Hay pocas costumbres tan placenteras como arroparse entre mantas calentitas y mullidos cojines degustando una bebida caliente mientras se observa la lluvia y el frío exterior.

Los daneses llaman “hygge” al placer de disfrutar de los momentos reconfortantes del día a día, sobre todo en casa y en los meses de frío. Vestir la casa con tejidos cálidos y naturales es la mejor opción para cuidarnos y sentirse a gusto en casa.

Por qué elegir tejidos naturales para el hogar

Cortinas, alfombras, cojines, plaids y otros textiles son elementos multifuncionales porque abrigan la casa, decoran la estancia y aumentan la sensación de confort. La oferta en las tiendas de hogar es enorme, pero la mayoría de productos se confeccionan con textiles sintéticos, con todos sus inconvenientes en relación con la salud y el medio ambiente. Son derivados del petróleo que pueden producir electricidad estática (esa incomoda sensación de que saltan chispas), resultan irritantes en las pieles sensibles, no transpiran bien y algunos son altamente inflamables.

Elegir opciones naturales como lana, lino, cáñamo o algodón en sus múltiples presentaciones respetará mucho más nuestra piel. Son cómodos y suaves al tacto, transpiran eficazmente debido a la naturaleza porosa de la fibra natural y regulan también la temperatura corporal, manteniendo el cuerpo más caliente en épocas de frío. Además, cuidan el planeta porque su producción es más sostenible y menos contaminante. Terciopelos suaves y suntuosos, panas, franelas, mohair... son varios los tejidos asociados al invierno y pueden confeccionarse con fibras naturales.

El lino también es para el frío

Es la fibra de origen vegetal más antigua con más de 20.000 años de antigüedad. Aunque lo asociemos más al verano, el lino absorbe muy bien la humedad y regula la temperatura corporal de forma óptima por lo que en invierno te mantiene caliente y en verano fresquito. También tiene una gran duración (más que el algodón) y resistencia al paso del tiempo.

Podemos usar lino en la casa en sábanas, plaids, cojines y cortinas y nos aportará sus beneficios térmicos y una decoración elegante y natural.

Es un tejido biodegradable, reciclable y uno de los más ecológicos y sostenibles en su cultivo, recolección y proceso de fabricación. Al ser una planta autóctona no se agotan los recursos de la tierra, no genera parásitos y no atrae plagas. Tampoco necesita para su desarrollo abonos, plaguicidas ni pesticidas. Y consume menos agua que el algodón.

Lana, el tejido invernal por excelencia

Lo que más asociamos al calor de una manta es la lana. Se trata de una fibra natural de origen animal que posee una enorme capacidad de absorber la humedad y ofrece al cuerpo un excelente aislamiento tanto del calor como del frío. Hay que cuidarla bien para que no encoja.

Si la lana proviene de ovejas o animales alimentados con pastos orgánicos y toda su limpieza se hace sin aditivos, blanqueadores o solventes, el resultante es un tejido de larga duración, biodegradable y muy resistente.

Existen diferentes tipos, calidades y precios en la lana en función del animal del que proceda, la cantidad de rizo en la confección, el diseño y las técnicas empleadas. Entre las lanas más cotizadas se encuentran la alpaca, muy fina y suave, o la cachemira, cálida y ligera. En mantas destaca la lana merino, que proviene de oveja merina, y es tan buen regulador térmico que mantiene la temperatura del cuerpo en temperaturas gélidas.

Qué hacer para que la lana no encoja

No serás el primero, ni el último, que ha convertido su mantita de lana del sofá en una bufanda o un calcetín por no cuidarla adecuadamente. Hay que leer bien las recomendaciones del fabricante y lavarla a mano o en el programa de lana de la lavadora sin centrifugado. Es importante secarla en tendedero en horizontal para que no se deforme.

A veces, en lugar de lavarla, es suficiente con airearla para que pierda olores del interior y un cepillado suave.

El algodón (ecológico) siempre te acompaña

Este tejido no entiende de estaciones. El algodón ecológico no contribuye a la contaminación del agua, el aire y la tierra con pesticidas, muy utilizados en los cultivos convencionales, y está especialmente indicado para prendas en contacto con la piel porque transpira y aporta una gran suavidad y comodidad.

Se trata de una fibra natural hipoalergénica de origen vegetal, resistente, fácil de teñir y resiste mejor que la lana la acción de la polilla.

Su cultivo ecológico se realiza de forma armoniosa y natural con rotaciones en los cultivos para evitar el desequilibrio del suelo. No se utilizan transgénicos ni fertilizantes químicos. El algodón ecológico se reconoce por las certificaciones GOTS e IVN Best Naturtextil.