En el maestro Lluís Nansen Salas se reúnen dos aspectos que a menudo se consideran –quizá por desconocimiento– antagónicos: la ciencia y la espiritualidad. En realidad no hay contradicción entre la Física Teórica y la práctica del budismo zen.

Desde el Dojo Zen Barcelona Kannon, en el centro de la capital catalana, Nansen fundamenta su enseñanza en la práctica rigurosa del zazen, la meditación zen sentada, y en su armonización con la vida cotidiana.

El "despertar" a través de la práctica del zazen

—En la práctica espiritual se habla a menudo de "despertar" o "liberación", ¿a qué se refieren estos conceptos?
—Con la práctica de zazen se crea una dinámica con el cuerpo que cambia nuestra manera de funcionar mentalmente.

Nos libera de hábitos y condicionamientos, que nos dejan siempre insatisfechos y nos hacen sufrir. Estos condicionamientos afectan a nuestra percepción de la realidad, como sucede cuando una emoción intensa está presente, produce una visión distorsionada, una ilusión, un sueño.

Por eso hablamos de despertar y de ver las cosas tal como son. Ver las cosas tal como son significa verlas conociendo su verdadera naturaleza, que es insubstancial e impermanente. Esto es lo que nos libera del sufrimiento.

—En la práctica zen a menudo se habla de practicar sin objetivo pero a la vez parece que el objetivo es el "despertar" ¿nos puedes explicar esta paradoja?
—Cuando se habla de practicar sin objetivo nos referimos a cultivar una actitud sin intención de obtener nada personal.

Cuando en nosotros está presente la más mínima intención de obtener algo, nuestra mente está funcionando en el modo ordinario y dualista, y precisamente esta manera de funcionar es uno de esos condicionamientos de los que hablábamos antes.

Solo cuando practicamos con una actitud sin intención de obtener nada personal, nuestra mente puede entrar en la manera de funcionar no dualista y tomar consciencia de la unidad con el universo. Pero no debemos confundirnos, eso no significa que tengamos que hacer las cosas sin sentido, o que no podamos aspirar a despertar con todos los seres.

Cuando hacemos las cosas con una motivaciónaltruista no hay obstáculo para despertar.

—¿Por qué cree que cuesta tanto cultivar un hábito que sabemos que mejorará nuestras relaciones y calidad de vida?
—Lo que dificulta que podamos cultivar la meditación, aunque sepamos que nos va a beneficiar, es el hecho de creer que podemos conseguir la felicidad persiguiendo ilusiones, aun comprobando que siempre nos conducen a la insatisfacción.

Mientras creemos en las ilusiones, vamos de una ilusión a otra, y nunca tenemos tiempo para la meditación, que es la puerta de la verdadera felicidad.

—¿Cuáles son algunas de las dificultades que usted personalmente se ha encontrado para mantener una práctica disciplinada durante más de 25 años y cómo las ha superado?
—Las dificultades que he encontrado son las mismas que las de las demás personas: las ilusiones del ego.

Y puede que en algún momento haya dudado de mi capacidad para superarlas, pero nunca he dudado de la práctica de zazen.

—¿Qué le ayudó a usted a ser tan fiel a la práctica?
—Por un lado, el darme cuenta de la vacuidad de mis ilusiones y, por otro, la aspiración a compartir esta práctica con los demás, aprender de mi maestro y mis compañeros, y dedicar mis energías a facilitar la práctica a otras personas.

Esto último se ha convertido en una fuente de energía ilimitada.

—¿Tiene algunos consejos que puedan ser útiles?
—Cualquiera que quiera cultivar una práctica constante y duradera debe ir más allá de un interés personal y compartir esa práctica espiritual con los demás, porque al compartirla encontrará una motivación ilimitada que le hará superar todos los obstáculos e ir incluso más allá de sí mismo.

—La práctica zen es ritualizada. ¿Por qué los rituales son tan importantes en la práctica? ¿Cómo nos puede liberar un ritual si parece algo rígido?
—Los gestos corporales del ritual tienen una influencia sobre la mente.

Son un diálogo entre el cuerpo y la mente, y nos ayudan a salir de los bucles mente-mente, que son autogeneradores de sufrimiento. Hay muchos prejuicios sobre los rituales, pero la resistencia principal son los condicionantes egóticos, que justamente el ritual nos ayuda a disipar.

Antes de rechazar el ritual deberíamos probarlo y comprobar qué influencia tiene en nuestra mente.

Lluís Nansen Salas (Barcelona, 1965), maestro zen, es licenciado en Física Teórica por la Universidad Autónoma de Barcelona.

Empezó la práctica del zen en 1991. En 1995 se ordenó monje en la línea del maestro japonés Taisen Deshimaru y de Roland Yuno Rech, de quien recibe la transmisión –el shiho– del dharma en diciembre de 2016.

Su formación científica, así como su confianza en la experiencia de cada uno, le permiten enseñar el dharma a partir de la objetividad y el empirismo, algo fácil de comprender para los practicantes occidentales.

Desde Dojo Zen Barcelona Kannon (www.zenkannon.org) imparte cursos de mindfulness zen y de filosofía budista. También dirige retiros sesshin zen.

Es autor del libro Meditación zen, el arte de simplemente ser (Ed. Viena, Barcelona, 2017).