Los cambios de año invitan a una renovación. De propósitos, de hábitos, de trabajos, de casa o de elementos de la casa. Puede ser un buen momento para repasar qué cosas de tu cocina ya están muy viejas y necesitan un cambio.

Y, puestos al cambio, tenemos una oportunidad de oro también para evitar los plásticos y optar por materiales más respetuosos con el medio ambiente y con nuestro organismo.

No lo dejes, apúntalo y hazlo. Tener una cocina bien equipada facilita muchísimo que cocinemos, que tardemos menos y que nos resulte más grato. ¿Cómo puedes hacerlo? Revisamos contigo algunos de los utensilios de cocina básicos.

Escoge un buen cuchillo de chef

Si aún no lo tienes, compra un cuchillo de chef o "cebollero". Son de tamaño grande, con la hoja algo curva, y funcionan de maravilla tanto para picar cebollino como para cortar por la mitad una calabaza entera. Una de las claves de su versatilidad está en el peso, así que elige uno de buena calidad, de acero inoxidable, con mango antideslizante.

Los cuchillos muy finos y de materiales más ligeros no te servirán para todo, o al menos no te facilitarán tanto el trabajo, sobre todo con ingredientes duros o densos. Mi consejo es que compres los cuchillos que necesites para los usos que les des: no compres un juego de cuchillos simplemente porque van muchos, compra solo los que te interesen; al final solo usarás esos.

Afila los que ya tienes en casa

Es imprescindible tener al menos una chaira para mantener la hoja de nuestros cuchillos. Cualquiera de acero inoxidable acanalado nos servirá para pasarla por la hoja antes y después de usarlos sin deformar la hoja.

Cuidado con los afiladores baratos o de mala calidad porque pueden mellarte los cuchillos. Los hay eléctricos bastante económicos que no dependen de la presión que ejerzas sobre ellos, por lo que el riesgo de estropear la hoja es menor.

También los hay que afilan cualquier tipo de cuchillo, incluidos los serrados. Si no tienes experiencia, puede que una piedra de afilar te resulte muy incómoda y difícil de usar, así que apuesta mejor por los afiladores más sencillos y automáticos.

Mi consejo es que tengas siempre a mano una chaira y un buen afilador. Cortar y picar será siempre tan fácil como en los programas de cocina de la tele. Un cuchillo sin afilar no corta bien, es frustrante usarlo y nos quita las ganas de cocinar.

Revisa el estado de tu tabla de cortar

Tienes un montón de formas, tamaños y materiales para elegir. Si tus tablas son de plástico y están muy rayadas, descoloridas o abombadas, puede que sea el momento de pensar en cambiarlas. Las tablas de madera también deben cambiarse si presentan coloraciones negras o verdes, maderas hinchadas, grietas, etc.

Todas las opciones son buenas, tanto en plástico como en madera o bambú, pero requieren un mantenimiento, así que piensa primero si vas a invertir ese tiempo. Por ejemplo una tabla de madera no se puede dejar en remojo ni sobre superficies húmedas, hay que limpiarla a fondo y dejarla secar, además de "curarla" de vez en cuando con aceites, etc.

Las de plástico, una vez se producen marcas, hay que lijarlas suavemente y limpiarlas a fondo para evitar que se adhieran bacterias y lo colonicen todo. Con todo, siempre es preferible evitar el consumo de plásticos por el bien del planeta y de nuestra salud.

Personalmente, prefiero las de madera aunque necesiten unos cuidados más específicos, pero elige siempre a tu gusto y según tus necesidades.

Invierte en sartenes de calidad

Con el tiempo y el uso las sartenes se abomban, se curvan, pierden su capacidad antiadherente… Antes de lanzarte a comprar sartenes de hierro porque están de moda, renueva las que ya tienes. Las que no sirvan, llévalas al "punto limpio" de tu barrio o localidad. Y reemplázalas por otras similares pero a ser posible de mejor calidad.

Fíjate en las robustas, pesadas, sin marcas de molde, preferiblemente con una etiqueta que consigne los materiales usados, etc. No son siempre las más caras, he encontrado sartenes de muy buena calidad por menos de 10€. Es cuestión de buscar y elegir bien.

No te dejes llevar por consignas publicitarias vacías como "cocina con menos calorías" o “tecnología de piedra” porque son solo reclamos publicitarios.

Cambia tu batería de cocina si está deteriorada

Una buena batería de cocina te durará muchísimo tiempo, pero casi siempre es mejor comprar las piezas por separado cuando hagan falta. Si tus cazos y cacerolas ya están muy deteriorados, son de esmalte y está muy picado, o se han deformado… es mejor que las cambies.

En el caso de las ollas exprés, si no están deformadas ni tienen grietas, normalmente el resto de problemas se pueden arreglar. En las ferreterías venden todas las piezas, desde las asas hasta la goma de la tapa que facilita el sellado.

Las ollas exprés modernas ya no son tan aparatosas como antes. Resultan muy fáciles de cerrar y de limpiar. Si no tienes olla o has de renovarla, compra una del tamaño que necesites, de acero inoxidable, resistente.

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Cuida tus utensilios de cocina

Suele pasar que los accesorios se van desgastando, se parten, se queman por accidente… No andes en la cocina sin utensilios para cocinar. No uses cubiertos para ello, utiliza utensilios de materiales que no rayen tu batería de cocina y que sean largos (no como cuando usamos un tenedor, que tenemos que meter casi toda la mano en la olla).

Los utensilios de madera, al igual que las tablas, necesitan un cuidado un poco más específico: al menos no dejarlos en remojo, limpiarlos a fondo, secarlos muy bien, etc. para prevenir mohos, hongos y crecimientos de bacterias. Los de plástico o silicona han de tener a la vista una etiqueta que especifique qué usos se les puede dar, qué temperaturas resisten, etc.

No sería la primera vez que alguien usa una espátula de silicona para remover un sofrito y ésta se va deshaciendo en la sartén o quedándose pegada al fondo.

Mi recomendación es usar utensilios de madera o bambú y cuidarlos bien. Si son muy viejos y están deteriorados, cámbialos por unos nuevos y cuídalos.