La Tierra y la Luna viven una historia de amor, pero como toda pareja, tuvo un inicio y tendrá un final. La ciencia nos dice que nuestro querido satélite ya se está alejando de nosotros.
¿Cuál es el origen de la Luna?
Es fácil creer que la Luna siempre ha estado ahí y que siempre lo estará, pero ninguna de las dos cosas es cierta.
Según la hipótesis con más datos a su favor, la Luna se formó cuando un protoplaneta del tamaño de Marte chocó con la Tierra hace unos 4.500 millones de años. Por aquel entonces, la superficie de la Tierra estaba cubierta por magma, y la corteza terrestre aún no se había formado completamente. Los continentes y los océanos no existían, y la mayor parte del agua estaba en forma de vapor en la atmósfera.
Los escombros que quedaron del impacto se fusionaron para formar la Luna. Las simulaciones por computadora de tal impacto son consistentes con el sistema Tierra-Luna que vemos en el siglo XXI.
Las simulaciones también muestran que en el momento de su formación, la Luna estaba mucho más cerca de la Tierra, a solo 22.500 km de distancia, en comparación con los 402.336 km que hay entre la Tierra y la Luna en la actualidad.
La luna se aleja de la tierra
La Luna sigue girando y alejándose de la Tierra a un ritmo de 3,78 cm por año, aproximadamente a la misma velocidad a la que crecen nuestras uñas.
El alejamiento lunar se debe principalmente a la acción de las mareas terrestres. La Luna se mantiene en órbita por la fuerza gravitatoria que la Tierra ejerce sobre ella, pero la Luna también ejerce una fuerza gravitatoria sobre nuestro planeta, que contribuye a las mareas (se pueden entender como un abultamiento del mar cuando se acerca la Luna).
Parte de la energía giratoria de la tierra se transfiere a las mareas y estas empujan a su vez a la Luna a una órbita más alejada. Como consecuencia de esta fricción entre nuestro planeta y la Luna, esta también reduce su velocidad de desplazamiento.
¿Qué nos pasará cuando la Luna se haya ido?
Con toda probabilidad no estaremos aquí para verlo. Sin la Luna, la Tierra podría volverse muy inestable, pero esto ocurrirá dentro de miles de millones de años e, incluso, es posible que nunca suceda.
Si bien 3,78 cm puede no parecer mucho, esta pequeña diferencia durante un período de tiempo lo suficientemente largo podría afectar la vida en la Tierra, haciendo que el planeta se desacelere.
En la Tierra primitiva, cuando la Luna estaba recién formada, los días duraban cinco horas, pero con el efecto de frenado de la Luna operando sobre la Tierra los días se han ralentizado hasta 24 horas con las que estamos familiarizados.
En el futuro los días serán más largos: se alargan 19 horas cada 4.500 millones de años. La duración de un día, o en otras palabras, la velocidad de rotación del planeta, juega un papel importante en su estabilidad.
A medida que la rotación de la Tierra se ralentiza, todo nuestro planeta puede comenzar a tambalearse lentamente y esto tendrá un efecto devastador en las estaciones, cuya sucesión cambiará si cambia la inclinación del eje de la Tierra, que actualmente es de 23 grados.
Durante el verano, el hemisferio norte está inclinado hacia el sol, por lo que tenemos días más largos y un clima más cálido. Sin embargo, en invierno, el hemisferio norte se aleja del Sol, lo que nos brinda días más cortos y un clima más fresco.
La tierra se volvería muy inestable
Si esto cambiara y la Tierra se volviera inestable, algunas partes del mundo podrían experimentar cambios de temperatura mucho mayores de los que estamos acostumbrados, con temperaturas árticas heladas en invierno seguidas de temperaturas extremadamente altas en verano. Es muy probable que la mayoría de animales y plantas no podrían adaptarse a los cambios.
Sobre la especie humana pesan amenazas mucho más urgentes que el alejamiento de la Luna. Si conseguimos superar el problema de la explotación de los recursos naturales, la contaminación ambiental y la competencia entre bloques dotados de tecnologías increíblemente poderosas, tendremos tiempo para enfrentarnos al problema de la pérdida de nuestro satélite.