La miel no es la única sustancia que producen las abejas. El propóleo (o própolis) es una especie de resina que utilizan para proteger sus colmenas y es, desde hace miles de años, un remedio natural usado por sus propiedades medicinales.

Los griegos y los asirios lo aplicaban en la piel, para tratar heridas, infecciones o abscesos, y los egipcios lo empleaban en el proceso de embalsamamiento de las momias.

Actualmente se usa para tratar diversas afecciones: desde infecciones respiratorias hasta problemas cutáneos o para ayudar en el proceso de curación de heridas.

¿Qué es el propóleo?

El propóleo es una sustancia vegetal resinosa de aroma dulce y sabor algo amargo que producen las abejas a partir de las yemas de algunos árboles y plantas. La utilizan para recubrir sus colmenas, cubrir los agujeros y grietas y protegerlas de los microbios nocivos.

El propóleo está compuesto por diversas sustancias (de hecho, los investigadores han identificados más de 500 compuestos en el propóleo): resinas, bálsamos, aceites esenciales, minerales, oligoelementos, vitaminas, aminoácidos y más de cincuenta grupos de flavonoides, aunque su composición exacta puede variar en función de la localización de las abejas y a qué árboles tengan acceso.

Todas estas sustancias le otorgan propiedades antibacterianas, antivirales, antifúngicas, calmantes, antiinflamatorias, cicatrizantes y antioxidantes.

Propiedades del propóleo y para qué sirve

Al propóleo se le atribuyen diversos beneficios para la salud. Algunos de los usos más habituales son:

  • Para potenciar el sistema inmunitario y ayudar a luchar contra todo tipo de infecciones. Está especialmente indicado para prevenir el resfriado.
  • Es eficaz para tratar el herpes labial, incluso más que el antivírico aciclovir, el más usado para tratar el herpes, de acuerdo con un estudio de 2019. Los investigadores comprobaron que un bálsamo labial con un 0,5% de extracto de propóleo era más efectivo que una pomada con el 5% de aciclovir.
  • Puede ayudar a tratar y acelerar la curación de heridas y quemaduras menores gracias a sus propiedades antimicrobianas y antiinflamatorias y a su efecto cicatrizante.
  • Ayuda en el tratamiento de infecciones por hongos como la candidiasis.
  • También se usa en la higiene bucal para tratar y prevenir infecciones bucales. De acuerdo con un estudio de 2021 los efectos antibacterianos y antiinflamatorios del pueden ser útiles para tratar infecciones de la boca y la garganta, así como la caries dental.
  • Para aliviar inflamaciones de la mucosa gástrica.

Por otro lado, se investigan también sus propiedades anticancerígenas y su poder para ayudar a prevenir o tratar determinados cánceres, o se pueden desarrollar medicamentos o suplementos anticancerígenos a partir de esta sustancia que reduzcan los efectos secundarios de la quimioterapia y la radioterapia.

La composición del propóleo, como hemos mencionado antes, puede variar en función de la localización de las abejas que lo producen, algo que complica que las investigaciones puedan atribuirle beneficios terapéuticos generales al propóleo.

Cómo tomar propóleo

El propóleo se puede encontrar en diversos formatos: extracto, aceite, jarabe, comprimidos, cremas, bálsamos labiales… cada uno con su modo de empleo específico en función del objetivo a tratar.

El extracto de propóleo es un recurso clásico para las infecciones respiratorias. Tomar unas gotas en el desayuno (diluidas en un poco de agua) puede ayudar a prevenir el resfriado y evitar que evolucione a anginas.

También se pueden encontrar caramelos con extracto de propóleo para suavizar la garganta y aliviar la tos. Ayudan a aumentar la producción de saliva, lo que hidrata las mucosas de la garganta.

Para las infecciones bucales, se puede aplicar el extracto de propóleo mediante golpecitos suaves directamente en la zona afectada o haciendo enjuagues diluyendo unas gotas en un vaso de agua.