se expresaban las emociones de manera corporal y muy drástica. Era todo muy fuerte. Fue una experiencia enriquecedora, porque en Francia, en aquellos tiempos, se estaba demasiado influenciado por el psicoanálisis, y el cuerpo no estaba tan presente. Reich entonces era poco conocido en Europa.

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–¿Qué piensa de la actual proliferación de técnicas corporales: rolfing, Alexander, Feldenkrais, eutonía, Mézieres, RPG, Bainbridge-Cohen...?
–Hay muchas terapias valiosas, cada una con su aportación. Alexander es una técnica de coordinación corporal en la que se privilegia la armonización entre cabeza y cuello como inicio del movimiento. Feldenkrais busca la relación neuromuscular, el trabajo con las lateralidades derecha e izquierda. Lo que caracteriza a Mézieres es que ha visto una cosa muy valiosa: la importancia de la parte posterior del cuerpo: todos los músculos de esta parte del cuerpo se tonifican demasiado cuando se está de pie y pueden ser una verdadera prisión.

–¿Cree que la relación entre cuerpo y mente es una relación directa, como enseñan algunas técnicas corporales?
–Es una pregunta difícil. Porque hay gente que está mentalmente muy bien y se mueven muy mal y al revés.

–Sí, pero entonces se les señala con el dedo y se les acusa de desequilibrados...
–Bueno, no es tan trágico estar desequilibrado. No todo el mundo está hecho para estar en equilibrio. Hay momentos en la vida en que el impulso de creación te lleva lejos del equilibrio. No se puede tomar el equilibrio como una manera de juzgar a las personas. Siempre me pregunto: si Van Gogh hubiera encontrado un terapeuta que lo cuidara y lo equilibrara, ¿hubiéramos tenido sus cuadros? En la vida hay momentos altos y bajos. Cada uno de ellos tiene su valor y sus enseñanzas y ninguno es mejor que otro, todo depende de lo que hacemos con esos momentos. Lo que hallamos más bello en la vida a menudo no lo encontramos en las condiciones óptimas. Podemos descubrir cosas muy valiosas en momentos muy difíciles y oscuros de nuestra vida, donde estamos lejos del equilibrio.

"En la vida hay momentos altos y bajos. Todos tienen su valor y sus enseñanzas y ninguno de ellos es mejor que otro"

–¿Cree que el espíritu y el cuerpo van juntos?
–Creo que los dos están ahí, pero no sé si un espíritu equilibrado puede equilibrar un cuerpo o al revés. Pienso que la historia de la vida no dice eso. O, por lo menos, no lo creo.

El Pilates y la danza y otros métodos de anatomía y movimiento

–¿Qué piensa del método Pilates?
–Hace treinta años, en París, los bailarines se entrenaban sobre un aparato creado por Pilates al que llamaban "La Máquina". Era un poco mágica y permitía un trabajo muy bueno para ellos ... Entonces el método Pilates aún no era tan famoso como hoy día. Para mí hay dos máquinas que ha desarrollado Pilates que son interesantes: una que es como una cama y otra que es vertical. El método Pilates sobre estas dos máquinas resulta fantástico, pero no tiene nada que ver con una técnica corporal como Mézieres. Pilates constituye sobre todo un trabajo de tonificación y fuerza. Se refuerza la parte central del cuerpo. Es un trabajo interesante.

–Pilates era bailarín. ¿Cree que bailar puede sustituir un curso de Pilates?
–La danza contemporánea es una exploración del movimiento de las más variadas y creativas que existen. Posee ritmo, orientación espacial, equilibrio, fuerza, estiramientos, coordinación, y una relación muy importante con la música. En algunos casos existe el peligro de que se baile sin encontrar las líneas de fuerza que corresponden a lo que uno es. Se puede ser víctima de la propia creatividad. Es posible que haya personas que necesiten trabajar su cuerpo a partir de un marco más preciso, tradicional y seguro. Es importante, como en todo, encontrar un buen profesor que permita encontrar estas líneas de fuerza para poder expresar.

–Una de las mezieristas más conocidas en España es Therese Bertherat, creadora de la "antigimnasia". ¿Qué piensa de ella?
–Ha tenido muchas cualidades. Escribió un libro titulado El cuerpo tiene sus razones (Ed. Paidós) que ha sido un bestseller. Se editó alrededor de 1975 en Francia y dio al gran público acceso a todas las gimnasias dulces, que son gimnasias diferentes de las que trabajan la fuerza y el empuje. Ha divulgado para un gran público la técnica Mézieres. Las dos eran personalidades muy fuertes. Mézieres no deseaba que llevaran su nombre métodos que no eran el suyo. Era muy exclusiva. Bertherat tenía más en cuenta el aspecto emocional, y desarrolló una vía diferente de conocimiento corporal. El método Mézieres es un método central que sirve para hacer cualquier cosa. Descubre algo fundamental que mejora el movimiento de muchos seres humanos. Es como si amasases pasta de pan, con la cual luego puedes hacer pan, o pizzas, o cocas, o panecillos... La mayoría de personas que han seguido el método Mézieres han desarrollado sus propias técnicas, como Bertherat.

–¿Qué opina de las técnicas orientales?
–El yoga tiene la ventaja de provenir de una tradición, aunque yo preciso más libertad corporal. Personalmente prefiero el chikung. Me parece maravilloso, es muy orgánico y se basa en espirales, como las cadenas musculares que permiten el movimiento.

–¿En qué se basa su método de Anatomía para el Movimiento?
–Es un método de enseñanza plurisensorial de la anatomía y a la vez un método de trabajo corporal basado en el análisis anatómico del movimiento. La práctica siempre se apoya en la anatomía, y toma diferentes formas: comprobar lo que se ha estudiado, representarse en el propio cuerpo la anatomía: un hueso, el trayecto de un músculo, una víscera... o tomar conciencia sensorial mediante la autoobservación de las sensaciones. Suelo realizar cursos en Francia, pero también en España, Suiza, Bélgica, Inglaterra y Quebec. Y Nuria Vives extiende mi trabajo a Sudamérica.

–¿Su trabajo se adapta según con quien trabaja?
–Sí, si trabajo con los expertos en Mézieres me aproximo a su técnica, y si trabajo con actores coloco la voz. Pero no soy purista.

–¿Qué puede hacer una persona que nunca se ha ejercitado a partir de su libro?
–Debe tomar conciencia y dar vida a su columna vertebral o a su respiración. Considero que estos son los dos grandes temas que están en el eje de todo: en el trabajo de la voz, las emociones, la terapia cráneo-sacral, la osteopatía...