Las hemorroides son un padecimiento muy común en Occidente: al menos el 5% de la población presenta síntomas relacionados con hemorroides y un 50% de las personas a partir de 50 años suele tenerlas.

A pesar de ello, suele ser un problema que se sufre en silencio. No obstante, debes saber que existen soluciones naturales que son mano de santo para las hemorroides. Te las contamos.

 

¿Qué son las hemorroides?

Las hemorroides aparecen como varices en el ano, concretamente como dilataciones vasculares de los plexos venosos del canal anal.

Estos plexos vienen a ser como una serie de almohadillas muy vascularizadas, constituidas por tejido conjuntivo, músculo y vasos sanguíneos. Existen tres principales, que coinciden con las 3, 7 y 11 horas del reloj (visto el ano de frente). Con el deslizamiento distal de estas almohadillas aparecen las hemorroides.

¿Qué factores favorecen las hemorroides?

  • Su aparición se relaciona con el estreñimiento por falta de fibra en la dieta.
  • También se dan durante el embarazo y en el parto, influidas por el aumento de presión intraabdominal
  • Se pueden dar, entre otras razones, por esfuerzos, como los vómitos.
  • También aparecen con más facilidad en caso de hipertensión portal o cirrosis.

Síntomas de las hemorroides

El principal signo de hemorroides es una hemorragia, que se suele detectar porque se pierden gotas o un chorro de sangre roja brillante en el lavabo al defecar, o bien porque aparece sangre en el papel higiénico al limpiar el ano.

Otros síntomas son la incomodidad o el dolor perianal, el prolapso o salida del ano, la descarga mucosa y el picor anal.

Pero aunque se tenga incomodidad rectal, hinchazón, dolor y sangrado al defecar, conviene ser prudente antes de decidir que se trata de hemorroides.

Se ha de visualizar lo mejor posible la zona rectal y descartar procesos como:

  • Carcinoma anal o rectal, o fisuras anales. En estos casos también puede darse dolor después de defecar, normalmente descrito como quemazón o rasgado, acompañado de sangrados.
  • Los abscesos en la zona cercana al recto son menos comunes en la población general, pero deben ser considerados en la diabetes o alteraciones inmunes, mucosa enferma –como proctitis de colitis ulcerosa o enfermedad de Crohn– o condilomas perianales. Causan picor, irritación local, dolor y sangrado.
  • Un rectocele (prolapso vaginal posterior) puede provocar una sensación similar a una hemorroide interior: de recto lleno a pesar de haber defecado.
  • También conviene considerar causas como una reacción alérgica, dermatitis perianal, microorganismos, parásitos, antibióticos orales, mala higiene o enfermedades sistémicas (como diabetes).

¿Cómo tratar y prevenir las hemorroides? Soluciones que son mano de santo

El tratamiento médico es esencialmente higiénico y dietético.

Una dieta rica en fibra, con frutas, verduras, cereales y legumbres favorece el peristaltismo y la captación de más agua en las heces. Son ideales las semillas de psilio o zaragatona, la goma guar, la linaza y el agar-agar. Conviene suprimir el ajo y los picantes, así como lo que sobrecargue el hígado: café, té, alcohol, tabaco, sobrealimentación, especias, condimentos, sal y fritos, enojo reprimido o exceso de trabajo…

Se debe evitar el esfuerzo, defecando solo en el momento en que se sienta impulso de hacerlo.

Conviene limpiarse con toallitas de algodón o húmedas, o productos de aseo de baño o ducha tras defecar y a continuación eliminar el exceso de humedad en la zona perineal.

Es importante practicar ejercicio regularmente, sin llegar a cansarse. La falta de ejercicio y permanecer mucho tiempo sentado pueden ser factores de riesgo. El ejercicio intenso y prolongado o hacer mucho esfuerzo al defecar también pueden desencadenar hemorroides.

La intervención temprana con terapias no invasivas como hidroterapia o fitoterapia puede prevenir las complicaciones de venas varicosas y hemorroides. El baño en el bidé con agua caliente, seguido durante unos segundos de agua fría, o el baño de asiento templado son ideales para el tratamiento de las hemorroides.

Plantas eficaces para tratar las hemorroides

Las plantas se usan ya sea tomadas en infusión o como ingredientes de pomadas o ungüentos, para los que se puede emplear una base de lanolina o de manteca de cacao. Las más utilizadas para combatir las hemorroides son:

  • Corteza de roble o encina: es astringente y antiinflamatoria. Se utiliza el extracto para fisuras anales y hemorroides en aplicación externa. Para preparar el extracto, se vierten dos litros de agua sobre 500 gramos de corteza de roble, se hierve hasta que solo quede la mitad de líquido y se cuela. Para los baños hay que calcular dos cucharadas de extracto de corteza de roble por litro de agua.
  • Centella asiática (Gotu kola): puede mejorar la integridad del tejido conjuntivo, la permeabilidad capilar y el nivel de antioxidantes en la curación de la herida.
  • Rusco: el extracto aumenta el tono venoso por sus propiedades antiinflamatorias y astringentes.
  • Castaño de Indias: es seguro y eficaz en el tratamiento a corto plazo de la insuficiencia venosa crónica.
  • Hamamelis o avellano de bruja: las hojas de este arbusto caducifolio norteamericano contienen abundantes taninos y aceites volátiles. Se usan principalmente por su efecto astringente, antiinflamatorio y hemostático local. Se han indicado en hemorroides y venas varicosas. Para un alivio local se pueden utilizar supositorios de hamamelis y manteca de cacao.

Remedios homeopáticos para un tratamiento de fondo

  • Arnica montana 9 CH, si se tiene sensación de contusión que no soporta roces, con o sin sangrado. 3 gránulos cada dos horas en casos agudos los dos primeros días, y después de 3 a 5 gránulos, entre 2 y 3 veces al día.
  • Aesculus hippocastanum 5 CH, si se sienten pinchazos en el recto y la mucosa rectal «quema» y está seca. De 3 a 5 gránulos, 2 o 3 veces al día.
  • Aloe socotrina 5 CH, si las hemorroides protuyen como uvas, con expulsión involuntaria de heces. Entre 3 y 5 gránulos, 2 o 3 veces al día.
  • Collinsonia canadensis 7 CH, en hemorroides con tendencia a sangrar y estreñimiento con heces gruesas. De 3 a 5 gránulos, 2 o 3 veces al día.

Plan de emergencia ante las hemorroides

Ante una crisis aguda, se recomienda realizar el tratamiento siguiente:

  • Dejar de comer de la forma rutinaria y habitual.
    • Tomar una naranja (u otra fruta pelada) cada tres horas, así como pequeñas comidas numerosas o jugos de verduras o frutas.
    • Cuando el malestar haya desaparecido, desayunar frutas; a mediodía, una ensalada abundante de alimentos crudos; al atardecer, una o dos verduras no farináceas y un alimento nutritivo como legumbres, cereales o frutos secos.
    • Uno o dos días a la semana, ayuno o semiayuno.
  • Sentarse dentro de un balde lleno de agua caliente, hasta obtener una relajación completa. Untar con aceite o vaselina el ano y empujar las hemorroides hacia el interior. También se puede conseguir reposando de rodillas en el suelo, apoyando el pecho en los muslos.
  • Relajarse tumbado sobre una tabla inclinada, con la cabeza en la parte inferior, de 10 a 30 minutos, para hacer subir los órganos abdominales y aliviar el dolor (las hemorroides no son más que la caída de la parte terminal del intestino). También se puede hacer gimnasia sobre la tabla inclinada al atardecer, cuando el cuerpo está más cansado.

Cuando este tratamiento conservador sea insuficiente, se puede recurrir a otros tratamientos (siempre de la mano de un profesional):

  • Ligadura con bandas elásticas: consiste en colocar una banda elástica alrededor de la base del nódulo hemorroidal traccionado mediante un instrumento especial
  • Escleroterapia: se inyecta una solución esclerosante por vía submucosa por encima de las hemorroides internas; pero las inyecciones esclerosantes pueden acabar causando úlceras.
  • Hemorroidectomía –cirugía de la hemorroide– se reserva para prolapsos incontrolables con dolor o sangrado. La operación de la hemorroide alivia temporalmente, pero acorta la membrana mucosa. De ello resulta una cicatriz a menudo muy molesta, y en numerosos casos esta operación disminuye el calibre del recto, de tal manera que el estado del enfermo es peor que antes. La única operación que puede estar justificada es en aquellos casos en que la sangre se coagula dentro de las hemorroides, haciéndose duras y dolorosas. La intervención consistiría en hacer cortes en la membrana de manera que se permita sacar los coágulos de sangre endurecidos. Ninguna parte de la membrana mucosa debe ser cortada.

Otras causas del picor en el ano y cómo solucionarlo

Unos hábitos inadecuados o una infección pueden provocar picor, quemazón, irritación, engrosamiento, enrojecimiento o tumefacción en el ano.

Las pomadas de óxido de cinc alivian el prurito anal, pero averiguar la causa es el primer paso para poner remedio a estas molestias.

Puede deberse a:

  • El uso excesivo de papel higiénico áspero o toallitas de limpieza con alcohol, colorantes, antibacterianos o antifúngicos.
  • Depilarse también altera la flora bacteriana.
  • Ropa interior sintética o muy apretada;
  • Un cambio de jabón, detergente, lejía, colorante o perfume.
  • Diarrea crónica o las heces sueltas.
  • Las infecciones por lombrices y cándidas provocan síntomas similares. El prurito perianal, sobre todo nocturno, sugiere la infestación por lombrices, frecuente en los niños. En caso de oxiuros se ha de lavar la ropa de vestir y de cama en agua tibia o caliente para eliminar los huevos depositados por el parásito fuera del recto durante la noche.
  • Algunos alimentos agravan el problema: cacahuetes, café, bebidas de cola, cerveza, especias, ácidos, alérgenos…
  • Conviene descartar psoriasis, dermatitis por contacto o lesiones cancerosas o precancerosas, y realizarse pruebas si se sospecha una infección. Si se confirma, debe aplicarse un tratamiento tópico frente a hongos, levaduras y bacterias.
  1. Se empieza con un lavado con agua oxigenada al 3%.
  2. Se aplica una mezcla de plantas medicinales como hidrastis, orégano y aceite de árbol de té, y se deja secar.
  3. Después se restablece la barrera defensiva de la piel aplicando un bálsamo curativo con caléndula, consuelda y vitaminas E y A.

El problema debería resolverse en 7-10 días.

Un poco de historia

  • La palabra "hemorroide" deriva del griego haema –sangre– y rhoos –fluyendo–, y la usó por primera vez Hipócrates para describir el flujo de sangre de las venas del ano.
  • Se ha tratado con cataplasmas, ungüentos, cama, descanso y, en casos extremos, aplicando un hurgón caliente rojo.
  • Ha habido incluso quien ha optado por rezarle a Saint Fiacre, el patrón de los jardineros, un monje irlandés que vivió en Francia y adquirió fama por sus curaciones.
  • Uno de los remedios de farmacia que tradicionalmente se han utilizado para aliviar las hemorroides, elaborado con chopo o álamo negro y belladona, se dispensó durante mucho tiempo con dos nombres distintos: ungüento de populeón, cuando quien sufría en silencio pertenecía al pueblo llano, y ungüento de la reina, si era un noble quien lo solicitaba.