Informarnos y transformarnos para criar de forma respetuosa
Nuestra sociedad necesita un cambio de rumbo en el tipo de crianza que reciben nuestros hijos. Si deseamos que nuestros pequeños crezcan equilibrados, seguros de sí mismos y con una alta autoestima, debemos descartar de sus vidas los procedimientos que destrozan su psiquis y crean personas heridas, sumisas y desconectadas de su verdadero ser.
Tanto los premios, como los castigos físicos y psicológicos, los chantajes, los gritos, los métodos conductistas de adiestramiento (control de esfínteres, comida, sueño) resultan profundamente nocivos para su salud emocional, física e intelectual.
Además, también acarreamos viejas heridas emocionales de nuestra propia crianza. Nosotros también fuimos hijos, nuestros padres fueron nuestros modelos y, aunque deseemos evitarlo, en los momentos de mayor tensión, estas enseñanzas dañinas, que quedaron grabadas en nuestro inconsciente, aparecen.
El primer paso a dar, para cambios en la crianza y en la educación de nuestros hijos, es el de ser conscientes de que casi todos nosotros arrastramos una pesada carga de prejuicios e información errónea sobre los niños y sus necesidades que debemos descartar para evitar que sigan perjudicándonos. Informarnos sobre crianza respetuoso es esencial.