El momento de introducir los primeros sólidos a nuestro bebé es una ocasión muy excitante. Nuestro bebé ya ha crecido, tiene seis meses y ya puede comer algo más que la leche. Pero, sobre todo con el primer bebé, surgen muchas dudas: ¿Cómo lo hacemos? ¿Qué le ofrecemos? ¿Cuándo empezar?

En general, existen dos enfoques: el tradicional, que consiste en preparar purés y ofrecérselos al bebé con una cucharilla o incluso biberón y el baby led weaning (BLW) o alimentación complementaria a demanda, un método que consiste en confiar en el bebé y dejarle comer con sus manos desde el principio de forma autónoma.

Para muchos el BLW puede sonar muy revolucionario, sobre todo para los abuelos, pero en realidad es un método muy sencillo y, si le damos el pecho a los bebés, hacemos lo mismo: confiamos en ellos para que coman de forma autónoma y decidan cuándo sueltan el pecho o cuándo nos lo piden.

Las ventajas del método Baby Led Weaning

El BLW tiene muchas ventajas tanto para el bebé como para los padres:

  • El bebé aprende a autorregular su apetito porque decide las cantidades que quiere comer.
  • Además, el acto de coger alimentos pequeños como arándanos o garbanzos desarrolla su psicomotricidad.
  • A largo plazo, los bebés alimentados de esta forma suelen desarrollar una relación más sana con la comida y aceptan mejor alimentos y texturas diferentes.
  • Asimismo, es un método que a los padres les ayuda a ahorrar tiempo, ya que no tienen que preparar comida extra para el bebé ni tienen que triturarla.
  • Al ofrecer comida al bebé es un método más flexible, pues podemos ofrecerle algo incluso si comemos fuera de casa o nos quedamos en la calle más largo.
  • Además nos permite comer en familia, porque el bebé come solo y podemos comer todos al mismo tiempo.

Cómo empezar

En general, los pediatras recomiendan empezar con la alimentación complementaria a partir de los seis meses. Para llevar a cabo el baby led weaning, tenemos que ver si el bebé está preparado:

  • El bebé debería ser capaz de aguantar su cabeza, estar sentado sin ayuda, poder llevarse sus juguetes a la boca y tener interés en la comida, por ejemplo, si estamos comiendo, el bebé nos mira e intenta coger la comida.
  • Además, tiene que ser capaz de tragar la comida en lugar de empujarla fuera de la boca con la lengua, lo que ocurre con los bebés demasiado pequeños.
  • No hace falta que tenga dientes porque después de tantas horas que han pasado amamantando los bebés tienen mucha fuerza en las encías y puede masticar la comida así.

Si los peques están preparados, pues nos preparamos nosotros. Para ello:

  • Conviene tener una sillita donde el bebé pueda estar sentado solo, y un babero grande.
  • Tenemos que mentalizarnos de que el bebé, comiendo de esta manera, se va a ensuciar y también su alrededor, pero experimentar es también una parte del aprendizaje. Para hacer la limpieza más fácil, podemos poner por debajo del bebé un periódico o papel viejo.

Y así podemos empezar...

Qué alimentos se puede ofrecer al bebé y cómo cortarlos

La comida que le ofreceremos al bebé puede ser la misma que nos recomiendan los pediatras, entonces al principio fruta y verdura, simplemente preparada de otra manera. Algunas consideraciones:

  • La comida que vamos a ofrecer tiene que ser tan blanda que la podamos aplastar con las manos y al principio lo ideal es que sea en forma de tiras del tamaño de los dedos. Así el bebé puede coger la comida fácilmente y al mismo tiempo no se puede ahogar.
  • Los alimentos muy pequeños, como por ejemplo arándanos, los bebés no van a poder cogerla hasta más o menos los 9 meses, cuando se desarrolla la psicomotricidad más fina.
  • Tenemos que tener cuidado de no ofrecer comida demasiado caliente, pegajosa o dura, como por ejemplo zanahoria cruda, o demasiado resbaladiza, ya que se le puede escapar y puede ser frustrante para el bebé.
  • También conviene cortar por la mitad los trozos redondos, como por ejemplo las uvas, para evitar que se ahoguen.

Cómo proceder durante la comida

Al principio ponemos los trozos delante del bebé sentado a la mesa, o en un plato especial que se sujeta a la mesa, y así el bebé puede empezar con el experimento. En cuanto a nosotros:

  • Nos sentamos al lado y observamos.
  • Le podemos ir ayudando con las manos a sujetar la comida.
  • Una vez que el bebé gire la cabeza y no tenga interés, terminamos la comida. Podemos comer nosotros el mismo alimento, ya que los bebés suelen imitar.

Ideas de recetas BLW

¿Y con qué podemos empezar? Aquí os dejo unas ideas:

Verduras

  • Boniatos al horno: córtalos en tiras y ásalas al horno
  • Brócoli al vapor: cortamos el brócoli en ramilletes y cocinamos al vapor
  • Zanahoria: tiras de zanahoria cocida al vapor
  • Calabaza cocida: lo mejor es elegir la calabaza tipo potimarrón, cocinarla al horno en rodajas con la piel y ofrecerla así para que los bebés se la puedan comer como si fuera un trozo de sandía
  • Vainas: ofréceselas tal cual, cocidas
  • Coliflor: cocida al vapor, en ramilletes
  • Guisantes: congelados, puestos a descongelar
  • Calabacín: cortado en trozos y cocido al vapor, salteado o al horno
  • Espárragos: quitando el extremo, enteros, cocidos al vapor, salteados o al horno

Fruta

  • Manzana: cortada en gajos con la piel para que mantengan su forma, al principio cocida al vapor o al horno, a partir de los 9 meses podemos probar a ofrecerle la manzana en crudo
  • Mango: bien maduro, cortado en trozos
  • Aguacate: al principio en tiras, podemos dejar la piel para que lo sujete mejor, después en dados
  • Pera: blanda, bien madura, cortada en trozos
  • Plátano: el plátano es bastante resbaladizo y no es fácil para el bebé cogerlo con sus manitas. Para ayudarle, podemos cortarlo por la mitad, en tiras de unos 3 cm y dejar un trozo de la piel para que el bebé lo pueda agarrar mejor.
  • Sandía: trozos no demasiado pequeños o se le va a escapar
  • Arándanos: cortados por la mitad
  • Frambuesas: cortadas por la mitad
  • Fresas: cortadas por la mitad
  • Mandarina: servimos en gajos
  • Kaki: maduro, cortado en trozos

Hidratos de carbono

  • Pan: elige un pan de buena calidad
  • Palitos de pan: elige palitos integrales
  • Tostada de pan blando con aguacate
  • Tostada con crema de frutos secos
  • Tortitas hechas con plátano y avena
  • Galletas caseras preparadas con copos de avena y plátano
  • Pasta cocida: podemos probar diferentes tipos de cereales para variar como arroz integral, mijo, espelta…
  • Polenta: cocida, enfriada y cortada en trocos
  • Patatas: cocidas al vapor o al horno en trozos
  • Gachas de avena al horno: cortadas en trozos

Proteína

  • Tofu: cortado y salteado, al horno, a partir de los 6 meses.
  • Seitán: cortado y salteado, al horno, a partir de los 9 meses.
  • Garbanzos: cocidos, sin piel y ligeramente aplastados, a partir de los 8-9 meses.
  • Alubias: bien cocidas, ligeramente aplastadas, a partir de los 8-9 meses.
  • Hummus: untado en una tostada, a partir de los 9 meses.
  • Tortitas: puedes prepararlas con harina de garbanzos, a partir de los 9 meses.

Una vez que introducimos los sólidos, también conviene introducir el agua.

Un método flexible

Muchos padres tienen la preocupación de que los bebés no vayan a comer suficiente si se alimentan solos. La verdad es que al principio no, pues la mayor parte de su alimentación va a continuar siendo la leche materna o de fórmula y el bebé va a necesitar unos meses para comer más cantidad. Pero también es cierto que es una parte de proceso de aprendizaje, tanto a nivel psicomotriz como físico. Y confiar en nuestro bebé le va a empoderar.

Además, no hace falta llevar siempre a cabo el baby led weaning y podemos combinar los dos métodos y ofrecerles tanto trocitos de comida para que coman de forma autónoma con sus manos como purés con una cucharilla. Así nos podemos asegurar de que el bebé coma más cantidad y además podemos ofrecer alimentos más líquidos, como por ejemplo yogur o lentejas.

También podemos aplastar un poco de la comida que le vayamos a dar en trozos, por ejemplo, boniato cocido, calabaza o cuando preparamos un puré. O por ejemplo, gachas de avena, compota de manzana, guisantes o arroz cocinados para el resto de la familia, se lo ofrecemos al más pequeño también. Le daremos de comer nosotros o le ayudaremos para que coma con la cucharita él solo. En este caso, le rellenamos la cucharita nosotros y dejamos que el pequeño se lo lleve a la boca.

Como con todo, no hay una manera correcta de realizar la alimentación de nuestro hijo, tenemos que encontrar la forma más cómoda y que más encaje con nuestro estilo de vida y nuestra familia e ir disfrutando de este camino tan bonito.