El otoño es una estación de transición que nos invita a reencontrarnos con nuestra esencia y a fortalecer nuestro poder interior. Sintonizándonos con la naturaleza, de la misma manera que las hojas se desprenden de los árboles, nosotros también tenemos la oportunidad, en este momento del año, de dejar ir lo que ya no nos sirve, creando espacio para nuevas posibilidades.

En este viaje introspectivo, son aliadas las asanas de yoga que trabajan el manipura chakra, el centro energético de nuestro poder personal y autoestima. Ubicado en el plexo solar y asociado con el elemento fuego, cuando está activo y en equilibrio nos empodera mejorando el control sobre nuestras vidas. Este chakra aumenta el entusiasmo, promueve la confianza y convierte la inercia en acción y movimiento.

Yoga para conectar con la naturaleza

Vincular la práctica de yoga con las características de la estación crea una profunda conexión entre cuerpo, mente y naturaleza; una conexión que nos invita a fluir con la vida y sus cambios.

El otoño nos enseña la importancia de la transformación y la aceptación para avanzar en nuestro camino espiritual. Conectar con manipura chakra implica cultivar un valioso sentido de empoderamiento que permite abrazar con confianza los días más cortos y fríos que están por venir. Así, el brillante fuego de este centro energético nos ayudará a iluminar la oscuridad del invierno que se acerca.

Durante el otoño la duración del día y la noche se equipara, por lo que también es un momento muy propicio para reavivar nuestro equilibrio interno.

Para este objetivo, la práctica de yoga es una de las herramientas más eficaces que tienes a mano: además de todos los beneficios físicos, brinda serenidad, calma mental y una satisfactoria sensación de aceptación a los constantes cambios de la vida. Si tu práctica es regular, notarás rápidamente un mayor silencio mental que te dará la oportunidad de escuchar tus necesidades más profundas y responder a ellas desde el equilibrio.

Autodescubrimiento a través del yoga

Te propongo una serie de posturas para trabajar el manipura chakra y promover tu fuerza y estabilidad físicas y también para favorecer tu poder personal, claridad mental y el amor propio. Te invito a desplegar tu esterilla de yoga y a embarcarte en una jornada de autoconocimiento. Tómate el tiempo para sentir las posturas y escuchar a tu cuerpo respirando de manera consciente y profunda.

Que cada asana sea como una hoja que cae, liberando lo viejo y creando espacio para lo nuevo. Que el fuego de manipura te guíe y sostenga todo el otoño.

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Postura ancla

Siéntate sobre tu esterilla de yoga de la manera que te resulte más cómoda: en posición de loto, medio loto o bien sobre tus talones.

  • Estira bien la columna, relaja los hombros y coloca las manos sobre tu regazo o en tus piernas con las palmas hacia abajo para enraizarte.
  • Ahora, cierra los ojos y permanece en silencio con toda tu atención en la respiración. Deja que el aire entre y salga por tu nariz sin forzar ni controlar nada.
  • Mantente así unos cinco minutos, conectando con el momento presente y visualizando cómo tu pecho se inunda del color de manipura chakra, un amarillo muy brillante y luminoso.

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Crece hacia los lados

De rodillas, con los glúteos sobre los talones y el peso apoyado sobre las puntas de los dedos, inhala, estira los brazos por encima de la cabeza, mira hacia delante y observa si hay tensión en tu cuello.

  • Exhala y lleva la mano derecha al suelo al tiempo que estiras el tronco hacia tu derecha.
  • Lleva la mirada hacia la mano elevada y haz cinco respiraciones profundas. Con cada inhalación, intenta aumentar un poco más la inclinación. Cambia de lado.

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Postura para llenarte de confianza

Con los pies juntos al inicio de la esterilla, lleva las manos a la cintura, estira la espalda y da un gran paso atrás con la pierna derecha.

  • Desde aquí, baja la rodilla derecha al suelo y deja caer el peso sobre tus caderas para notar cómo, poco a poco, comienzan a abrirse. Inhala mientras estiras los brazos por encima de tu cabeza.
  • Relaja los hombros y el cuello y lleva la mirada hacia delante o cierra los ojos para interiorizar aún más las sensaciones.
  • Realiza seis respiraciones completas soltando en cada exhalación las tensiones. En cada inhalación llénate de una agradable sensación de fuerza y confianza.

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¡Puedes con los desafíos!

Hanumanasana es exigente, así que ¡llega hasta donde puedas!

  • Desde la posición anterior, coloca las manos en el suelo o sobre un par de bloques a los lados. Mientras inhalas, desliza el talón de la pierna izquierda hacia delante.
  • Si tu pierna se estira sin dificultad, entonces baja las caderas estirando un poco más la pierna de atrás. Lo importante es intentarlo, no que llegues a estirar del todo la pierna.
  • Haz seis respiraciones muy lentas. Repite con la otra pierna.

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Postura para soltar tensiones que te lastran

Flexiona la rodilla izquierda y ponla sobre la derecha llevando el talón hacia atrás. Mantén la otra pierna estirada o flexiónala.

  • Al inhalar, estira la columna y, al exhalar, coloca tu brazo derecho con el dorso de la mano a la altura de los omóplatos.
  • Eleva el brazo izquierdo y flexiona el antebrazo para entrelazar las manos por detrás. Puedes usar un cinturón para facilitar el enganche entre las dos manos.
  • Respira 6 veces dejando ir la tensión de la parte alta de la espalda. Cambia de lado.

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Abre tu pecho y recárgate con el aire de la naturaleza

Visualiza los colores del otoño (o de la naturaleza en la época en que te encuentres) mientras realizas esta postura.

  • Siéntate con las piernas flexionadas y los pies separados al ancho de tus caderas.
  • Coloca las manos en tu sacro con los codos flexionados y déjate caer hasta que tus antebrazos toquen el suelo y soporten el peso. Exhala buscando con tu coronilla el suelo sin forzar las lumbares.
  • Tu mentón debe quedar en dirección hacia el cielo. Relaja los hombros. Siente la expansión en el pecho y realiza 6-8 respiraciones, llenándote de bienestar y paz.