También son un clásico del congelador. Las venden en bloques y trozos, en bolsas de hasta 2 kilos.
No es necesario descongelarlas antes.
Una de las cosas más rápidas que puedes hacer es unos garbanzos con espinacas… ¡con leche de coco! Si tienes una lata de leche de coco, unos garbanzos cocidos y espinacas congeladas, solo tienes que poner ambas cosas en la sartén hasta que se doren los garbanzos, añadir la leche de coco y dejar que reduzca. Plato exótico en cero coma.
Puedes añadir unas porciones de espinacas a cualquier plato que estés preparando, especialmente si son cremas, sopas, guisos, potajes, arroces, etc.
Como las espinacas congeladas vienen cortadas y empacadas, no tendrán la misma textura que las frescas, tenderán a deshacerse con la cocción. Aprovéchalo para darle color a cualquier preparación que incluya agua o caldo.