Nuestro cuerpo es sabio y tiene la capacidad de autosanarse disolviendo las tensiones físicas y emocionales almacenadas en él. Con esta meditación te guío para entrar en contacto con ese flujo natural de energía en tu cuerpo llamado también bienestar.
En nuestro día a día es inevitable acumular tensiones físicas y emocionales, especialmente si llevamos un estilo de vida en el que priorizamos más nuestras responsabilidades laborales que nuestro espacio para sentirnos y acoger nuestras necesidades.
Muchas veces nuestras tensiones y bloqueos son energías estancadas en nuestro interior desde hace años, puede que desde nuestra niñez. En ese momento temprano de nuestras vidas es cuando somos más vulnerables a nuestro entorno inmediato.
Cuando somos niños asumimos que las personas que nos rodean nos van a acoger con puro amor y aceptación.
Cuando no lo sentimos así, se crean unas respuestas emocionales y de comportamiento en nosotros que nos acompañan a lo largo de nuestra vida y estarán muy especialmente presentes de manera más o menos destructiva si no nos hacemos conscientes de ellas.
Por eso yo doy tanta importancia al trabajo de conciencia y de descubrimiento personal. Es desde esta intención de traer conciencia a lo inconsciente desde donde trabajo de forma individual con mis clientes en mis sesiones, y desde donde preparo estas meditaciones con cariño para ti.
Autosanarse con una meditación
Todos nosotros tenemos la capacidad de centrar y mover nuestra atención por diferentes partes de nuestro cuerpo. Y, aunque esta práctica nos pueda resultar muy sencilla, tiene también el potencial de ser altamente sanadora. Muchas veces lo realmente importante es lo que ignoramos por ser lo más simple.
Cuando movemos nuestra atención, nuestra conciencia, mediante la meditación estamos moviendo con ella energías sutiles casi imperceptibles por el interior de nuestro cuerpo. Con ese flujo de energía que movemos conscientemente, invitamos disolución de bloqueos.
Es como si esos canales energéticos internos donde se acumulan nuestras tensiones físicas o emocionales se fueran limpiando, dando lugar a un flujo más libre de nuestra energía vital. Y en ese flujo es en el que la sanación ocurre de forma natural, ya que nuestro organismo se encuentra en la armonía necesaria para ello.
Cómo meditar para autosanarse disolviendo tensiones físicas y emocionales
Puedes hacer esta meditación sentándote o tumbándote, lo que prefieras. Toma una postura cómoda.
- Trae toda tu atención a tu cuerpo. Escanea tu interior, dándote cuenta de cuáles son las sensaciones presentes en él, con curiosidad.
- Céntrate ahora especialmente en las sensaciones que sientes como tensiones, bloqueos, molestias. Tus tensiones físicas y emocionales se están manifestando ahora en tu cuerpo a través de esas sensaciones más o menos incómodas.
- Te invito a que te des el permiso para sentirlas y darles la bienvenida por ahora con amabilidad. Invítalas a estar ahí tal y como están, tal y como son. Son partes de ti que necesitan tu atención, apoyo y cariño. Hazles saber que estás ahí con y para ellas.
- Ahora te invito a que respires en tu corazón, visualizando cómo el aire de la inhalación entra por tu pecho, por tu corazón, y es una gran luz blanca y luminosa que fluye hacia tu cuerpo de forma constante. Siente la energía de amor en esa luz. Siente también la sutil corriente de aire de tu respiración entrando a través de tu corazón.
- Mientras lo haces, te invito a que visualices cómo en cada exhalación envías esa luz amorosa hacia las partes tensas de tu interior que estabas sintiendo antes. Siente cómo cada exhalación acaricia con cuidado y cariño cada una de esas partes con ese amor luminoso que entra por tu pecho, dándoles el permiso de suavizarse en esas caricias.
- Continúa a tu ritmo durante algunas respiraciones más. Inhala y siente ese amor luminoso entrando a través de tu pecho y, con la exhalación, siente cómo esa energía se centra en cada uno de esos puntos tensos, acariciándolo con cariño.
- Ahora puedes dejar que esa luz que entra por tu corazón se disuelva y expanda homogéneamente por todo tu cuerpo, suavizándolo y ablandándolo en su conjunto. Date el permiso de relajarte en ello, sintiendo una sensación general de armonía.