En el pasado se usaba a menudo jabón duro de elaboración artesanal, pero se ha ido abandonando debido a la limpieza y comodidad de los jabones líquidos y perfumados. Sin embargo, el jabón líquido no es el más sostenible, porque incorpora agua que pesa y ocupa, por lo que los gastos en transporte (y en emisiones de CO2) se multiplican varias veces. Te proponemos una vuelta al jabón solido como una parte de un estilo de vida más consciente y sostenible. Con medidas tan sencillas como esta se cambia el mundo. Además, el jabón sólido tiene multitud de aplicaciones, como verás.

¿Qué es el jabón sólido o duro?

El jabón sólido tradicional no debe compararse con un jabón convencional. Las diferencias comienzan con la producción simple y natural (aquí puedes encontrar una receta para hacerlo tu mismo).Al omitir sustancias químicas y derivados del petróleo, el jabón sólido es especialmente adecuado para personas alérgicas, ya que el riesgo de intolerancia se mantiene muy bajo. Este tipo de jabón tiene un color de blanco a marrón, un contenido de ácidos grasos del 72 a 75% y un valor de pH de 8,5 a 9,5.

El jabón sólido presenta numerosas ventajas sobre otros jabones y agentes de limpieza que se fabrican con materias primas derivadas del petróleo. Lo puedes utilizar para estos problemas cotidianos:

  • Para lavarse las manos
  • Contra espinillas, acné y cabello graso
  • Contra los calambres en las piernas
  • Para el control de plagas (pulgones o polillas) en las plantas
  • Para hacer baños de pies
  • En el hogar, se puede usar contra las manchas rebeldes, como limpiador para superficies, como lavavajillas y como detergente
  • Ayuda en el cuidado de la piel con psoriasis

Además, el jabón natural es muy barato y tiene una vida útil de al menos 12 meses. Los jabones de alta calidad también protegen el medio ambiente si no contienen fragancias o colorantes, boratos, fosfatos, blanqueadores ópticos o aditivos similares. Los pocos ingredientes naturales del jabón sólido aseguran que el producto se descomponga rápidamente en la naturaleza.

Lo que debes vigilar al comprar jabón sólido

Hay algunas cosas a considerar al adquirir jabón sólido. Estos jabones a menudo difieren en la forma en que se elaboran y en sus ingredientes, lo que significa que cada producto puede tener propiedades diferentes.

Casi todos los jabones sólidos están hechos de aceite de palma o tradicionalmente de grasas animales. Pero también existen jabones que se elaboran exclusivamente con aceite de oliva (como, por ejemplo, el jabón de Castilla).

Debes decidir si el jabón debe ser hidratante o altamente activo para lavar. Los jabones aceitosos son mucho más suaves. Secan menos la piel y, por tanto, son especialmente adecuados para el cuidado corporal. Sin embargo, si deseas trabajar con el jabón sólido en el hogar, debes asegurarte de que el jabón natural no sea demasiado graso.

8 usos para el jabón sólido

1. Limpieza corporal

Vuelve el método probado y comprobado de lavarse el cuerpo y las manos con jabón sólido. Los geles de ducha son mucho menos rentables y acostumbras a estar llenos de compuestos derivados del petróleo como los polietilenglicoles (PEGs), que aumentan la permeabilidad de la piel a los compuestos potencialmente dañinos que también se encuentran en el jabón, como los perfumes o los conservantes.

El jabón sólido es muy eficaz para la higiene y está especialmente indicado para las personas con piel grasa.

2. Limpiar la cocina

El jabón sólido casero y natural es particularmente eficaz en la cocina. Las manchas rebeldes suelen ser difíciles de eliminar sin el uso de agentes de limpieza químicos. Con agua y jabón sólido puedes limpiar fácilmente las superficies de acero inoxidable gracias al alto contenido de ácidos grasos.

3. Jabón sólido contra pulgones

¿Tu planta de interior está infestada de pulgones? No hay problema, el jabón duro también te puede ayudar con este problema. Para ello, limpia las hojas de las plantas infectadas con una solución hecha con jabón sólido y agua. Para ello, necesitas aproximadamente una cucharada de jabón duro rallado, que debes disolver en un litro de agua tibia. Pulveriza la planta generosamente por las zonas afectadas y deja que actúe durante una noche. Al día siguiente puedes limpiar las hojas con agua.

4. Jabón sólido para cabello graso

El jabón natural elimina la grasa del cabello. Sin embargo, este efecto requiere el uso de agua blanda. Si el agua es dura, es decir, tiene una alta proporción de cal, esta se deposita como un velo blanco sobre el cabello. Si tienes el cabello seco o quebradizo, pero a pesar de ello deseas usar jabón duro como sustituto del champú, debes tratar el cabello con un producto de cuidado adicional con los aceites adecuados.

5. Jabón duro para el acné

El efecto desengrasante del jabón duro es ideal para combatir el acné. Aquí, el jabón despliega un efecto de limpieza profunda y elimina el caldo de cultivo para las espinillas. Observa cómo reacciona tu piel al jabón, porque podría resecar tu piel.

6. Jabón duro para el cuidado de los pies

¿Sufres de inflamaciones del lecho ungueal o de callosidades? Un baño de pies con jabón duro te puede ayudar. Simplemente pon un poco de jabón en una palangana grande, añade agua caliente y manten los pies dentro durante unos minutos. El baño también es adecuado para las manos si tienes una astilla clavada o el lecho ungueal inflamado.

7. Jabón duro para manchas rebeldes

Las manchas rebeldes causadas por cerezas, hierba y similares pueden tratarse previamente con jabón natural sólido. A diferencia de los quitamanchas químicos y costosos, el jabón duro limpia suavemente la prenda sucia. Las superficies y el tejido de los textiles no se dañan. Humedece la mancha con un poco de agua y luego frótala con jabón duro. Deja que el jabón actúe brevemente y luego lava la prenda en la lavadora como de costumbre.

8. Jabón duro como detergente para la lavadora

Podemos utilizar el jabón duro como una excelente alternativa a los detergentes en polvo o líquidos para la lavadora. Simplemente ralla el jabón en el compartimiento del detergente y seleccione el ciclo de lavado habitual.