Ha llegado septiembre y como siempre la vuelta a la rutina después de un verano muy caluroso y tranquilo. Lo bueno de volver a empezar es poder hacer las cosas a tu gusto, organizarte de nuevo según tus necesidades y marcarte objetivos a corto plazo que pueden mejorar mucho tus comidas (y tu cocina).

Además tendremos el apoyo de todas las verduras, hortalizas y frutas que están ahora de temporada, que no son pocas, y la bajada de temperaturas que anima a acercarse a los fogones. Hoy comparto tres consejos para la vuelta a la rutina que te motivarán a cocinar más y mejor.

1. Reorganiza tu cocina

Aprovecha y saca todo lo que tengas en armarios, cajones y despensa. Deshazte de todo aquello caducado, inservible o muy deteriorado. En el caso de accesorios de cocina, si no los has usado en el último año, es muy probable que sean inútiles y no los necesites.

Regálalos, dónalos o tíralos (para algunos como sartenes y aparatos eléctricos acude al punto limpio más cercano). Dispondrás de más espacio y te desharás de objetos innecesarios.

A la hora de recolocar, que todo esté visible y al alcance de la mano. Las cosas que metas al final de los armarios o sean de difícil acceso se quedarán ahí criando polvo. Si no quieres dejar espacios vacíos, aprovéchalos para meter cosas que sí quieras guardar aunque no uses a diario (por ejemplo cajas con cristalerías sin usar).

Apunta los accesorios que te vendrían bien para una mejor organización, por ejemplo un estante de pared para especias o un porta cuchillos magnético, que siempre es mejor opción que tener los cuchillos por el cajón con el resto de cubiertos.

Aprovecha también para lavar todos los trapos y paños. Recicla los que estén muy viejos, rasgados o no se limpien bien. Apunta qué tipo de trapos necesitas para comprar solo los necesarios.

2. Planifica tus comidas

Planificar las comidas con antelación nos da la ventaja de poder comprar exactamente lo que necesitamos. Así no desperdiciamos comida, no compramos más de la cuenta y, sobre todo, no compramos otras cosas superfluas que no entran dentro del esquema que hemos creado.

En otoño tenemos nuevas verduras, hortalizas y frutas de temporada, diferentes de las de verano. Puedes encontrarlas en los calendarios de temporada de Cuerpomente para saber cuáles tendrás en la frutería a buen precio y de buena calidad y basar en ello las comidas que apuntes en tu plan semanal.

Si no te queda claro o no te gusta lo de planificar, al menos haz un esquema de las cosas que te gustaría hacer o probar la semana que viene. Apunta los platos y sus ingredientes y, con ello, elabora la lista de la compra. Puedes apuntar también otros platos con los mismos ingredientes (o similares) por si decides cambiar de opinión en el último momento y preparar otra cosa. Lo importante es tener ingredientes a mano.

Si comes fuera de casa llévate un táper. Haz más cantidad de las comidas que planifiques y te sobrará para llevarte o para comer otro día. Recuerda guardar siempre la comida en la nevera en recipientes bien cerrados.

3. Prueba recetas nuevas

Ya que nos ponemos en serio, comprométete a probar al menos una receta nueva cada semana. Inspírate leyendo blogs gastronómicos, nuevas recetas veganas en Pinterest o Instagram.

Apunta la receta y los ingredientes y añádelos a tu lista de la compra. Elige preferiblemente recetas que te sirvan en el día a día, no helados, postres ni dulces.

Por ejemplo, recetas de currys, pastas o arroces orientales, mezzes, guisos, potajes, sopas, etc. Conocer recetas nuevas de este tipo nos ayuda a tener mucha más variedad en todas nuestras comidas. A partir de ellas, además, puedes crear tus propias variaciones con los ingredientes que haya de temporada y no aburrirte nunca.