La chirivía o pastinaca (Pastinaca sativa) es una hortaliza de otoño e invierno. Se consume la raíz, que parece una zanahoria blanca y gruesa. A los antiguos romanos les entusiasmaba y en la Edad Media europea fue un alimento básico, pero en el siglo XVIII fue reemplazada por la patata y la zanahoria y finalmente casi completamente olvidada.

Gracias a los agricultores ecológicos y a los pequeños agricultores tradicionales, las chirivías están volviendo poco a poco a nuestros platos a través de los mercados semanales.

En España se había perdido de vista el tubérculo dulce y picante durante mucho tiempo. Sin embargo, las chirivías habían llegado a ser un alimento básico durante la mayor parte de nuestra historia.

Las raíces extremadamente ricas en almidón proporcionaron a nuestros antepasados ​​vitaminas y energía, especialmente en invierno y primavera. Con la introducción de la patata en Europa, las chirivías comenzaron a quedarse atrás. En las últimas décadas, estas raíces sanas fueron completamente olvidadas.

Variedades de chirivías, silvestres y cultivadas

La chirivía se parece mucho a la raíz del perejil o a una zanahoria de color claro con un extremo más grueso y redondeado. Las tres son tubérculos y, como el apio, el perejil, el eneldo y el hinojo, pertenecen a la familia de las umbelíferas. También hay dos formas diferentes para la propia chirivía:

1. La chirivía silvestre(Pastinaca sativa subsp. Sativa var. Pratensis)

Crece como planta silvestre en prados y bordes de caminos. La raíz es fina y dura, pero comestible, aunque no sea una maravilla culinaria.

En el pasado, las frutas y semillas se recolectaban principalmente como remedio casero para la vejiga y los riñones (por ejemplo, para los cálculos renales) y para el reumatismo.

Para preparar una infusión se vierten 250 ml de agua hirviendo sobre 1 cucharadita de chirivía, se deja reposar durante 10 minutos y bébela lentamente (máximo 2 tazas al día). Pero ten cuidado, existe el riesgo de confusión: las umbelíferas venenosas, como la cicuta manchada, se parecen mucho a las chirivías silvestres.

2. Chirivía cultivada (Pastinaca sativa subsp. Sativa var. Sativa)

Es la hortaliza que se cultiva para la comercialización y puede desarrollar una raíz de hasta 1,5 kg de peso. Los principales países productores en la actualidad son los Países Bajos, Italia, China y España, que también son los países exportadores más importantes.

Propiedades nutricionales de la chirivía

Destaca el contenido en vitamina B2 y vitamina C, pero sobre todo en minerales, como el magnesio (100 g satisfacen el 9% de la cantidad diaria recomendada), el zinc (7%), el potasio (11%), el hierro (4%) y el calcio (4%).

El índice glucémico (IG) y la carga glucémica (CG) muestran cómo un alimento afecta el aumento de los niveles de azúcar en sangre después de comer. El IG para las chirivías es de 85. Los valores hasta 55 se consideran bajos. La carga glucémica está por debajo de 10. Por tanto, la chirivía es un alimento recomendable para mantener la glucosa bajo control, incluso en diabéticos.

Es muy rica en fibra prebiótica, concretamente en inulina, el tipo de fibra más beneficioso para la microbiota intestinal.

Las chirivías recuerdan a las zanahorias, pero son de color amarillento pálido a marrón y tienen una cabeza mucho más ancha que las zanahorias. Una sola chirivía puede pesar fácilmente entre 1 y 2 kilogramos. Su aporte nutricional es excelente:

Contenido nutricional de la chirivía por 100 g:

  • Calorías: 75
  • Hidratos de carbono: 18 g
  • Fibra: 5 g
  • Proteínas: 1.2 g
  • Potasio: 375 mg
  • Calcio: 36 mg
  • Fósforo: 71 mg
  • Magnesio: 29 mg
  • Vitaminas B1: 0.09 mg
  • Vitamina B2: 0.05 mg
  • Vitamina B6: 0.09 mg
  • Vitamina B3: 0.7 mg
  • Vitamina C: 17 mg
  • Vitamina E: 1.49 mg

4 propiedades saludables de la chirivía

1. Fortalece el sistema inmunitario

100 gramos de chirivía contienen alrededor de 17 miligramos de vitamina C, tan importante para el funcionamiento normal de nuestro sistema inmunológico.

La chirivía de color amarillo claro nos proporciona aproximadamente tres veces más vitamina C que una zanahoria. Obtienes mucha vitamina C cuando comes chirivías crudas, pues en parte se pierde al cocinarla.

La vitamina C también es un poderoso antioxidante que protege las células de los efectos dañinos de los radicales libres de oxígeno.

2. Nervios y músculos sanos gracias al potasio

Las chirivías contienen alrededor de 375 miligramos de potasio por cada 100 gramos. Mucho más que la misma cantidad de zanahorias o patatas. El potasio es responsable del funcionamiento normal de nuestro sistema nervioso y juega un papel esencial en la transmisión de estímulos entre nervios y músculos.

El potasio también es importante para la función muscular normal. Las personas que hacen ejercicio regularmente pueden beneficiarse de una ingesta normal de potasio a través de una dieta equilibrada. El potasio mineral también tiene un papel en la regulación de la presión arterial.

3. Sistema digestivo saludable gracias a los aceites esenciales y prebióticos

Las chirivías obtienen su dulzura picante de los aceites esenciales y polisacáridos como los fructanos. Los aceites esenciales tienen un efecto antibacteriano y pueden calmar el estómago.

Los fructanos se cuentan entre los prebióticos. Se trata de sustratos que sirven de alimento a los microorganismos de nuestra flora intestinal y, por tanto, pueden desarrollar un efecto promotor de la salud. Una dieta equilibrada con chirivías puede ser beneficiosa para una digestión normal. De esta forma se pueden prevenir síntomas como flatulencia, diarrea o estreñimiento.

4. Saciedad gracias a la fibra

Las chirivías contienen alrededor de 5 gramos de fibra por cada 100 gramos, que te provocan sensación de plenitud al aumentar el tiempo de permanencia de los alimentos en el estómago, lo que tiene efectos positivos sobre la estabilidad de los niveles de azúcar en la sangre.

Los alimentos ricos en fibra son fundamentales en una dieta equilibrada y saludable. Los adultos deberían consumir un mínimo de 35 g de fibra al día, y con una buena ración de chirivías en tu dieta, ya puedes cubrir gran parte de tu requerimiento diario.

La chirivía en la medicina natural

Además de nutrientes, la chirivía contiene en las hojas y en la raíz compuestos con propiedades saludables que justifican su uso por la medicina natural tradicional.

  • Aceites esenciales: Los ésteres alifáticos son los principales componentes del aceite esencial de chirivía. Estos aromas atraen a los animales, que a su vez esparcen las semillas. Los estudios de laboratorio han demostrado que el aceite esencial de chirivía es eficaz contra hongos y bacterias, en ocasiones con una actividad más intensa que los antibióticos de síntesis.
  • Cumarina y furanocumarinas: estas sustancias son responsables del olor a chirivía y poseen propiedades antiinflamatorias y analgésicas.

Infusión de raíz de chirivía

La infusión o caldo sin condimentar de raíz de chirivía tiene un efecto diurético, drenante, antiespasmódico y analgésico. En la medicina popular, se usa para los cálculos renales y biliares, así como para las enfermedades del estómago.

Ingredientes:

  • 1 cucharadita de raíz de chirivía seca o 1 cucharada de chirivía fresca
  • 200 ml de agua

Elaboración:

  1. Corta la raíz de chirivía en trozos pequeños.
  2. Pon la raíz en una olla junto con una taza de agua fría y déjala hervir.
  3. Tapa y deja reposar durante 15 minutos y luego cuela la infusión.

Para una cura limpiadora de primavera o para el tratamiento de apoyo de las infecciones del tracto urinario, se recomienda beber de 2 a 3 tazas por día.

Infusión de hojas de chirivía

Las hojas de chirivía también tienen propiedades curativas: puede aliviar el malestar estomacal y renal, así como el insomnio.

Para 1 litro de infusión, necesitas un puñado de hojas frescas trituradas o 1 cucharada de hojas secas que debes hervir en el agua durante 10 minutos. Luego cuela la infusión. Puedes beber 3 tazas de infusión al día.

Consejos de preparación: chirivías crudas, con verduras o en puré

La chirivía posee un sabor anisado muy agradable. Antes de cocinarla hay que lavarla bien, como se hace con cualquier tubérculo. La piel es comestible pero resulta algo dura por lo que es recomendable pelarla.

Se puede preparar como las zanahorias: cocida, hervida al vapor, frita, salteada, en puré o crema o asada al horno. Es perfecta para añadirla a cremas y salsas, a las que aporta cuerpo y añade un sabor delicado.

Para equilibrar su sabor, agradece la combinación con alimentos ácidos como el vinagre, el zumo o la ralladura de limón, alguna fruta fresca o incluso un punto picante. Por supuesto, se puede cocinar con tomillo, romero, alcaravea, eneldo, orégano o mezclas de curry.

Referencias científicas: