Cuando no tenemos tiempo entre semana para cocinar lo que nos salva la vida es tener cosas ya hechas, aunque sean unos básicos: un poco de arroz, unas legumbres, algunas verduras, etc.
Para esto podemos dedicar un día a la semana, pero también podemos aprovechar cada vez que vayamos a hacer algún plato, hacer de más y guardar para otro día. Ese es el concepto básico de batch cooking.
La mayoría de platos requieren un tiempo de cocción similar hagamos para 2 que para 4 personas, así que ¿por qué no aprovecharlo?
Los 4 básicos del batch cooking
Cuando haces platos que se pueden guardar bien en la nevera o congelar en grandes cantidades, después podrás comer en un momento sin necesidad de pensar en cocinar. Con esto te ahorras estrés, pasas menos tiempo en la cocina, tienes siempre comida ya hecha (así no tiras de preparados), ahorras dinero, aprendes recetas nuevas…
1. Prepara platos congelables
La mayoría de platos congelan bien: hamburguesas veganas caseras, arroz, guisos, potajes, sopas, cremas, etc. Antes de preparar una buena cantidad de un plato piensa el tiempo que va a pasar y congela todo lo que puedas.
Para usar después estos congelados basta con descongelar con antelación (dejándolos en la nevera) o calentar directamente a la sartén (arroz, hamburguesas, etc) o a la cacerola (guisos, potajes, sopas, cremas, etc) a fuego lento.
Hay pocas cosas que no se pueden congelar, como algunas salsas emulsionadas (mayonesa vegetal por ejemplo) y algunas verduras (lechuga, rúcula, canónigos, etc). En estos casos es mejor guardarlo en la nevera en un recipiente bien cerrado y comerlo cuanto antes.
2. Congela en porciones
Para ahorrar más tiempo aún, en lugar de congelar el potaje entero en un táper grande, congélalo en porciones que sí te comerías. Utiliza envases más pequeños y así solo tendrás que descongelar lo que te vayas a comer. Tardas menos y es más eficiente.
3. Revisa tus envases
Antes de cocinar cualquier cosa en grandes cantidades asegúrate de tener envases apropiados para guardarlo. Utiliza tápers y tarteras que cierren bien, preferiblemente apilables. Siempre que puedas, como recomendaba en el punto anterior, congela por porciones en envases más pequeños.
Recuerda siempre proteger bien los alimentos para evitar quemaduras por frío y que cojan sabores raros.
En el caso de las sopas y cremas, no llenes los envases hasta el borde, con la congelación el agua se dilatará y ocupará más espacio, así que deja siempre espacio entre el caldo y la tapa.
4. Recetas
Puedes buscar nuevas recetas para batch cooking: recetas que permitan hacer grandes cantidades y que congelen y descongelen bien.
Los básicos como guisos y potajes en general funcionan perfectamente. En lugar de hacer para dos personas, usa una olla más grande si es necesario, y añade más ingredientes. Aquí tienes mis trucos para hacer un buen potaje.
Puedes multiplicar los ingredientes de las recetas. Estará hecho casi en el mismo tiempo y tendrás para otras comidas a lo largo de las siguientes semanas. Piensa por ejemplo en currys de garbanzos con verduras, potajes de lentejas, guisos con seitán, tofu o tempeh, etc.
Las sopas y cremas, al descongelarlas, pueden separarse, quedando arriba el agua y abajo las partículas de verduras que pesan más. No pasa nada, basta con removerlo bien o batirlo unos segundos con la batidora.
Puedes hacer una buena olla de crema de calabacín, vichyssoise, crema de calabaza, consomé de verduras… y descongelar y calentar siempre que te apetezca.
Las lasañas, tartas saladas y similares también congelan estupendamente, con la ventaja de que son más fáciles de cortar en porciones. Prepara lasañas con los moldes más grandes que tengas y que te quepan en el horno, después lo agradecerás.
Las albóndigas, hamburguesas, croquetas, etc., está claro que son una de las alternativas más cómodas, pero necesitarás también algo con lo que acompañarlas. El pisto congela estupendamente, al igual que los panes, verduras asadas, cuscús, quinoa, mijo, etc.