¿El calor puede aumentar la ansiedad o el nerviosismo? Sí, no es una impresión tuya: las altas temperaturas que se mantienen, durante días, casi sin cambios, no solo pueden provocar síntomas físicos como problemas cardiovasculares o respiratorios, sino que además, pueden llegar a afectar profundamente a nuestro estado de ánimo.

Algunos síntomas comunes del exceso de calor pueden ser: aumento de la irritabilidad, debilitamiento o aturdimiento mental, apatía y mal humor. También, podemos experimentar una merma en nuestra capacidad de reacción y de concentración.

cómo afecta el calor al cerebro

El hipotálamo, la zona de nuestro cerebro encargada de la regulación de la temperatura del cuerpo, está constantemente trabajando, según sea necesario, para conservar o disipar el calor.

Además de esta tarea, el hipotálamo también se encarga de regular el sueño, la hidratación, la producción de ciertas hormonas, y también tiene gran importancia sobre la memoria y el manejo de emociones.

Cuando el hipotálamo se encuentra sobreexigido por el exceso de calor, todas sus otras funciones se ven afectadas. Así, durante una ola de calor, nuestro cuerpo interpreta esta situación como peligrosa para la supervivencia y pone en marcha todos sus recursos para intentar mantener la temperatura del cuerpo dentro de los límites saludables.

Este estrés fisiológico provoca una cadena de consecuencias que, como veremos, afecta a nuestro equilibrio mental.

el calor aumenta la agresividad

Si, durante las horas más calurosas, nos vemos obligados a realizar alguna actividad que implique movimiento o más exposición al calor (por ejemplo, conducir o ir a trabajar), nuestro cuerpo percibe esta actividad como una amenaza para la integridad física y reacciona para defenderse.

Las áreas de psiquiatría de los hospitales y las centrales de policía tienen datos que demuestran un aumento de conductas violentas durante las olas de calor.

Otro efecto negativo asociado a las altas temperaturas que también afecta al estado de ánimo es la falta de sueño. No descansar el tiempo que nuestro cuerpo necesita por culpa del calor, provoca cansancio, falta de concentración y aumenta la irritabilidad.

EL CALOR AFECTA A LA SALUD MENTAL

En casos extremos, se ha constatado que algunas personas que ya sufrían algún problema de salud mental (ansiedad, estrés o depresión) ven empeorados sus síntomas durante las olas de calor y necesitan más atención médica.

Además, algunos medicamentos psiquiátricos afectan a la regulación de la temperatura del propio cuerpo, lo que aumenta la vulnerabilidad de estas personas al calor extremo.

el calor afecta a la memoria

Cuando el cuerpo se encuentra en una situación de estrés térmico, las capacidades mentales se ven reducidas.

En cuanto a la agilidad mental, el calor provoca fatiga, somnolencia y dificultades para mantener la concentración. También disminuye la capacidad de procesamiento de información y de toma de decisiones.

El calor y la deshidratación también afectan al óptimo funcionamiento del cerebro, provocando fallos en la memoria y en la agilidad mental.

tenemos menos probabilidad de realizar actividades que impliquen movimiento

Desde un punto de vista adaptativo, es lógico que nos sintamos más apagados y aturdidos por culpa del calor: si nos notamos sin energía,

y que pongan en peligro nuestro equilibrio térmico.

Cómo aliviar los efectos negativos del calor en la mente

Para superar o aliviar los efectos negativos de los días más calurosos del verano, puedes poner en práctica estas recomendaciones:

1. una siesta a mediodía

Los expertos aconsejan reducir al máximo la actividad en las horas centrales del día. En países muy calurosos se tiene la sana costumbre de descansar durante las horas centrales del día y aprovechar para trabajar a primera hora de la mañana o a última de la tarde. De esta forma respetamos las necesidades de nuestro cuerpo y ayudamos a su cuidado.

La siesta, tan denostada y criticada durante años, se está recuperando como una forma inteligente y saludable de sobrevivir en climas cálidos.

2. Hidratarte bien

Resulta imprescindible mantener una adecuada hidratación. No esperes a tener sed, bebe durante todo el día para compensar los líquidos perdidos por la transpiración. Evita las bebidas alcohólicas o con cafeína.

3. Evitar comidas copiosas e ingerir alimentos frescos y ligeros.

Nuestra gastronomía es rica en sopas frías, ensaladas y comidas ligeras para el verano. Este tipo de alimentación, adaptada a las necesidades de hidratación y refrigeración del cuerpo, te puede ayudar a mantener una salud física y mental bien equilibradas.

4. Manejar tus emociones

Si te sientes más irritada o estresada por ciertas situaciones, recuerda que el calor puede tener parte de culpa y exagerar estas sensaciones. No tomes decisiones importantes, deja pasar unos días, relaja, descansa y ya verás que tu perspectiva es diferente cuando pase el calor.

5. Prestar el doble de atención

Dado que el calor afecta a nuestra capacidad de concentración y de descanso, es muy habitual sufrir despistes en aquellas situaciones habituales que no nos suponen mayor problema en otros momentos. Presta especial atención cuando realices actividades que requieran tu concentración (como conducir, cruzar una calle, coger las llaves de casa...).