La cocina hace una contribución significativa al consumo de energía de un hogar, pues en ella se encuentran electrodomésticos de alto consumo como el horno, el frigorífico o el lavavajillas. También los pequeños electrodomésticos pueden consumir mucha electricidad innecesariamente si los usas incorrectamente o si no los cuidas bien. Si quieres ahorrar energía en tu cocina, puedes aplicar las siguientes recomendaciones.

1. No hace falta precalentar el horno

Es un requerimiento en muchas recetas y en los paquetes de comidas congeladas (por cierto, no son recomendables para la salud por el exceso de aditivos, azúcares y grasas), pero en la mayoría de los casos el precalentamiento es innecesario.

Los hornos tardan diferentes cantidades de tiempo en alcanzar una determinada temperatura. Por lo tanto, los tiempos exactos, que son necesarios para las recomendaciones de preparación, no son posibles sin precalentamiento. Por eso se incluye en los paso a paso de las recetas.

Sin embargo, si prescindes del precalentamiento, puedes ahorrar hasta un 20% de energía. Esto no es un problema para la mayoría de platos como guisos, pasteles, asados ​​y alimentos congelados. El único inconveniente es que hay que comprobar si la comida ya está lista.

Pero también hay excepciones, las masas delicadas como la pasta choux o el soufflé deben colocarse en un horno precalentado para conservar su consistencia esponjosa y evitar que colapsen.

2. No enjuagues los platos antes de meterlos en el lavavajillas

Existen enormes diferencias en el consumo de agua y energía según las costumbres al lavar los platos. Algunas personas lavan en el fregadero siempre que pueden y otras enjuagan los platos con agua caliente y no cierran el grifo entre uno y otro.

Dependiendo del modelo de lavavajillas, puede usar de 14 a 447 litros de agua, con un promedio de 103 litros. El consumo de energía está entre 0,2 y 16,6 kilovatios hora (kWh), un promedio de 2,5 kWh. En cualquier caso, usar el lavavajillas suele significar un ahorrar del 50 por ciento en agua y del 28 por ciento en energía, en comparación con el lavado a mano.

Es posible reducir el consumo de agua y energía del lavavajillas si se actúa de manera eficiente:

No hace falta enjuagar los platos, solo es necesario quitar los restos sólidos.

  • Usa el lavavajillas solo cuando esté bien lleno.
  • Utiliza la temperatura más baja que te resulte eficaz. Elige el programa ECO siempre que puedas.
  • No uses detergentes que no son apropiados para el lavavajillas porque pueden dañar la máquina o provocar salidas de agua.
  • Realiza un mantenimiento correcto del lavavajillas, según su manual de usuario.
  • Entérate de cuáles son las horas en que la electricidad está más barata. Normalmente es por las noches.

3. No coloques la nevera al lado de los fogones

Muy pocas personas piensan en esto cuando instalan su cocina, pero dependiendo de lo cerca que esté tu nevera de las fuentes de calor, más trabajo tendrá que hacer y más gasto energético realizará.

Si es posible, la nevera no debe colocarse junto a una fuente de calor. La luz solar directa y la vecindad inmediata de los quemadores o la placa vitrocerámica y el horno también reducen la eficiencia energética.

Si ya tienes una cocina premontada, puede que te resulte difícil cambiar la posición del frigorífico. Pero si estás en el proceso de redecorar una cocina, ten en cuenta este error de ahorro de energía.

4. La nevera tiene que enfriar lo suficiente, no demasiado

Otro error popular también afecta a los frigoríficos: con demasiada frecuencia se ponen demasiado fríos. No es de extrañar, ya que a menudo los termostatos no son precisos y suelen dar la opción desde 1 (fresco) hasta 6 o 7 (muy frío). Muchas personas optan por un término medio (3 o 4), pero a menudo no es la mejor opción. Los niveles 1 o 2 son suficientes en la mayoría de los casos. Eso corresponde a unos siete grados en el centro de la nevera. La regla general es que si la mantequilla no se puede untar, la temperatura es demasiado baja.

5. No ponga en el hervidor más agua de la que vas a usar

El hervidor de agua suele ser el aparato de cocina más eficiente para calentar pequeñas cantidades de agua. El problema es que a menudo los hervidores requieren una cantidad mínima que puede situarse en el medio litro, lo que es demasiado si solo quieres prepararte una taza de té. Hay diferentes soluciones:

  • Consigue un hervidor con una capacidad mínima baja de no más de 250 ml.
  • Usa la cantidad mínima para hacer una segunda taza de té.
  • Ignora el nivel de llenado mínimo y apaga el hervidor manualmente en el momento adecuado (este método solo es adecuado si la resistencia no sobresale por encima del nivel del agua, de lo contrario, existe el riesgo de dañar el dispositivo).