Aunque la astenia primaveral se supera al cabo de unas pocas semanas, cuando nuestro cuerpo ya se ha adaptado a los cambios que trae la nueva estación, podemos tomar medidas para prevenir los síntomas y acelerar su desaparición.
La primavera trae más horas de luz, alteraciones hormonales y necesidad de más vitaminas y minerales. Son novedades a las que tenemos que adaptarnos.
Cambiar la alimentación en primavera
La manera más rápida de intervenir es a través de nuestra dieta. Durante esta época debemos incorporar a nuestra dieta alimentos ricos en vitamina C y E, magnesio, hierro y calcio. Y sin olvidar los ácidos grasos esenciales omega-3, por sus propiedades antiinflamatorias.
En primavera debemos tomar más alimentos crudos como:
- frutas y verduras
- legumbres
- cereales integrales
- frutos secos como las almendras y nueces
- semillas como la chía
- lino
- cáñamo
- algas y hierbas y especias aromáticas
Otros cuidados para combatir la astenia
- Hidratarnos más. Es muy importante mantenernos hidratados y evitar hábitos como la toma de café, que provocan deshidratación. Conviene tomar infusiones de ginseng o jengibre, té verde o un chai para estimular la energía sin aumentar nuestro estrés.
- Hacer ejercicio. Nos permite tomar aire fresco y activa la circulación sanguínea, lo que ayuda a equilibrar las hormonas y a que estas actúen para resolver el estado de fatiga generalizado.
- Dejarnos tocar por el sol. La producción de vitamina D derivada de la exposición a los rayos del sol contribuye a prevenir estados de depresión.
Recetas que llenan de energía
Estas tres recetas son ideales para potenciar tu vitalidad en primavera: