La sociedad actual está diseñada para la conveniencia y el confort. La mayoría de los adultos pasa demasiado tiempo sentada y no da el mínimo recomendable de 10.000 pasos al día. La salud se puede ver afectada a largo plazo por la falta de ejercicio. Estas ocho cosas suceden cuando no se hace suficiente ejercicio.

Lo que sucede si no te mueves lo suficiente

1. Los músculos se atrofian

Esta consecuencia de la inactividad es lógica: si no se usan las extremidades, los músculos correspondientes se atrofian. No solo es un problema para los sistemas musculoesquelético y cardiovascular, también lo es para el metabolismo, pues cada gramo de músculo quema enería de forma constante, incluso cuando no se ejercita.

Sin embargo, debido a la evolución, nuestro cuerpo intenta ahorrar energía para los malos momentos, por lo que los músculos que no son necesarios se "descomponen" rápidamente para reciclar los aminoácidos y utilizrlos donde resulten necesario.

2. El porcentaje de grasa corporal aumenta

Si los músculos se atrofian por estar demasiado tiempo sentada y por el escaso ejercicio, el porcentaje de grasa corporal aumenta.

La grasa abdominal, que resulta especialmente peligrosa y es hormonalmente activa, se acumula cuando se está demasiado tiempo en reposo.

El mejor remedio es una combinación de ejercicios de resistencia y entrenamiento con pesas, máquinas o cintas elásticas para estimular la quema de grasa y aumentar la masa muscular.

3. Los órganos se enferman

Si no se hace suficiente ejercicio, el músculo cardíaco se atrofia con el tiempo. Como resultado, la capacidad de bombeo del corazón y, por lo tanto, su resistencia, disminuyen.

Pero otros órganos como el hígado también sufren por la falta de ejercicio. El hígado graso, por ejemplo, está relacionado con una falta de ejercicio.

4. Los huesos se vuelven frágiles

La fortaleza de los huesos aumenta cuando cumplen su función como sostén del cuuerpo cuando este se mueve.

Si no se hace ejercicio, les ocurre como a los músculos y van perdiendo densidad ósea.

Cuanta menos sustancia tenga el hueso, más fácil será romperlo. Por lo tanto, el estilo de vida sedentario es uno de los mayores factores de riesgo de osteoporosis. La mejor protección contra las fracturas óseas mortales en la vejez es, por tanto, el ejercicio regular y la reducción del tiempo que se pasa sentado.

5. Los vasos sanguíneos se vuelven rígidos

El sedentarismo se ha comparado con el hábito de fumar y hay bastante de cierto en ello. Porque, como fumar un cigarrillo, la inactividad también empeora el estado de nuestros vasos sanguíneos.

La pared interna del torrente sanguíneo, también llamada endotelio, en realidad asegura que nuestras arterias se relajen para facilitar el flujo sanguíneo. Demasiado poco ejercicio altera la función endotelial y, por lo tanto, conduce a vasos rígidos y a un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares como presión arterial alta y arteriosclerosis.

6. Aparece el estreñimiento

Los intestinos transportan los restos de los alimentos hacia el exterior a través de contracciones musculares en forma de ondas. Además de una dieta rica en fibra, el ejercicio físico moderado también estimula la actividad de nuestro intestino.

En ausencia de cualquiera de estos factores, los intestinos también se debilitan y la comida permanece en el tracto digestivo por más tiempo. El resultado es el estreñimiento y un mayor riesgo de cáncer de colon.

Por lo tanto, haz ejercicio con regularidad para que tus intestinos también funcionen. La buena noticia es que una caminata o una carrera de resistencia fácil son suficiente para movilizar los intestinos.

7. Más riesgo de fallecimiento prematuro

Un estudio realizado a lo largo de 14 años, realizado por la Sociedad Estadounidense del Cáncer, descubrió que el exceso de tiempo que se pasa sentado se relaciona con un mayor riesgo de muerte.

Los investigadores compararon la actividad diaria de más de 100.000 participantes estadounidenses y descubrieron que aquellos hombres que se sentaban seis o más horas al día aumentaban su riesgo de muerte prematura en un 20%.

En las mujeres del estudio, la tasa de mortalidad incluso aumentó en un 40%. El mayor problema es que incluso el ejercicio hecho por la noche no podía compensar los efectos negativos de estar sentado.

Los sujetos de prueba que hicieron deporte todos los días después de su trabajo sedentario también tuvieron tasas de mortalidad más altas. La única solución es interrumpir las fases de sedentarismo al menos cada 60 minutos. Para ello es suficiente subir unos pocos escalones o dar una vuelta alrededor de la manzana.

8. Aumenta el riesgo de desarrollar diabetes

Si bien la diabetes tipo 1 es hereditaria, la diabetes tipo 2 es causada por un estilo de vida poco saludable.

Además de una dieta alta en azúcar con pequeñas ingestas frecuentes entre las comidas principales, la falta de ejercicio también puede hacer que tu nivel de azúcar en sangre se salga de control.

Porque el azúcar también se introduce en los músculos para que sirva como proveedor de energía. Si los músculos de las piernas no se ejercitan lo suficiente, el azúcar permanece en el torrente sanguíneo y puede causar inflamación y resistencia a la insulina (diabetes tipo 2) a largo plazo.