Ferran Campillo fundó la primera Unidad Pediátrica de Cataluña dedicada a la salud medioambiental en el Hospital de Olot y Comarcal de la Garrotxa, la única iniciativa de este tipo en España, junto a la ya existente en el Hospital Virgen de la Arrixaca, en Murcia, donde Ferran realizó su especialización. Pero la vocación de Campillo por la pediatría y la salud ambiental ya se había despertado en el Hospital Universitario La Paz, en Valencia, de la mano del doctor Josep Ferris Tortajada, pionero en la materia.

"Vigilamos los riesgos ambientales sobre la salud de los niños"

—¿Qué hacen en las unidades de pediatría ambiental?
—Desarrollamos diferentes actividades, pero la parte de mayor peso en nuestra unidad es la clínica. Somos clínicos, pediatras y enfermeros, y realizamos el cribado ambiental durante el embarazo a todas las parejas embarazadas de la comarca de la Garrotxa.

—¿En qué consiste?
—Cuando las parejas empiezan el seguimiento del embarazo, con sus analíticas, ecografías y controles con el ginecólogo y la comadrona, pasan por nuestra unidad para contestar a lo que nosotros llamamos "hoja verde". Consiste en una pequeña entrevista donde les hacemos una serie de preguntas para determinar si hay algún tipo de riesgo medioambiental que pueda tener un impacto en la salud y el desarrollo del futuro bebé.

—¿Qué factores analizan?
—Analizamos si ha podido haber exposición a radiaciones ionizantes (radiografías, gammagrafías…), miramos el ambiente socioeconómico, si tienen algún tipo de necesidad económica para hacer un seguimiento con los compañeros de Trabajo Social; revisamos la exposición a fármacos o productos queratógenos, que puedan producir malformaciones o que pudieran afectar al correcto desarrollo del feto, desde productos de consumo a medicamentos… Miramos también la exposición ocupacional; es decir, de qué trabajan los futuros papás, qué tareas desarrollan, si pueden estar expuestos a alguna sustancia o actividad perjudicial para el futuro bebé…

—Pero la Garrotxa es un entorno natural privilegiado…
—La industria principal y el motor económico es la industria cárnica. Pero también tenemos pequeñas y medianas empresas que se dedican a la confección de piezas de plástico. Además, como en cualquier lugar, tenemos profesiones diversas: peluqueras, personas que trabajan en gasolineras… A la hora de elaborar la "hoja verde" no nos basta con saber la profesión del padre y la madre, sino dentro de la profesión, qué posibles riesgos tiene la persona. No es lo mismo trabajar de administrativo en una oficina que en un taller mecánico donde se está más expuesto a un ambiente contaminante; o estar al lado de un campo donde usan agroquímicos.

"La exposición a algunos factores ambientales puede dar lugar a enfermedades en la vida adulta"

—¿Por qué es importante evaluar en la etapa de embarazo?
—El cribado medioambiental se puede hacer en cualquier etapa, pero lo hacemos en el embarazo porque, por un lado, lo que ocurre desde la concepción hasta los 2-3 años del niño son momentos de especial vulnerabilidad para el desarrollo de las estructuras normales del pequeño y para las futuras enfermedades que pueda tener más adelante, no en el posparto inmediato. Incluso la exposición a algunos factores ambientales puede dar lugar a enfermedades en la vida adulta. Pensamos que no solo es importante para evitar el sufrimiento a familias, a bebés y niños, sino que además es altamente rentable, porque con el relativamente poco esfuerzo y tiempo que le dedicamos en el embarazo o incluso antes del embarazo, podemos modificar algunas exposiciones que pueden afectar a la salud futura de las familias.

—Supongo que la investigación tiene un desarrollo posterior…
—Cuando analizamos los datos que tenemos y los comparamos con los de Murcia vemos que son muy similares. Algunos, debido a las características de la población, pueden variar un poco pero, por ejemplo, en lo que respecta al consumo o exposición a alcohol o tabaco y otras drogas, en la Garrotxa y en Murcia somos muy parecidos, lo cual hace pensar que si extrapolamos los datos al resto de Cataluña u otros rincones de España vamos a tener datos similares.

—¿Cuáles son las principales patologías relacionadas con salud ambiental de madres y padres?
—Patologías en embarazadas encontramos pocas. A veces se dan algunos casos de intoxicaciones agudas, alguna mujer que no tenía su estufa de leña cerrada debidamente y ha podido intoxicarse por monóxido de carbono, pero son casos muy aislados. Lo que sí encontramos más son exposiciones de riesgo, algunas de las cuales se manifiestan cuando el bebé nace o es más mayorcito. Las más relevantes son la exposición al humo del tabaco (la mitad de los embarazos están expuestos a él por la futura mamá o por su pareja, y ya tenemos evidencia médica de que eso tiene un impacto para la salud del futuro bebé muy importante); y la exposición al alcohol, que nos ha sorprendido. En los estudios que tenemos, que coinciden bastante con los de Murcia, aproximadamente la mitad de los embarazos han estado expuestos en algún momento al alcohol.

—Un porcentaje importante…
—Sí, y sabiendo que no hay ninguna dosis segura conocida puede tener un impacto en nuestra sociedad tremendo. De estos casos, solo una pequeña parte se verá afectada por un «trastorno del espectro alcohólico fetal». Pero aunque en la mayoría de la población se registren dosis bajas, esto tiene un impacto en la sociedad porque el alcohol es un neurotóxico para el cerebro en desarrollo. Si afecta de manera general a la mitad de la población, seguramente baje el coeficiente intelectual de toda una comunidad, y eso condicionará que haya menos personas con altas capacidades y más personas con algún tipo de dependencia o de discapacidad intelectual. Quizá para la persona que ha estado algo expuesta al alcohol los efectos prácticamente no sean percibibles, pero como sociedad puede afectar a la inteligencia o la prosperidad general.

—¿Y de qué dosis de alcohol estaríamos hablando?
—No se conoce una dosis segura durante el embarazo. Hasta hace poco incluso algunos médicos recomendaban una copa de vino (fuera del embarazo). Pero ya tenemos evidencias de que el alcohol es un factor de riesgo para determinadas patologías. Y si puede tener este efecto en adultos, imaginemos en la gestación, cuando hay estructuras en desarrollo, especialmente el cerebro. No podemos decir que por tomar una cerveza al día no pasa nada y que con dos cervezas hay riesgo.

—Entonces, ¿cero alcohol?
—Efectivamente. El mensaje de que una copa de vino en la comida no hace daño es erróneo: alcohol y embarazo no casan, por tanto, alcohol cero. Incluso empezamos a tener evidencias de que el alcohol que consume el padre entre dos y tres meses antes del embarazo, cuando se da la espermatogénesis, puede tener algún tipo de afectación sobre la descendencia. Esos datos forman parte de estudios de experimentación animal, en humanos todavía no estamos seguros. Pero eso nos anima más a sostener el consumo cero de la pareja. De esta manera también estamos animando a la pareja a adoptar hábitos saludables para que se perpetúen en ese hogar.

—¿Es más peligroso el alcohol que el tabaco?
—Son dos tóxicos dañinos, pero quizás el impacto que tiene el alcohol sobre el cerebro en desarrollo puede dar lugar a daños más irreversibles. No obstante, el tabaco es un factor de riesgo que hallamos a menudo y por eso hemos puesto en marcha un grupo de deshabituación tabáquica para las parejas embarazadas. Pensamos que no solo tenemos que dirigirnos a la embarazada, sino también al futuro papá, a la pareja, porque si el papá sigue fumando va a perpetuar el humo en el hogar y eso incidirá en la salud del futuro bebé.

—Pero también analizáis otros factores en vuestros estudios…
—Sí, como la exposición a pesticidas o el contacto con la naturaleza del padre y la madre… Pesa mucho la actividad física que realizan las familias en contacto con la naturaleza. Y luego surgen otras preguntas que hacen las propias familias. Al final les preguntamos si hay alguna actividad ambiental que pueda afectar a su salud, y siempre nos encontramos con sorpresas, como quien te cuenta: «Pues resulta que yo vivo en una masía, en una casa aislada, y el agua que bebemos es de un pozo y al lado tenemos una granja de cerdos». Esto da pie a investigar y resolver esas dudas con las parejas.

"Aunque no hay tantas evidencias como con el tabaco, podemos decir que el cannabis puede afectar al neurodesarrollo".

—¿Y analizáis sustancias como el cannabis…?
—Sí, alrededor del 10% de los embarazos están expuestos al cannabis. De manera activa, un 4%. Aunque no hay tantas evidencias como con el tabaco, podemos decir que el cannabis puede afectar al neurodesarrollo. En concreto, se relaciona con problemas de atención, memoria… en el futuro bebé.

—Y si tienes un trabajo "tóxico" o vives en un ambiente urbano contaminado, ¿qué aconsejáis?
—Hay trabajos en los que el riesgo es mayor o menor. En esos casos, hacemos una valoración y ofrecemos una serie de medidas de protección que pueden tomar la madre y el padre. Con esto ya reducimos bastante la exposición a determinados tóxicos. En otros casos tenemos que recomendarles que pidan una reubicación dentro de su propia empresa, de modo que puedan desarrollar tareas diferentes. Y si no es posible y en el ambiente de trabajo la futura mamá tiene algo que puede suponer un riesgo, tiene derecho a coger una baja remunerada al 100% hasta el final del embarazo, incluso hasta el final de la lactancia.

—Sabéis si se van a crear unidades como la vuestra y la de Murcia en otras zonas de España?
—Hace un par de años creamos, en el seno de la Asociación Española de Pediatría, el Comité de Salud Medioambiental Pediátrica. Y desde ahí estamos elaborando materiales para los pediatras de cabecera de atención primaria y los hospitalarios, creando actividades formativas, para estimular la creación, si no de nuevas unidades, sí de actividades de salud ambiental pediátrica, porque esta es fundamental. Quizás no sea posible tener una unidad de salud medioambiental pediátrica en cada comunidad autónoma, pero al menos sí lo es dotar de herramientas para que todos los pediatras tengan conocimientos en salud medioambiental pediátrica y tener un lugar donde derivar o consultar sus dudas sobre este ámbito.

La "hoja verde" del embarazo

Es una herramienta para facilitar el desarrollo óptimo del feto y de la crianza, e incluye los siguientes datos.

Datos personales. En el cuestionario se pregunta a la madre y al padre la edad de ambos, su origen étnico y los ingresos netos mensuales de la familia.
Antecedentes obstétricos. Embarazos previos, semanas de lactancia, abortos espontáneos o realizados, si los ha habido, tratamientos de fertilidad…
Radiación ionizante. Pruebas médicas realizadas durante la etapa periconcepcional (radiografías, TAC, dentales o cualquier otra) y las fechas de las mismas.
Riesgos en el trabajo. La ocupación del padre y de la madre desde tres meses antes de la fecha de la última regla y la exposición en los lugares de trabajo a potenciales tóxicos. También se pregunta por actividades de ocio que puedan suponer el contacto con algunas sustancias químicas, como pintura, mecánica, aeromodelismo…
Tabaquismo. Se pregunta al padre y la madre sobre sus hábitos como fumadores (si lo son), fecha de inicio del hábito y si les gustaría dejarlo. Y si no fuman, si están expuestos al humo del tabaco de forma pasiva, por amigos o familiares.
Otras drogas. Se pregunta si han estado expuestos a cannabis, cocaína, heroína u otras drogas en algún momento del embarazo o tres meses antes de este.
Alcohol. Consumo de bebidas alcohólicas desde tres meses antes del embarazo, hábitos diarios y cambios que han introducido o que muestran voluntad de introducir a causa del embarazo.
Exposiciones domésticas. Tipo de vivienda, año de su construcción, presencia o no de problemas (cucarachas, hormigas, roedores…), uso de productos químicos (en casa, huerto o jardín) y riesgos ambientales que perciben.