Si en otras épocas del año nos apetecen alimentos calientes y reconfortantes nada más levantarnos, los meses de verano solemos buscar todo lo contrario: refrescarnos desde primera hora. Los días son más largos, las actividades al aire libre se multiplican y necesitamos la misma energía o más.
Puede que tengamos más tiempo para disfrutar de un largo desayuno, o que nos levantemos igualmente con el tiempo justo y tengamos que desayunar rápido. Incluso, que decidamos llevarnos el desayuno para comerlo un poco más tarde, cuando se nos habrá el apetito.
Aquí tienes opciones para disfrutar tranquilamente, tomarte en un momento o llevarte contigo.